Por: Iroel Sánchez
Este domingo 6 de noviembre hay elecciones en
Nicaragua. Todo parece indicar que el candidato del Frente Sandinista de
Liberación Nacional, Daniel Ortega, vencerá con una ventaja indiscutible, a
pesar de la injerencia externa que por distintas vías ha tratado de influir en
los resultados, como demuestra exhaustivamente el sitio Nicaleaks.
Pero… ¿qué pasará si, como todo parece indicar,
vence la candidatura de Ortega? Pues ya está en marcha la estrategia para no
dejarlo gobernar, golpeando duramente la economía nicaraguense hasta llegar a
una situación de ingobernabilidad como se ha intentado en Venezuela y otros
países con gobiernos que resultan incómodos a los intereses de Estados Unidos
en la región.
La legisladora cubanoamericana Ileana
Ros-Lehtinen (republicana) y su colega Albio Sires (demócrata), desde hace
pocas semanas impulsaron en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, una
Ley de Condicionalidad de la Inversión en Nicaragua (Nica Act) que en en el
Senado promueve el también cubanoamericano Ted Cruz. El objetivo es impedir
créditos e inversiones imprescindibles para un país pequeño y pobre como
Nicaragua, con el pretexto de “violaciones a derechos humanos y retroceso de la
democracia en Nicaragua”. Una especie de Ley Helms-Burton -“Ley para la
libertad y la solidaridad democrática cubana”- a la nicaraguense.
Así, la presión económica, junto al apoyo
financiero a medios de comunicación privados financiados desde el exterior
también revelado por Nicaleaks, se crean las condiciones para otro golpe
“suave” contra un gobierno latinoamericano electo en las urnas.
El hecho de que sean los representantes de la
extrema derecha cubanoamericana los promotores en el Congreso estadounidense de
la “Ley NICA”, muestra con claridad que toda esta estrategia continental busca
golpear a la Revolución cubana dejándola sin aliados en la región, mientras,
desde dentro de la Isla, el dinero del gobierno estadounidense que ese mismo
sector maneja a través de grupos subversivos en Cuba busca hacer implosionar el
sistema cubano.
Esto coincide, además, con el hecho de que se
mantienen todos los efectos del bloqueo estadounidense sobre el mayoritario
sector estatal de la economía cubana, a la vez que la inestabildad en Venezuela
-también impulsada desde Estados Unidos- crea dificultades con el
abastecimiento energético y las finanzas externas de Cuba.
Se trata de la articulación regional de las
fuerzas más reaccionarias, que ha sido durante el gobierno de Barack Obama
mucho más efectiva -golpes de nuevo tipo en Honduras, Paraguay y Brasil avance
de la desetabilización de Venezuela, Ecuador y Bolivia junto al regreso
neoliberal al gobierno en Argentina- que las de su antecesor George W. Bush. La
probable victoria de Hillary Clinton en las elecciones norteamericanas del 8 de
noviembre frente al impresentable Donald Trump no anuncia otra cosa, más si se
recuerda que fue su esposo -Bill Clinton- quien aprobó la Ley Helms Burton
contra Cuba, pactando con los mismos sectores que impulsan la “Ley NICA”.
Fuente: Cuba Debate
(Tomado de CubAhora)
