El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,
aprobó el día viernes 23 de diciembre la resolución N°2334 contra los
asentamientos ilegales del régimen de Israel, pese a las presiones ejercidas
por Trump y Netanyahu, junto al lobby sionista.
De nada sirvieron las amenazas y coacciones desplegadas por sectores políticos –
principalmente republicanos – junto el presidente electo estadounidense Donald
Trump y el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, asistidos por el lobby
de organizaciones como el Comité de Asuntos Público Estadounidense-Israelí
(AIPAC); pues a pesar de esa actividad
política el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas – CSNU - aprobó la Resolución
N° 2334, con la coautoría de Nueva
Zelanda, Malasia, Venezuela y Senegal, que condena los asentamientos de colonos
judíos en territorios de la Ribera Occidental.
La votación estaba prevista para el día 22 de
diciembre, pero la delegación de Egipto —que había presentado el proyecto de
resolución al Consejo de Seguridad— por presiones de Estados unidos a través de
una llamada directa del mandatario electo estadounidense Donald Trump al
presidente egipcio Abdelfatah al-Sisi
pospuso el proceso. Finalmente, se sometió a consulta este viernes por
las delegaciones de Nueva Zelanda, Malasia, Venezuela y Senegal, coautores del
texto.
La resolución N°2334 es la primera referente al
conflicto palestino-israelí después de ocho años. Con ella se condena la
conducta violatoria del derecho internacional por parte de Israel. Aprobada por
14 votos a favor y una abstención – la de Estados Unidos que no ejerció el
derecho a veto que había sido una constante en la historia de estas votaciones
en el seno del Consejo de Seguridad – esta resolución es documento que destaca
claramente que la presencia de Israel y sus fuerzas ocupantes en la Ribera
Occidental y en Al Quds Este – Jerusalén - supone una “violación del derecho
internacional y una grave obstáculo para solucionar el conflicto, a través de
la creación de dos Estados”.
Esta Resolución reafirma la ilegalidad de los
asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados, incluida
Jerusalén Oriental y reitera la exigencia de que la entidad sionista ponga fin
de inmediato y por completo a todas sus actividades de ese tipo. Según se
señala en la página oficial de la ONU,
con esta importante determinación se subraya que la Organización
Internacional no reconocerá ningún cambio a las fronteras acordadas en 1967, lo
que incluye a Jerusalén. El texto llama,
asimismo, a tomar medidas para prevenir actos de violencia contra civiles,
incluidos atentados terroristas.
Finalmente, llama a las partes a retomar los esfuerzos para iniciar
negociaciones creíbles y definir la cuestión del proceso de paz de acuerdo con
las recomendaciones del Cuarteto de Paz para Oriente Medio.
Rafael Ramírez, Embajador de Venezuela ante la
ONU señaló en la presentación de esta Resolución que “Al someter esta propuesta
nos anima el firme compromiso de revertir esta peligrosa tendencia para
salvaguardar los intereses del pueblo palestino y la viabilidad de su estado y
para revitalizar el proceso de paz que se ha visto estancado por más de 20
años. Ya es hora que este Consejo de Seguridad asuma la altísima
responsabilidad que tiene en el origen y en la extensión de este conflicto”-
La presidencia de la Autoridad Nacional
Palestina – ANP - a través del portavoz
Abu Rubeina, señaló que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra
los asentamientos ilegales es un ‘un gran golpe’ para Israel. Mediante una
declaración pública emitida este sábado 24 de diciembre el Movimiento de
Resistencia islámica palestina – Hamas – señaló ante la Resolución N° 2334 que
“Son muy valiosas las posturas de los países que votaron por el derecho inalienable
del pueblo palestino a poseer sus tierras y sus propiedades, y rechazar las
agresivas políticas de los asentamientos. En este mrco, llamamos a la comunidad
internacional a seguir con este tipo de posturas “justas” sobre la causa
palestina a fin de defender a los palestinos y sus derechos”.
Para indignación del régimen de Benjamín
Netanyahu, la propia embajadora de EE.UU. ante la ONU, Samantha Power, en un
mazazo al sionismo destacó que "no se puede abogar por asentamientos y la
solución de los dos Estados. No vetamos la resolución, ya que refleja los
hechos en el terreno y es consistente con la política estadounidense".
