domingo, 2 de septiembre de 2018

Herederos de la banda de Gordon procesados por lavado


Por Franco Mizrahi. 13 de agosto de 2018
Los hijos de quien fuera mano derecha de Aníbal Gordon en el centro clandestino Automotores Orletti fueron procesados por lavado de activos. Es por la transferencia trucha de propiedades obtenidas por su padre, Leonardo Miguel Save, gracias a dinero sucio robado a desaparecidos uruguayos. Se trata de unos terrenos a la vera de la laguna de Chascomús, donde iban a realizar un mega emprendimiento inmobiliario. El juez federal Ramos Padilla los acusa de haber “puesto en circulación en el mercado bienes provenientes de un ilícito penal considerado dentro de la categoría de crímenes de lesa humanidad”.

Las piezas del rompecabezas empezaron a encajar cuatro décadas después: el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, se acerca a la reconstrucción de un millonario botín de guerra que amasó la banda de Aníbal Gordon, en 1977. A principios de agosto dictó el procesamiento por lavado de activos de origen ilícito de los herederos de uno de los integrantes de la patota de la ex SIDE. Un predio rural ubicado en el Barrio “Parque Girado”, a la vera de la laguna de Chascomús, se transformó en la pista que permitió rearmar una historia.

De acuerdo a la exhaustiva investigación del magistrado, existen indicios objetivos para creer que la banda de Gordon adquirió dos fracciones de terreno para construir una mega obra inmobiliaria -que luego se frustró- con fondos robados a sus víctimas durante la última dictadura cívico-militar. El delito se concretó hace 41 años, pero en 2008 los documentos del registro de la propiedad arrojan que en la actualidad dichas tierras están a nombre de los cuatro hijos de quien fuera la mano derecha de Gordon, Leonardo Miguel Save. Por eso, el magistrado procesó a María Natalia Save (44); Ana María Save (41); y Marcelo Leonardo Save (46) –no hizo lo propio María Eugenia Save porque por cuestiones de salud no fue indagada aún- . Ramos Padilla también trabó un embargo sobre los terrenos investigados por $6.500.000. No les dictó la prisión preventiva a los imputados, al menos por ahora.

Para definir su decisión, el juez analizó las operaciones que realizaron los hijos del represor para “ser inscriptos como titulares registrales -en el año 2008 y luego de fallecido su padre- de los terrenos que habían sido adquiridos en el año 1976 con el dinero obtenido a partir de homicidios, secuestros, torturas y privaciones ilegitimas de la libertad llevadas a cabo por esa organización ilegal que funcionaba al servicio de la ex SIDE, bajo las ordenes de Aníbal Gordon, en el Centro Clandestino de Detención y Torturas conocido como ‘Automotores Orletti’ ”.  Esas  inscripciones estuvieron repletas de irregularidades: según la reconstrucción judicial, los Save realizaron distintas operaciones simuladas y utilizaron personas con identidades y poderes falsos para, finalmente, lograr poner los terrenos a su nombre.

En su resolución de 43 páginas, el magistrado de Dolores resaltó que no juzga ni responsabiliza a los procesados por los hechos cometidos durante la represión ilegal sino que les “reprocha las acciones que llevaron adelante con posterioridad y desde el año 1999 y que permitieron inscribir a su nombre los bienes adquiridos con el dinero obtenido ilegalmente”.

La dictadura fue cívico-militar. El golpe del 24 de marzo de 1976 fue planificado entre múltiples sectores de poder. Entre ellos, y fundamentalmente, los sectores empresarios tuvieron un alto grado de responsabilidad y participación en el genocidio. Muchas empresas han estado involucradas en los secuestros, torturas y desapariciones de sus trabajadores. Ford, Mercedes Benz, Las … Sigue leyendo

Las irregularidades

La parcela inscripta bajo nomenclatura catastral Partido 027, Circunscripción XI, parcela 1164 –con una superficie total de más de 468 hectáreas- pertenecía desde el año 1939 a Francisco José Girado, a quien le sucedieron en la titularidad en carácter de universales herederos –declarados como tales en 1965- sus hijos Francisco José Girado, Manuel Marcos Girado, Pedro Esteban Girado y Pablo María Girado y Flora Zorrilla de Girado. Ese terreno sufrió diversas subdivisiones y anexiones. Las parcelas que son motivo de investigación son las 1164M (21 ha) y 1164X (15ha). Una se hallaba a nombre de los herederos del mentado Francisco Girado –antiguamente parcela 1164g-; y la otra resultaba propiedad de la sociedad “Enrique Vanzato Sociedad Anónima, Comercial, Industrial, Financiera, Inmobiliaria y Agropecuaria” –antiguamente fracción de la parcela 1164h-. Ambas terminaron a nombre de los de Save.

