Flojo de papeles
El préstamo del FMI se contrajo sin cumplir con
los procedimientos administrativos obligatorios
Por Horacio Verbitsky Sep 8, 2019
La mayor deuda contraída por el país en tan
corto lapso (que al mismo tiempo es la más grande concedida por el FMI desde su
creación en 1944) careció del respaldo de un decreto del Poder Ejecutivo y de
un dictamen jurídico favorable. Tampoco existe un acto administrativo que
exponga la decisión de tomar el crédito, ni un dictamen del Banco Central que
evalúe cómo impactaría en la balanza de pagos, ni resoluciones del Directorio
del Banco Central y del Ministerio de Hacienda que afirmaran su legalidad, oportunidad
y conveniencia. Ni siquiera hay constancia de que se haya suscripto acuerdo
alguno: el expediente oficial sólo contiene la Carta de Intención y sus
memorandos adjuntos. Esa Carta de Intención dice que tales memorandos son
“hitos que deben usarse para el diseño del acuerdo stand-by”. Pero carecen de
firma electrónica y membrete alguno y recién fueron presentados ante un reclamo
judicial, motivos para presumir que fueron producidos después del acuerdo. Así
lo confirmó el Ministerio de Hacienda: el expediente administrativo se inició
una semana después de firmada la Carta de Intención. Difícil compatibilizar
tamaña negligencia con la pretensión oficial de que valora la calidad
institucional por sobre cualquier resultado económico.
Estas escandalosas constataciones surgen de
varios pedidos de acceso a la información formulados por un ex director del
Banco Central, cesanteado por cuestionar la política que condujo al acuerdo con
el FMI y por un dirigente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. Esto
podría implicar responsabilidades penales y patrimoniales para los funcionarios
que actuaron. Tampoco puede descartarse que acarree consecuencias para los
funcionarios del FMI que intervinieron, como su ex directora gerente, Christine
Lagarde, y Alejandro Werner, encargado de Centro y Subamérica en el FMI. O, en
la jerga estadounidense, el “Hemisferio Occidental”.
Es prematuro predecir qué influencia podría
tener en la renegociación que el próximo gobierno deberá emprender con el FMI,
que de modo implícito comenzó en julio y continuó en agosto entre el candidato
presidencial Alberto Ángel Fernández, Werner y el responsable de la Argentina
en el Fondo, el italiano amante del bife de chorizo Roberto Caldarelli.
Implícito, porque Fernández les dijo que no adoptaría ninguna decisión como las
que le proponían los funcionarios del Fondo y el gobierno de Maurizio Macrì,
mientras no fuera al menos Presidente electo. También se puede ser contundente
por omisión.
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Fuente: El Cohete a la luna