sábado, 8 de julio de 2017

La pobreza en la estructura


El padre Carlos Junco fue otro de los disertantes de la charla organizada por el IPyPP. Expresó que “el sistema acusa a los pobres de ser responsables de su propia pobreza.

Padre Carlos Junco:” Los pobres se autoconvencen de que no pueden, y hasta incluso dicen que Dios los ha castigado porque son vagos o vienen de familia de vagos, naturalizando su situación”.

8 millones de pobres en Argentina. Baños sin cadena o botón, pisos de tierra, fragilidad laboral, cohabitación y hacinamiento: realidades de una ciudad donde las casas y terrenos sirven para “hacer negocios” y no dar soluciones a la gente.

Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) advirtió el mes pasado que en el país hay 8 millones de personas que viven en situación de pobreza estructural, es decir que tienen alguna Necesidad Básica Insatisfecha (NBI). En nuestra ciudad, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del cuarto trimestre de 2016, existen 1.162 hogares que residen en viviendas precarias, y 2.766 hogares que residen en condición de cohabitación (no tienen vivienda propia, y por lo tanto residen en la vivienda de otro hogar): sus integrantes serían considerados pobres estructurales por la UCA.

La paradoja reside en que probablemente sean vecinos de alguna de las 11.200 casas ociosas que según el censo 2010 existen en nuestra ciudad o de alguno de los 2,49 millones de metros cuadrados baldíos, sujetos a especulación inmobiliaria.

La pobreza estructural observada por la UCA, es un concepto multidimensional que analiza variables relacionadas a las NBI de la población, como lo son: condiciones de la vivienda (materiales de construcción de piso, paredes y techo); hacinamiento (más de 3 personas por habitación); servicios de saneamiento (baño con agua corrida o letrina; acceso al agua de red); trabajo (condición de sus integrantes); y educación (niños de entre 6 y 12 años que no asistan a la escuela). Es la pobreza más dura, la que no solo se soluciona solo con un mayor ingreso en la familia.

Existen, también, otras formas de medir la pobreza. El último informe del Indec arrojó que el 40,5% de los cordobeses es pobre, mientras que el 10,8% es indigente. Para la ciudad de Río Cuarto, los datos son sensiblemente menores: 29,2% de pobreza y 7% la indigencia. El organismo que conduce Jorge Todesca, sin embargo, solo mide el nivel de ingresos y determina que son indigentes aquellos que no lleguen a cubrir los precios de la Canasta Básica Alimentaria -para cubrir solo la necesidad calórica de supervivencia- y pobres a aquellos que no cubran la Canasta Básica Total -que incluye alimentos, otros productos y servicios básicos como ropa y transporte-.

Dinero para más pobreza

Con ganar un poco más de dinero se soluciona la pobreza, según esta metodología. Sin embargo, “el 70% de lo que los sectores concentrados locales “invierten” financieramente no se reinvierte en la producción local, según datos del propio Consejo Social Municipal, y eso es dinero que no ayuda a disminuir la pobreza sino que aumenta la desigualdad”, expresa Federico Giuliani, Secretario General de CTA Río Cuarto, organizador de la actividad “Concentración vs Desigualdad Social y Pobreza”, organizada por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), realizada este miércoles.

Lo estructural y la vivienda

“Trabajamos con pibes que viven en barrios donde la infraestructura de agua, cloacas, asfalto o alumbrado son inexistentes y a menos de 1000 metros de sus casas hay barrios exclusivos, con todos los servicios -y más-”, describe en la charla Juan Montoya, docente de Granja Siquem.

Las estadísticas oficiales ratifican lo expresado por Montoya. Según la EPH citada, en 8.299 hogares los riocuartenses viven hacinados (con más de 3 personas por habitación), en 127 sobre piso de tierra y 1856 bajo techo de chapa metálica o plástica sin revestimiento interior.

En lo sanitario también puede verse otra de las dimensiones de la pobreza que no se soluciona solo con la mejora individual de los ingresos: el 13% de las viviendas no tiene acceso a la red de agua (lo que equivale a unos 60 km nuevos de tendido de red), según datos de Ideario de marzo 2016. La EPH muestra además la existencia de 2813 hogares con inodoro sin botón o cadena, que funcionan con agua arrojada con un balde. Además existen 117 hogares con letrinas sin arrastre de agua y 386 tienen el baño afuera.

“Si uno camina cinco cuadras desde nuestras casas, que son todas muy humildes, ve la desigualdad que hay y eso es algo muy difícil de entender”, expresa Jesica Riviers del Merendero Nuevo Amanecer de Barrio Valacco.

Lo estructural y el trabajo

El padre Carlos Junco fue otro de los disertantes de la charla organizada por el IPyPP. Expresó que “el sistema acusa a los pobres de ser responsables de su propia pobreza. Ello produce consecuencias peores porque se autoconvencen de que no pueden, y hasta incluso dicen que Dios los ha castigado porque son vagos o vienen de familia de vagos, naturalizando su situación”.
 
Resulta que la capacidad de subsistencia del hogar es una más de las variables que se utilizan a la hora de medir las NBI para considerar la pobreza estructural de una persona. Según este método utilizado por la UCA -a instancias de la CEPAL-, y con datos de la EPH, la situación en Río Cuarto tendría una fragilidad alarmante: de las 81.617 personas demandantes de trabajo, solo 74.074 tienen trabajo. El resto, unos 7.543 está desocupados. “En Río Cuarto, el 9,1% de la población trabajadora está desocupada, tasa que aumenta al 14,5% en el caso de las mujeres”, ratifica Giuliani.

El panorama laboral riocuartense puede completarse con más datos de la EPH. De los 74.074 ocupados, 6.233 buscaron trabajar más horas -casi 1 de cada 10-, mientras que 3.425 no buscan más horas pero sí están buscando cambiar de trabajo -1 de cada 20-.

Otro dato preocupante: dentro de los asalariados, a solo 27.403 le hacen aportes jubilatorios en su trabajo, 2.964 aporta por sí mismo a algún sistema jubilatorio y los restantes 43.707 (59%) de los ocupados no registra aportes según la EPH de fin de 2016.

Educación

“1 de cada 3 riocuartenses son pobres y la mitad de esos pobres son menores de 12 años”, describe Giuliani. Montoya, también se refirió a la pobreza estructural que sufren los jóvenes con los que trabajan en Siquem: “el pibe tiene que poder planificar su vida, algo que probablemente sus padres tampoco hayan podido hacer, porque las situaciones de desigualdad y pobreza ya llevan generaciones en nuestra ciudad y país. Los chicos cada vez vienen más chicos a la Granja y eso es debido al deterioro de las condiciones en sus hogares”.

En este sentido, la EPH no muestra que en Río Cuarto haya chicos entre 6 y 12 años que no estén yendo a la escuela. Esto no quiere decir que no existan, pero al tomarse solo a los integrantes de los hogares como muestra, puede haber menores sin hogar no abordados por la muestra.
 
Montoya, de hecho, lo confirma “los chicos padecen violencia, se van de sus casas, andan de acá para allá, hasta que muchos de ellos encuentran en la Granja un espacio para aprender, rearmar su vida”.

Fuente: Nac & Pop

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