viernes, 29 de marzo de 2019

AFFAIR D’ALESSIO – EXTORNELLI. EL fiscal estaba paranoico con razón: su mujer le habría sido “plantada”


El fiscal y su pareja. ¿Infiltrada?

El piloto Jorge Christian Castañón, ex marido de Florencia Antonini, actual pareja del todavía fiscal Carlos Stornelli, al cual éste mandó espiar, es ciudadano estadounidense e instructor de la Fuerza Aérea de ese país, según pudo determinar la investigación llevada a cabo por el juez Alejo Ramos Padilla, que no está bajo secreto de sumario a causa de una exigencia del juez federal capitalino Julián Ercolini.

Nacido en Perú, Castañón se graduó como licenciado en Ciencias de la Economía en la Academia Naval de los Estados Unidos, y tras establecerse en Argentina completó un master en Finanzas Corporativas en la Universidad Torcuato Di Tella, y se desempeñó como oficial de enlace logístico de la Seguridad de la Embajada de los EUA en Buenos Aires.

Castañón fue, puntualmente, el encargado de gestionar y coordinar con el gobierno argentino el aterrizaje de 18 aviones de la US Air Force y el desembarco de un séquito de unos 300 funcionarios y agentes de seguridad e inteligencia en octubre de 2017 cuando el presidente Barak Obama visitó fugazmente nuestro país.

Esta información desmiente la hipótesis de que se trataría solo de un peruano bagayero (que contrabandea todo tipo de mercancías no ilícitas) a pesar de que esté muy claro que Florencia Antonini se especializaba en la venta de los elementos por él contrabandeados ante la vista gorda los agentes de la Aduana argentina, posiblemente por intercesión del agente de la AFI (ex SIDE)  Rolando Hugo Barreiro, destacado en Ezeiza y antiguo enlace con la CIA en Miami, quien está sospechado de integrar la asociación ilícita detectada por Ramos Padilla.

El dominio de Buenos Aires se fundó en el contrabando. Antonini pasaba la aduana sin problemas, como a alambrado caída. Posiblemente con ayuda de la AFI, ex SIDE.

Por el contrario Castañón aparece como un agente estadounidense first class, como mínimo al mismo nivel que el superagente Marcelo D’Alessio, un pluriempleado que realizaba trabajos para la NSA, la CIA y la DEA, además de para la AFI y otros servicios de inteligencia locales como los de las polícías bonarense y santafesina y los de la Prefectura Naval Argentina.

Digresión: Lo que podría explicar la animosidad de D’Alessio, que fue castigado por su fracaso en la introducción de armas, drogas y equipos de comunicación no declarados en un avión de la US Air Force que aterrizó en Ezeiza en febrero de 2011. El propio canciller Héctor Timerman encabezó el procedimiento que abrió por la fuerza una voluminosa maleta metálica luego de que se removiera por la fuerza a un corpulento militar yanqui que se había sentado sobre ella. Al negarse el removido a proporcionar la clave para abrirla, el canciller ordenó abrirla con una cizalla. Todo en presencia de los fotógrafos lo que redundó en una inédita humillación de los militares estadounidenses, acostumbrados a hacer tabla rasa con las leyes de los países tercermundistas.

Según D’Alessio, la apertura de esa maleta supuso que se estropearan sustancias no declaradas por valor de millones de dólares. Y que ello supuso que fuera castigado por sus empleadores de la DEA, que le ordenaron radicarse en Montevideo, donde purgó su protagonismo en el descalabro.

Acaso la inquina de D’Alessio con Castañón tenga relación con el rencor y la envidia que le produjo que Castañón saliera indemne de aquel episodio, y a su sospecha de que Castañón no fue ajeno a su desenlace, que luego atribuyó a su incontenible verborrea.

Lo cierto es que D’Alessio le propuso a Stornelli poner subrepticiamente cocaína en su equipaje, y le preguntó su prefería que lo “cortara” (detuviera) en Argentina o en los Estados Unidos.

Hay entre los investigadores hipótesis que a priori parecen descaballedas pero que quizá no lo sean. Una sostiene que la paranoia de Stornelli respecto a la fidelidad de su pareja no carecería de razones más allá del sexo, pues Antonini sería una agente de la CIA o de la DEA que  que “levantó” a Stornelli como parte de una operación de una de las centrales de esas agencia, tras llegar a la conclusión que D’Alessio y sus socios (y entre ellos, de manera prominente, el fiscal)  extorsionaban por su cuenta a empresarios al margen de las  instrucciones recibidas.  para detectar a todos los miembros de la gavilla.

Al parecer, la Embajada de los Estados Unidos (a la cual reportaba D’Alessio) fue mantenida al margen deesta operación, decidida en Langley o Arlington.

Fuente: Pájaro Rojo

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