Por Santiago O´Donell para ARGENLEAKS.
Los cables no dejan margen a la duda. Para el
gobierno de Estados Unidos, el principal lavador de dinero del narcotráfico de
Paraguay -y uno de los más importantes de América Latina- es su actual
presidente, Horacio Cartes. No lo dice ahora, claro, ya que semejante
afirmación desataría un conflicto internacional. Después de todo, Cartes fue
elegido democráticamente por el pueblo paraguayo. La información aparece en dos
cables diplomáticos filtrados por WikiLeaks años atrás.
Banquero, empresario tabacalero, fabricante de
bebidas gaseosas, presidente de Libertad, uno de los clubes de fútbol más
populares de Paraguay, Cartes gano la presidencia en abril del 2013 con el 45
por ciento de los votos. Su agrupación política, el Partido Colorado, domina la
política de Paraguay desde hace más de un siglo, siempre alineado a la política
exterior de Estados Unidos.
Cuando los periodistas paraguayos le preguntaron
por los Wikileaks durante la campaña, Cartes dijo que no le habían encontrado
nada, que nadie lo había presentado pruebas concretas de su supuesta conducta
criminal ante tribunales estadounidenses, y que sus competidores
norteamericanos en el negocio del tabaco estadounidense habían fabricado las
acusaciones en su contra.
Asumió con el silencio de Washington y en sus
primeras declaraciones como jefe de Estado, como buen presidente Colorado, se
deshizo en elogios hacia Estados Unidos. “A mi me gusta mucho, crecí mucho con
Estados Unidos. Papá, fallecido ya, trabajaba mucho con la representación de
aviones Cessna, fue donde nos tocó estudiar a todos los hermanos. Un país donde
funciona todo…es un país que cuando uno comete un error lo paga, funciona todo,
funciona la justicia, es un país que después de grandes crisis tiene capacidad
de reacción,” declaró. Pero según cables diplomáticos, el amor que Cartes
profesa por Estados Unidos no es correspondido.
El primer cable que lo incrimina está fechado el
27 de agosto de 2007. Fue escrito en la embajada estadounidense en Asunción y
lleva la firma del entonces embajador en Paraguay, James Cason. El cable cita
al jefe de la agencia antinarcóticos de Paraguay, quien le aseguró a un
diplomático estadounidense que 80% del dinero que se lava en ese país pasa por
un banco controlado por Cartes. El cable se refiere al nombramiento del ex
presidente del Banco Central de Paraguay, Ángel Gabriel González Cáceres, como
director de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (SEPRELAD)
durante el gobierno colorado de Nicanor Duarte Frutos. Según el despacho
diplomático, el entonces director de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD),
Hugo Ibarra, le dijo a un funcionario de la Embajada que González Cáceres había
accedido a la secretaría anti lavado para encubrir la actividad criminal de
Cartes y preservar su reputación de “pilar de la comunidad”. Dijo también que
por proteger a Cartes, el flamante funcionario seguramente recibiría un
“incentivo financiero”.
El director de la SENAD, Hugo Ibarra, le dijo al
encargado de Negocios de la Embajada el 21 de agosto: “no tengo nada que ver”
con González. Dijo que el rol de González en el colapso del Banco Alemán es
“noticia vieja” y “chiquitaje”. Entonces ofreció voluntariamente la siguiente
información: dijo que como presidente del Banco Central, González había tenido
un rol directo y personal en el lavado (“blanqueo”) de fondos del llamado
‘pilar de la comunidad’ Horacio Cartes y su Banco Amambay, haciendo notar que
80% de lavado de dinero en Paraguay se mueve a través de esa institución
bancaria. Ibarra indicó que González sigue involucrado en el Amambay, y
preguntó por qué un ex presidente del Banco Central aceptaría un cargo inferior
como director del SEPRELAD—manejando una oficina con menos de una docena de
empleados— a menos que exista algún otro incentivo financiero.
El segundo cable es mucho más contundente.
