Por Hugo Presman
El tema es recurrente. Un personaje menor es el
alfil de una jugada mayor. El fiscal Alberto Natalio Nisman nunca formó parte
de la solución del esclarecimiento del atentado a la AMIA, sino que integraba
el problema. Continuador de la investigación del juez Galeano y de los fiscales
Mullen y Barbaccia, todos acusados en el juicio por el encubrimiento del
atentado que sin trascendencia discurre
en Comodoro Py desde el 6 de agosto del 2015. El mismo donde están
sentados en el banquillo de los acusados : el ex Presidente de la Nación Carlos Menem; el ex jefe de los
servicios de inteligencia Hugo Anzorreguy; el ex Presidente de la DAIA ( la
organización política de los argentinos judíos); el ex jefe de Policía
Metropolitana Jorge “el Fino” Palacios;
Jorge Telleldín (presunto entregador de una fantasmal Trafic con la que se
habría perpetrado el atentado); su mujer Ana Boragni; Víctor Stinfale, abogado
de Telleldín, acusado de peculado; el juez y los fiscales que realizaron la
investigación Juan José Galeano, Eamon Mullen y José Barbaccia; los ex agentes
de inteligencia Patricio Finnen y Juan Anchezar; y el ex policía Carlos
Castañeda (éste es el ex jefe de la División Protección del Orden
Constitucional (POC) de la Policía Federal, condenado en el año 2005 a cuatro
años de prisión por la desaparición de 66 casetes de escuchas telefónicas, 13
disquetes y tres videos, además del borrado del contenido de la agenda de
Carlos Telleldín y otras pruebas que se recogieron en los días inmediatamente
posteriores al atentado, especialmente en el domicilio del armador de autos
truchos.)
¿Cuál es la jugada mayor en el atentado a la
AMIA?
En la investigación del atentado primero se
determinó el culpable ( Irán) donde confluían los intereses del gobierno
menemista, de EE.UU, de Israel, y de la dirigencia de la comunidad
argentina-judía. Eso no implica que los instigadores y eventualmente los
ejecutores fueron los iraníes. Pero la investigación amañada y dirigida a
obtener ese resultado no lo demuestra en forma indubitable, ni mucho menos.
Nisman fue criticado por tres de las cuatro
agrupaciones de los familiares de las víctimas y varias pidieron su relevo.
¿Cuál es la jugada mayor en la muerte del fiscal
Nisman?
La muerte dudosa de Alberto Nisman fue una
coartada extraordinaria para el gobierno israelí que desplazó su falta de
interés por conocer realmente quien estuvo detrás del atentado de la AMIA, ni tampoco el de su embajada, al punto tal
que nunca se presentó como querellante en el primer atentado, para levantar al
fiscal como un mártir que fue asesinado por denunciar a la Presidenta Cristina
Fernandez, considerando que el Memorándum de Entendimiento con Irán fue un
intento no de esclarecer el atentado sino un recurso para absolver a Irán.
Coherente con esta línea, “en la ciudad de Naharía, en Israel, se inauguró un
monumento en su memoria y, además, el titular de la UFI AMIA fue recordado en
una sesión especial del parlamento israelí.”
Para la oposición antikirchnerista y sus medios
hegemónicos, demostrar que Cristina Fernández
es la instigadora de la muerte de Nisman es la bala de plata para la
descalificación final del kirchnerismo. Se saltea que fue aprobado por el
Congreso argentino y que el Parlamento iraní nunca lo trató, por lo que jamás
entró en vigencia. En esa tarea hay un grupo de fiscales y jueces
impresentables, que sabotearon el accionar de Nisman vivo y se convierten en
albacea y reivindicadores del fiscal muerto.
En ese aspecto, el abanderado es el fiscal
Moldes, antiguo funcionario menemista, quien en el acto en homenaje a Nisman,
al cumplirse dos años de su muerte expresó en su discurso: “Nisman murió por
denunciar a Cristina Elisabet Kirchner” Debe leerse donde dice “murió” por “fue
asesinado”, porque más adelante agregó: “Digo escena del hecho y no del crimen
porque las dos causas de Nisman están en el fuero federal y yo sigo siendo el único
fiscal; no me hagan calentar y decir cosas que no tengo que decir"
Para la dirigencia de DAIA –AMIA, la muerte del
fiscal les permitió salir de su situación de arrinconamiento y complicidad,
rasgándose las vestiduras, corriendo el eje del esclarecimiento del atentado en
el cual su máximo dirigente de entonces, Rubén Beraja, está acusado de
encubrimiento, convirtiéndose en
paladines del esclarecimiento del llamado “magnicidio de Nisman”. Varios de los
dirigentes comunitarios, herederos de Rubén Beraja, han pasado a ser Ministros
del macrismo.
Que quede claro: la muerte de Nisman debe y
tiene que ser esclarecida. Pero si se sigue la metodología de la investigación
del atentado, determinando primero el culpable y luego avocarse a encontrar
indicios que lo demuestren, se llegará al mismo punto muerto, o se perpetrará
una gigantesca injusticia. El manejo está claro: si en el atentado de la AMIA,
el culpable determinado es Irán, en la muerte de Nisman, con esa metodología,
más que determinar primero si fue suicidio o asesinato, se parte de la premisa
que fue asesinato y ya se sabe quién es la instigadora del asesinato: Cristina
Fernández. Todo esto envuelto en las banderas de la República y de la
separación de poderes y la independencia del Poder Judicial.
La muerte de Alberto Nisman está caratulada como
muerte dudosa y así debe informarse. Ahora cuando emito opinión sostengo que
con todos los elementos conocidos me inclino decididamente por la hipótesis del
suicidio. En cualquier otro caso de un ciudadano común, ya se hubiese archivado como suicidio.
Debe quedar claro: no hay el menor interés de
llegar a la verdad de lo ocurrido, sino
señalar un culpable, como el as de espada en la formidable ofensiva de
demolición del kirchnerismo, no por sus errores, sino por sus importantes aciertos
y el rechazo visceral y la sed de venganza de los sectores afectados. Los
únicos que realmente quieren y ansían
saber la verdad son los familiares de las 85 víctimas del atentado a la AMIA.
El silencio estruendoso de los medios casi en
forma generalizada, y de la dirigencia
argentina-judía sobre el juicio de encubrimiento del atentado a la AMIA,
contrasta con el levantamiento acrítico de la figura del fiscal y las tapas y
notas dedicadas al tema en los medios dominantes junto con el despliegue de los
dirigentes comunitarios que contrasta con su silencio y nulo interés sobre el
juicio que transcurre en Comodoro Py. Son los mismos que identifican a Nisman
como el muerto 86 de la AMIA.
Fuente: Presman Hugo