John Kerry, Secretario de Estado norteamericano señalo, por su parte que
“aunque no estamos de acuerdo en todos los aspectos de esta resolución, ella,
con razón, condena la violencia, la incitación, la actividad de los
asentamientos e insta a las partes a tomar medidas constructivas”. Por su parte, para el asesor presidencial
estadounidense, Ben Rhodes “la
actividad por parte de Israel en materia de asentamientos amenaza la
coexistencia pacífica de los dos Estados. Una actividad que se ha intensificado
durante los últimos años, sobre todo después del 2011. La condena de la
política de asentamientos de Israel es consistente con la política de EE.UU.,
que es apoyada por ambos partidos".
Para el mandatario electo Donald Trump, quien se
jugó por evitar esta derrota israelí “las cosas en la ONU a partir de mi
presidencia serán diferentes" en una clara muestra de apoyo a un régimen
alicaído como el israelí y que espera, de la mano del multimillonario
estadounidense, devenido presidente,
tener nuevos aires en su política colonialista. A pocos minutos de salir
a la luz pública la Resolución N° 2334,
el régimen israelí emitió una declaración señalando que no acatará lo
determinado por el Consejo de Seguridad. Para el régimen de Netanyahu la
responsabilidad de esta dura derrota es atribuible a la administración de
Barack Obama que “no solamente falló para proteger a Israel contra esta conspiración
en la ONU, sino que se coludió con ella entre bastidores". El embajador de
Israel ante las Naciones Unidas, Danny Danon – ex Vice Ministro de Defensa de
Netanyahu , admitió que tenía esperanzas
que Estados Unidos vetara lo que denominó “una vergonzosa
resolución".
Aplicar sanciones Contra el Régimen Sionista
Este tipo de resoluciones son de carácter
vinculante y obliga a los países involucrados al cumplimiento de la decisión
tomada en la cual se considera que la construcción y ampliación de estas
colonias en los territorios ocupados palestinos constituyen una “violación
flagrante de las leyes internacionales y un severo obstáculo para la paz”. La
Resolución N° 2334 del CSNU implica un
clarísimo reconocimiento del carácter ilegal de los asentamientos y constituye
un poderoso instrumento para la exigencia de responsabilidades a las
autoridades civiles y militares israelitas en el plano internacional en hechos que son claramente constitutivos
de crímenes de guerra y lesa humanidad, fundados en el derecho internacional
humanitario.
El propio CSNU, los países que aspiran al
cumplimiento de las leyes internacionales, la
Autoridad Nacional Palestina, Hamas, los gobiernos amigos de Palestina y
la sociedad civil deben comenzar a
trabajar por exigir el cumplimiento de esta Resolución y si ello no se ejecuta
establecer las sanciones que el incumplimiento de un mandato internacional
exige. El Consejo de Seguridad de la ONU debe tomar medidas concretas, incluso
amenazar con sanciones selectivas, contra las partes del conflicto de Siria que
incumplen descaradamente los términos de una resolución adoptada por unanimidad
por la ONU. Estas sanciones pueden ser políticas, diplomáticas, económicas,
militares. El recurso a las sanciones, previsto explícitamente por el artículo
41 de la Carta de las Naciones Unidas , permite al Consejo de Seguridad pedir a
los Estados miembros que apliquen medidas coercitivas con el fin de hacer
efectivas sus decisiones y contribuir de este modo al mantenimiento de la paz y
de la seguridad internacionales. Los diversos regímenes de sanciones adoptados
por el Consejo pueden equipararse a instrumentos políticos destinados a velar
por el mantenimiento de la paz y la seguridad.