Fechado el 5 de enero de 2010 y enviado desde la embajada en Buenos Aires, dice
que la DEA, la principal agencia antinarcóticos de Estados Unidos, seguía a
Cartes por lo menos desde abril de 2009, cuando lanzó la operación trasnacional
“Corazón de Piedra” (“Heart of Stone”)desde las embajadas de Asunción y Buenos
Aires, y desde la oficina de la DEA en Nueva York. El cable dice que el equipo
de la DEA en Buenos Aires había infiltrado uno de sus agentes en la
organización de Cartes. Al mismo tiempo, según el cable, Cartes había
despertado el interés de la ATF (Bureau of Alcohol, Tobacco and Firearmas), la
agencia que hizo famoso a Eliot Ness, el superagente que se hizo famoso
persiguiendo capo mafioso Al Capone. La ATF se especializa en investigar el
contrabando de tabaco, y había detectado que Cartes era uno de los principales
contrabandistas de tabaco ilegal a Estados Unidos. Cartes ya figuraba en la
base de datos de sospechosos de narcotráfico de la DEA, llamada NADDIS, con el
número 2749184.
Como la DEA depende del departamento de Justicia
y la ATF depende del departamento del Tesoro-, pero ambas investigaban al mismo
sospechoso, la ATF organizó una reunión para coordinar esfuerzos. Esa reunión,
dice el cable, se llevó adelante entre el 6 y el 9 de abril de 2010 en un hotel
de Panamá. Según el despacho diplomático firmado por la embajadora en Buenos
Aires, Vilma Socorro Martínez, de la reunión participaron agentes de la DEA que
viajaron desde Buenos Aires, Asunción, Lima y Nueva York, y agentes de la ATF
llegados desde sus oficinas de Bristol y Winchester, Virginia, y Washington
D.C. También participaron funcionarios de la fiscalía del Distrito Este de
Nueva York. Además, estuvieron presentes directivos de las principales
multinacionales tabacaleras, como British American Tobacco, R.J. Reynolds
Tobacco Company y Altria Group (ex Phillip Morris).
En la reunión de Panamá se decidió designar a
Cartes como “blanco prioritario consolidado” (Consolidated Priority
Organization Target, o CPOT), un estatus al que sólo acceden quienes son
considerados por Estados Unidos como los jefes de las organizaciones delictivas
más poderosas que amenazan a ese país. La asignación “CPOT” a una persona
significa que la investigación pasa a ser una prioridad para todas las agencias
de seguridad pública en Estados Unidos. La “Operación Corazón de Piedra” es una
investigación trasnacional coordinada. Está enfocada en la disrupción y el
desmantelamiento de una importante empresa de tráfico de drogas y lavado de
dinero que opera en la Triple Frontera de Argentina, Paraguay y Brasil, y en
otras partes del mundo. Esta investigación ha establecido vínculos entre el
tráfico de drogas, el lavado de dinero y otras organizaciones criminales y, por
lo tanto fue aprobada como investigación de Blanco Prioritario Consolidado
(CPOT) en abril de 2009.
A partir de esa designación, el grupo reunido en
Panamá decidió ampliar la operación “Corazón de Piedra” para incluir a otras
agencias que pudieran aportar información sobre Cartes o que estuvieran
interesadas en él. De esa forma, sigue el cable, se decidió sumar a la
operación “Corazón de Piedra” a representantes de la Fuerza Especial Antimafia
de la Ciudad de Nueva York, que ya seguía al actual presidente de Paraguay en
el marco de una operación anti lavado conocida como operación “Cuerda Floja”
(“Tightrope”).
También incluyó a funcionarios especializados en
actividades criminales del departamento de Justicia, del departamento del
Tesoro, de la Aduana, del departamento de Migraciones (INS), de la Reserva
Federal y de la agencia impositiva federal (IRS) de Estados Unidos. Tras
enumerar las distintas oficinas estatales que se sumaron a la pesquisa, el
cable identifica a Cartes como el blanco principal de la mega investigación, y
dice que la DEA ha logrado infiltrar un agente encubierto en el círculo íntimo
del empresario paraguayo. Para no dejar dudas acerca del blanco de la
operación, el autor de cable siempre escribe la palabra “Cartes” con
mayúsculas.
