lunes, 10 de octubre de 2016

""Apuntan sobre nuestras conciencias""


GUERRA SICOLÓGICA Y SUBVERSIÓN SEGÚN UN GENERAL CUBANO
En operaciones diseñadas por entidades específicas, con el propósito definido de manipular, confundir o engañar por medios legales o ilegales la conciencia de una o más personas, incluida la misma sociedad y que cuenta como objetivos adicionales, calumniar, desacreditar y confundir a las personas sobre problemas concretos de su vida, la política, la cultura y todo los relacionado con su manera de pensar, es decir la ideología.
Por el General Fabián Escalante*

“En el enfrentamiento a la subversión ideológica y las operaciones de guerra sicológica, debemos contar con una definición clara y precisa de cuáles son las peculiaridades de la una y la otra.

Su comprensión permite estar mejor preparado para el combate contra este implacable y sutil enemigo Imperial”. afirma el general Fabían Escalante, Jefe de la Inteligencia cubana durante años (1).

La CIA y la USAID norteamericanas son las agencias “vanguardias” en esta “guerra” y cuentan con el apoyo de sus pares de los países capitalistas desarrollados, que por iguales motivos realizan actividades similares.

Subvertir, según el diccionario, “es revertir, desestabilizar o destruir lo establecido en el terreno de los valores y principios”, mientras que la guerra sicológica según el diccionario militar de Estados Unidos, consiste “en acciones emprendidas por parte de una o varias naciones en la propaganda y otros medios de información contra grupos enemigos, neutrales o amigos de la población, para influir en sus concepciones, sentimientos, opiniones y conductas, de manera que apoyen la política y los objetivos de la nación o grupo de naciones a la cual sirve esta guerra sicológica”.

Devienen por tanto, en operaciones diseñadas por entidades específicas, con el propósito definido de manipular, confundir o engañar por medios legales o ilegales la conciencia de una o más personas, incluida la misma sociedad y que además cuenta como objetivos adicionales, calumniar, desacreditar y confundir a las personas sobre problemas concretos de su vida, la política, la cultura y todo los relacionado con su manera de pensar, es decir la ideología.

Son importantes estas conceptualizaciones, porque no se puede combatir lo que no se conoce o se encuentra insuficientemente definido.

En el pasado, en reiteradas oportunidades escuché afirmar a compañeros que se aprestaban a luchar contra la diversión o el diversionismo político ideológico, sin que probablemente hayan tenido claro el concepto empleado.

Por las definiciones existentes, la subversión es lo genérico y las acciones de guerra sicológica es lo real, lo tangible.

Lo primero es el concepto(el qué) mientras que lo segundo es la implementación de lo anterior, (el cómo).

De ahí que subvertir sea la intención, el proyecto, el fin, los deseos enemigos para derrocar al gobierno revolucionario, sin embargo, el método que emplean, son las operaciones de guerra sicológica dirigidas a influir y/o manipular la conciencia humana con acciones prácticas en aquel sentido.

Requisito básico para el desarrollo de las mismas, será la pretensión de actuar sobre las mentes, concepciones y conducta del hombre.

El sabotaje a una negociación estratégica, es parte de una operación de guerra sicológica, pues el enemigo se propone actuar sobre la siquis del hombre que está involucrado en ella -el único que puede hacerlo- para cambiar sus concepciones y conducta, y mediante engaño frustrar la transacción; como también, lo es el intento de persuadir o engañar a empresas extranjeras con tergiversaciones y falsedades, para que suspendan o reduzcan las negociaciones con nuestro país.

La música es un componente del arte y por tanto de la cultura de los pueblos.

Como se sabe, en el 2014 la USAID intentó en Cuba, por medio de un grupo musical de hip hop “los aldeanos”, crear un movimiento de protesta social dentro del país, “utilizando la letra de sus canciones, su música novedosa, para, primero, criticar a las autoridades y luego -pensaban- encabezar “multitudes” que salieran a las calles para derrocar al gobierno.

No era una idea loca, como pudiera pensar alguno, se trataba de utilizar las experiencias adquiridas en el derrocamiento de varios gobiernos de la Europa del Este, después del derrumbe soviético, particularmente el caso de Serbia, donde un movimiento similar tuvo suficiente éxito.

Recientemente el enemigo aprovechando los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro ha intentado, mediante una operación de guerra sicológica mediática, utilizando los medios de información mundiales, desacreditar los resultados obtenidos por nuestro deporte, una de las realizaciones más importantes de la Revolución cubana.

Para tales fines ha desencadenado una profusa campaña de tergiversación en pos de demostrar cómo los éxitos de nuestros deportistas han descendido, con la intensión de desacreditar y falsear la realidad.

En sus comentarios no tienen en cuenta que la mayoría de los países del Mundo han elevado su nivel deportivo, en muchas ocasiones, incluso, con la ayuda de Cuba; tampoco consideran que por causas del bloqueo criminal que padecemos, nuestros atletas no puedan competir en más eventos internacionales y por tanto adquirir mayor fogueo o que falten los recursos para los entrenamientos, o se roben constantemente a los deportistas cubanos ofreciéndoles “villas y castillas”.

Lo que subyace en su propaganda es lo negativo, sin percatarse del hecho real que tanto en aquellas Olimpiadas como en las Paralímpicas que recién concluyeron, Cuba una vez más, obtuvo resultados a la altura de las naciones más desarrolladas y pobladas del Mundo.

Ambas acciones son típicas operaciones de guerra sicológica, pues como se sabe ni el hip hop ni ningún otro género musical es subversivo, mientras que los resultados deportivos de Cuba a lo largo de su historia revolucionaria son tangibles y por tanto innegables.

De tal manera, en la lucha contra estas acciones enemigas, es necesario descubrir la intención que existe detrás de un hecho aparentemente neutral, cuales sus objetivos y fines, definiendo los canales utilizados.

Tener en cuenta además, que no todo es diversionismo o guerra sicológica, en tanto los países capitalistas proyectan su ideología, sus formas de pensar y ello, en sí mismo, no es subversivo aunque sea adverso a nuestro proyecto socialista.

Por supuesto, el enemigo se apoya en sus medios para la realización de sus actividades, de manera tal que resulta esencial para descubrir una operación de guerra sicológica la existencia de una intención hostil, manipuladora, encubierta bajo un ropaje aparentemente ingenuo, encaminada a obtener unos resultados subversivos.

Conocer esto, nos posibilitará actuar en la dirección correcta con respuestas contundentes, no solo mediante nuestros medios audiovisuales o la internet, sino en el trabajo político e ideológico y en la comunicación cara a cara, utilizando a nuestras organizaciones de masas y políticas esclareciendo y a la vez difundiendo nuestras verdades.

• Oficial de Inteligencia cubano. Su experiencia más relevante fue la investigación del asesinato de John F. Kennedy. Ha participado como miembro de la delegación de Cuba a las diferentes reuniones tripartitas cubano-soviético-norteamericanas, que han analizado los antecedentes, las causas, consecuencias y lecciones de la denominada Crisis de los Misiles, de octubre de 1962.

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