Recordemos que la Carta de las Naciones Unidas
ha creado lo que denomina un sistema de seguridad colectiva, que está recogida
en su Capítulo N° VII y que es administrado, centralizadamente por el Consejo
de Seguridad – definido como el órgano principal de la organización según el
artículo 7o. de la Carta. En vista de la necesidad de cumplir el cometido
esencial, el cual es velar por el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, este Consejo
puede adoptar las siguientes medidas: Primero, medidas que no implican el uso
de la fuerza, lo que usualmente se denominan sanciones, contempladas en los
artículos 40 y 41 de la Carta de las Naciones Unidas. Segundo, medidas que
implican uso de la fuerza, que están consignadas en los artículos 42 y
siguientes de la Carta). Tercero, otras medidas, que si bien no se desprenden
de manera explícita en la carta de la ONU, si se han constituido a partir de la
práctica que el propio CSNU ha utilizado en la exigencia de resoluciones como
ha sido en el caso de Serbia, Libia, Irak, Siria. Esto último, a través de un
papel similar al que cumpliría un legislador, por ejemplo, con la adopción de
acciones contra el terrorismo y la creación de tribunales penales ad hoc frente
a acusaciones de crímenes de guerra y lesa humanidad.
El CSNU tiene experiencia a la hora de ejercer
las sanciones cuando los miembros de la ONU no cumplen las determinaciones del
ente multinacional y en este caso es muy probable que Israel se niegue a
cumplirlas. Ya lo ha declarado su gobierno y por tanto la parálisis no puede
ser el curso de acción. Las sanciones
suelen ser estandarizadas, como embargos de armas y bienes sensibles, la
prohibición de viajar a sus cargos políticos, militares y empresariales,
congelación de activos. Esto, de tal forma de privar al violador de sus medios
de acción de sus recursos y ejercer
presión para cooperar en el proceso de solución de un conflicto en el cual es
parte. Para ello el CSNU debe crear un Comité de sanciones acompañado de un
grupo de expertos para garantizar la aplicación efectiva de las sanciones por
los Estados miembros de las Naciones Unidas.
Esta resolución será, sin duda, un aliciente muy
poderoso en la demanda presentada en Chile a principios del mes de diciembre
contra tres jueces de la Corte Suprema israelí, precisamente por crímenes de
guerra con relación a la construcción del muro, la confiscación de tierras, la
construcción de asentamientos, la violación del derecho a desplazamiento de la
población palestina en Beit Jala – localidad ubicada a pocos kilómetros de Al
Quds en lo que se denomina el valle de Cremisán - . Para el abogado Gonzalo
Boye, uno de los profesionales que asesoró a los abogados chilenos que
presentaron la demanda contra los magistrados israelíes en Chile, la resolución que se aprobó en Nueva York
este viernes 23 de diciembre “es un puntal muy valioso para fundamentar las
investigaciones que está haciendo la Fiscalía de la Corte Internacional y
también se constituye en un instrumento jurídico y político de enorme
trascendencia de cara a cualquier reclamación judicial en contra de quienes
diseñan, practican financian y/o apoyan la ocupación de los territorios
palestinos “
Para Gonzalo Boye, el incumplimiento de la
resolución aprobada en el CSNU puede conllevar sanciones a Israel y su régimen
pero, lo más importante es que se constituye y se establece a ojos del mundo la
absoluta ilegalidad de la ocupación israelí del WestBank. El CSNU debe exigir
ahora la aplicación del acuerdo en todos los ámbitos afectados por esta
política colonialista de ocupación y construcción de asentamientos, que implica
el traslado de miles de colonos a territorio palestino. Y, especialmente debe
encauzar los requerimientos jurídicos internacionales para que la entidad
sionista de cumplimiento a las exigencias contenidas en esta resolución. Que ha
dejado establecido que le guste o no al ocupante israelí, que su proceder en la
Ribera occidental y la política criminal ejercida debe cesar.
Esta resolución es un importante avance frente a
una política violatoria del derecho internacional que el régimen de Netanyahu
venía ejerciendo sin que la comunidad internacional emitiera opinión alguna.
Ahora bien, uno de sus más importantes instrumentos como es el Consejo de
Seguridad – que seguramente será despreciado por Tel Aviv – ha definido que la
política de ocupación, de colonialismo, de construcción de viviendas y el
traslado de colonos es ilegal, debe cesar completamente. Israel ha decidido
hace tiempo ya – desde el momento mismo que firmaron los impotentes Acuerdos de
Oslo del año 1993 que Palestina no tiene derecho a existir y para ello fue
creando, con su policía de ocupación y apartheid una serie de bantustanes,
aislados unos de otros, segregados y sometidos a la ocupación civil y militar
de la entidad sionista, decidida a expulsar a los palestinos de su tierra como
lo hizo el año 1948 con la Nakba.
Recuperar Palestina Es Expulsar a los Colonos
En una serie de crónicas escritas al visitar
tierras palestinas a mediados de este año 2016 señalaba que Al Quds y lo que
ella representa constituye la expresión más clara, concreta y ejemplificadora
de la conducta violatoria y de la práctica de crímenes de guerra y lesa
humanidad que el sionismo ejerce sobre el pueblo palestino, el quebrantamiento
de las leyes internacionales y
cualquier acción que implique negarse a devolver los territorios usurpados a
sus legítimos dueños. Al Quds, así como Al Jalil, Bayt Laḥm, Nablus, Tulkarem,
Jericó entre otras son la prueba evidente que Israel y lo que tras la guerra
del año 1967 se consideraban “territorios administrados” han pasado, en virtud
de su ideología racista, a ser territorios ocupados por una potencia colonial
represiva y criminal, en cuyo ideario la ciudad de Al Quds adquiere ribetes
mitológicos, considerándola parte única e indivisible de su falsaria idea que
les ha sido otorgada por gracia divina.
Este mito es el que viene a romper la resolución
del CSNU y que da fuerzas al pueblo palestino y a la comunidad
internacional, que alienta la
autodeterminación de este pueblo, a denunciar la permanente política de
usurpación de los barrios de Al Quds, de los pueblos y ciudades del West Bank,
de exigir el derribo de un Muro miserable y sobe todo exigir el cese de los
crímenes que diariamente comete la soldadesca y los colonos en los territorios
ocupados. Esta resolución permite dar fuerza vinculante a las demandas
permanentes de las autoridades palestinas, de su pueblo y las organizaciones
que apoyan la lucha de esta sociedad: que termine la construcción de
asentamientos de colonos, ya sea en la parte este de la ciudad de Al Quds, tras
la línea verde o en las zonas adyacentes, conformando un anillo de dominio y
fragmentación, destinado a impedir – si en el futuro así se da – la devolución
de todos aquellos territorios expoliados al pueblo palestino. Tal como sucede
en el resto del territorio de la Ribera Occidental.
La Disposición N°2334 del Consejo de Seguridad
debe ser cumplida de tal forma que la Autoridad Nacional Palestina tome la
iniciativa para exigir, por ejemplo, que la serie de asentamientos que rodean a
Al Quds, como el de East Talpiot,
Pisgat Ze’ev, Gilo, Neve Yaakov, además de la siempre creciente Colonia
de Maa´ ale adumin dejen de ampliarse mientras se discute su destrucción y
salida de esos 300 mil colonos que irrumpieron en Al Quds Este y en barrios del
casco antiguo como Silwan, Shuafat, Bein Hanina, Wadi Hilwe Haman al Ain, Al Bustan generando una situación de
ocupación de hecho que suele ir
acompañada de la irrupción de fuerzas militares, para proteger a esos grupos
extremistas israelíes. Como también dar los pasos para la salida de los 350 mil
ocupantes extremistas que ocupan tierras palestinas en Al Jalil – Hebrón –
Nablus, Jericó en el valle del Aghwar – Jordan
Es, sin duda, una tarea compleja, sobe todo
porque la entidad sionista ha violado e inucmpliod todas y cada una de las
resoluciones emitidas contra su ocupación criminal. Pero hoy, es un deber
moral, político de sobrevivencia para el pueblo palestino el ejecutarla y
exigir sanciones si esa Resolución se incumple, develar la verdadera cara del
sionismo en un marco regional donde el Eje de la resistenncia – que tiene como
eje la causa palestina – puede ser de enorme ayuda. Es un deber Sacar a esos
colonos de características y práctica terrorista, protegidos por un Ejército de
ocupación y exterminio al estilo de las SS hitlerianas, que violan la
legislación internacional, ocupan cada pulgada de las más ricas y fértiles
tierras palestinas, en asentamientos que no respetan ni siquiera las fronteras
establecidas a golpe de complicidad de los organismos internacionales y los
aliados de Israel. Colonos que se confunden con el ejército sin existir una
distinción precisa pues muchos colonos son oficiales o miembros del Ejército
Sionista y son miles los oficiales que viven en los asentamientos en los
territorios palestinos.