De acuerdo al juez, “se falsearon identidades, se realizaron actos simulados y se consignaron valores simbólicos (de los terrenos); y de este modo, a través una cadena de poderes, cesiones y escrituración final, los hijos de Miguel Save pusieron los bienes analizados bajo su titularidad”.

La modalidad irregular fue la misma para las dos parcelas: en 1976 el adquirente del terreno dice hacerlo “en comisión”, no se consignan mayores datos personales de esas personas y se utiliza una identidad falsa para realizar la operación.

Tras los respectivos pasamanos, el 27 de junio de 2008, los hijos de Save concurrieron a una escribanía de la Ciudad de Buenos Aires y perfeccionaron la inscripción a su nombre de la titularidad de ambos terrenos.

Según la reconstrucción de los hechos, dijeron “que iban en representación de los herederos universales de Francisco José Girado en relación con la parcela 1164g y de Víctor Manuel Vanzato en relación con la parcela 1164x. Se menciona allí la presentación de los boletos de compra-venta, los poderes especiales y los contratos de cesiones de derechos con todas las irregularidades”.

Por todo esto, Ramos Padilla considera que se cuenta con un caudal probatorio “que da cuenta de la realización por parte de los hijos de Leonardo Miguel Save de operaciones que han puesto en circulación en el mercado bienes provenientes de un ilícito penal considerado dentro de la categoría de crímenes de lesa humanidad”.
 
El botín
Según se desprende de la pesquisa, la banda de Aníbal Gordon se hizo de millones de dólares al secuestrar, torturar y desaparecer a miembros a la organización uruguaya Partido por la Victoria del Pueblo (P.V.P.) – Organización Popular Revolucionaria “33 Orientales”, que actuaba en la Argentina.

Un grupo de tareas conformado por militares argentinos y uruguayos -pertenecientes a la banda que lideraba Nino Gavazzo- estaba obsesionado por una millonaria suma de dinero en dólares escondido en un departamento de la ciudad de Buenos Aires. Tras secuestrar a distintos militantes de la organización oriental, finalmente, los genocidas dieron con su cometido. Ubicaron su botín en el domicilio de Alberto Cecilio Mechoso Méndez. La suma en cuestión no pudo ser precisada pero, según los investigadores, oscilaba entre los 2 y los 10 millones de dólares. Con ese dinero, se financiaba el grupo.
Alberto Cecilio Mechoso Méndez
Mechoso Méndez (40), fue secuestrado el 26 de septiembre de 1976, en el marco del Plan Condor, tras dejar su casa de la calle Miralla al 2800, en Villa Lugano. Se dirigía a un “encuentro” que tenía previsto al mediodía y no llegó a tomar la pastilla de cianuro que llevaba encima. Según se pudo reconstruir, pasó por el CCD “Automotores Orletti”. Sus restos fueron hallados en un tambor con cal el 14 de octubre de 1976 en el canal de San Fernando e identificados en 2012 por el Equipo Argentino de Antropología Forense.

El mismo día de su captura, los genocidas también secuestraron a su familia, que estaba en la misma casa: su mujer Beatriz Castellonese y sus dos hijos, quienes presenciaron en medio del terror –hasta mataron a su perro- cómo los represores se llevaban el dinero escondido.

Ese 26 de septiembre de 1976, Mechoso Méndez fue trasladado a una casa donde pudo ver por última vez a su familia. Se encontraba deshecho por las torturas, según se reconstruyó en la causa Plan Cóndor. En aquella sentencia, se relató: “Su familia fue trasladada de manera clandestina a la República Oriental del Uruguay, al día siguiente -27 de septiembre de 1976-, con la asistencia logística del personal de la Base de Operaciones Técnicas (O.T. 18), Arab y Gavazzo, en un vuelo comercial. En esa ocasión, Gavazzo utilizó la identidad falsa de Alberto Mechoso Méndez y, junto a la esposa de Mechoso y sus dos hijos, viajaron al vecino país. