Por Mario Cafiero
Con gran suceso se ha lanzado la segunda
temporada de la serie española de Netflix “La Casa de Papel”.
Sin espoilear su trama, ni su final, se trata de
una banda de asaltantes-muy inteligentes- que toman con rehenes la Fábrica de
la Moneda de España y tratan de ganar todo el tiempo posible; mientras imprimen
8.000.000 de euros por hora para su botín .
Los asaltantes buscan que la policía tenga pocas
opciones de intervención procurando que el asalto cuente con la simpatía de la
opinión pública.
Y logran que la gente se incline por ellos.
Es la revancha para que alguna vez pierda el
perverso sistema monetario y bancario que nos gobierna.
Salvador, el líder de la banda, seduce diciendo:
“Te han enseñado en la vida a diferenciar entre buenos y malos. Sin embargo,
esto que estamos haciendo lo han hecho también otras personas, bancos, y no ha
pasado nada”.
Aquí en la Argentina la realidad supera
largamente la ficción.
Y a través del llamado “mecanismo de
esterilización monetaria”, los bancos privados tienen “secuestrada” la política
monetaria y hoy logran que todos los días el Banco Central imprima en LEBAC para
su botín privado cerca de 40.000.000 de pesos por hora (equivalente a 1.600.000
euros por hora).
Los asaltantes de las serie televisiva lograr
permanecer solo unos días imprimiendo, en la Argentina los bancos tienen
“secuestrada” la política del Banco Central desde hace muchos años.
Eso les permitió el año pasado quedarse sólo por
las LEBAC con un botín de 327.834 millones de pesos, más del doble que durante
2016 que se quedaron 157.465 millones.
Para lograr “simpatía” con este robo, lo
disfrazan como una “política antiinflacionaria”.
Política que indudablemente ha fracasado
rotundamente y cuya subsistencia solo puede explicarse por la complicidad de
los grandes medios de comunicación, de los llamados especialistas económicos y
de la mayoría de la clase política que mira hacia otro lado.
La inflación es un flagelo que no se termina
porque es un gran negocio para los bancos que han privatizado parte del
impuesto inflacionario.
La zaga argentina de la Casa del Papel, ya está
dejando un agujero fiscal que supera los 70.000 millones de dólares.
Y no es ficción, es tragedia, un clásico reality
argentino.
Fuente: Nac & Pop