En mi trabajo titulado ¿cómo frenar a los perros
de guerra? Denominación que el ex parlamentario y activista israelí da a los
colonos judíos extremistas asentados en territorio palestino en el West
Bank señalaba “La mayor parte de los
colonos son nacionalistas religiosos, extremistas y radicales que votan al Likud
de Netanyahu como también a formaciones terroristas como Yisrael Beytenu del
sionista y ex Ministro de Asuntos Exteriores -hasta mayo del año 2015- Avigdor
Lieberman quien habita en Nokdim, un asentamiento ubicado en Cisjordania.
Lieberman es partidario de decapitar a aquellos "árabes-israelíes que sean
desleales a Israel". Como también no dejar piedra sobre piedra destruir
todo. Bombardear Irán, como también Beirut. Propulsor del llamado Plan Transfer
que consiste en trasladar a Jordania u otros países árabes a todo habitantes
árabes que vivan en Israel y los territorios ocupados. Un Lieberman con
opiniones tales como "Sería mejor ahogar a los palestinos en el Mar
Muerto, si fuera posible, puesto que es el punto más bajo del mundo".
Ideas y prácticas similares a las expresadas por los partidarios del
nacionalsocialismo hitleriano, que implementó una política de exterminio del
pueblo judío, tal como el sionismo lo concreta con el pueblo palestino. Una
paradoja cruel que asimila el nacionalsocialismo con el nacionalsionismo.
Los colonos en Al Quds – Jerusalén - y en el
West Bank son de la misma estirpe rabiosa que Lieberman e impiden avanzar
incluso en la idea de dos Estados, que ha sido asumido en forma humillante por
la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que ha ido de tumbo en tumbo desde los
Acuerdos de Oslo firmados el año 1993 -oficialmente Declaración de Principios
sobre las Disposiciones relacionadas con un Gobierno Autónomo Provisional- y
que lo han hecho ir cediendo demanda tras demanda ante el régimen israelí. Tal
política contrasta con la llevada a cabo por otras entidades políticas, que a
pesar de represión, agresiones militares, invasiones y miles de muertos aún
sostienen la valerosa bandera de la autodeterminación, bajo el marco político y
militar que ello significa, como es el caso de Hamas que gobierna la asediada
Franja de Gaza.
Es claro que la Resolución N° 2334 dada a
conocer en este viernes 23 de diciembre del año 2016 marca un hito fundamental.
Como también es claro que no será cumplida por Israel, lo que obliga a dar los
pasos efectivos en todos los frentes de lucha para esta determinación sea
ejecutada. Israel no entenderá otra línea de acción que no sea la fuerza
conjunta del pueblo palestino, acompañado del Boicot, las sanciones y la
desinversión, que implique cercarlos, tal como se hizo con el régimen del
apartheid en Sudáfrica, con el claro compromisos de la comunidad internacional.
Y hablo, simplemente, de acciones no violentas, aunque no se puede descartar,
cuando las condiciones así lo permitan una política de mayor presión, donde
actores regionales de importancia y un cambio en la correlación de fuerzas
permita acorralar al régimen sionista. Incluso si ello conlleva medidas de
enfrentamiento que tendrán un resultado muy distinto al que ha estado
acostumbrado Israel y que puede marcar el principio del fin del sionismo. El
marco jurídico internacional lo
permite, la voluntad y la dignidad nos exige hacer cumplir lo que durante 68
años ha sido una política de desprecio a las leyes internacionales por parte de
la entidad sionista. Es hora de actuar, con firmeza, con la razón de pate del
pueblo palestino y aquellos que lo apoyan,
con todas las fuerzas de la historia.
Fuente: TelesurTv