El equipo investigativo ha implementado
estrategias y operaciones dirigidas a atacar la infraestructura financiera de
las redes de suministro del narcotráfico y otras empresas criminales operando
en la Triple Frontera. Utilizando un enfoque estratégico para apuntarle a los
centros internacionales de comando y control de estas organizaciones criminales
basadas en la Triple Frontera, los agentes han tenido éxito en introducir un
agente encubierto de la DEA al CPOT designado Horacio CARTES.
A través de la utilización de una fuente
colaborativa y de agentes encubiertos de la oficina en Buenos Aires de la DEA,
agentes han infiltrado la empresa de lavado de dinero de CARTES, una
organización que, se cree, ha lavado grandes cantidades de divisas
estadounidenses generadas por medios ilegales, incluyendo la venta de
narcóticos desde la Triple Frontera hacia los Estados Unidos. Este cable hará
una síntesis del reciente esfuerzo por desarrollar una investigación en lo que
se refiere al CPOT designado CARTES y miembros de su círculo íntimo.
La Región Cono Sur (oficinas de Asunción y
Buenos Aires) seguirá trabajando en equipo con todas las demás oficinas
interesadas para desarrollar agresivamente esta investigación. A continuación,
el cable hace una síntesis de lo que ocurrió en la reunión de Panamá y habla de
la estrategia acordada para continuar la investigación.
Dice que la DEA va a intentar introducir un
segundo agente encubierto en el círculo de Cartes y que hacen falta documentos
falsos para proteger la identidad del agente. Los documentos, dice el cable,
estarían disponibles en pocas semanas. También, se intentaría “hablar” en
secreto con un lobista tabacalero estadounidense allegado a Cartes, llamado
William Cloherty, que figura en la base de datos de narcotraficantes de la DEA
con el número NADDIS 6967114, para que cuente lo que sabe y colabore con la
investigación.
Está claro que una mega investigación de las
dimensiones de la operación “Corazón de Piedra” no se realiza para averiguar si
Cartes es o no es un narcolavador. Esto se da por hecho. El objetivo de la
investigación es reunir pruebas que sirvan para llevarlo a la justicia, o para
negociar con él desde una posición de fuerza. Una cosa es saber que Cartes es
un narcolavador a gran escala mediante infidencias off the record de
encumbrados policías, banqueros o políticos paraguayos y por haber infiltrado
su organización con agentes encubiertos, y otra cosa es estar en condiciones de
demostrarlo ante un tribunal de justicia.
Para asegurarse una condena hace falta un nivel
probatorio mucho más alto del que ofrecen las confidencias íntimas y
circunstanciales de informantes de embajadas, los testimonios de agentes
encubiertos que actúan de forma ilegal en territorio extranjero y las certezas
del denunciante. Además, cuando un narcotraficante se convierte en presidente
de un país, lo que al comienzo era un caso criminal se transforma en una
cuestión de Estado. O sea, aparecen poderosos factores estratégicos
relacionados con la defensa de interés nacional de Estados Unidos. Allí entra a
jugar la CIA (Central Intelligence Agency), la agencia líder de Estados Unidos
en investigaciones vinculadas con la seguridad nacional que se realizan en el
extranjero. Con sólo invocar “razones de seguridad nacional”, la CIA cuenta con
la potestad de cerrar investigaciones que otras agencias realizan en el
extranjero (el equivalente en el territorio estadounidense es el FBI). Es así
como una larga lista de personajes con pasados oscuros, al acceder a posiciones
de poder, entran en contacto con la CIA y rápidamente se convierten en
fervorosos defensores de los intereses estadounidenses en su país.
En el lenguaje de las agencias de seguridad de
Estados Unidos, la conversión de un criminal en un colaborador cercano se
denomina “flipear”. La ley estadounidense no sólo lo permite sino que lo
alienta como el método más expeditivo para llegar al tope de la pirámide
delictiva. A falta de filtraciones posteriores, para tener una idea de cómo
siguió la operación “Corazón de Piedra”, habrá que estar atentos a los próximos
movimientos de Horacio Cartes y, sobre todo, a su política hacia los Estados Unidos.
Fuente: Victor Hugo Morales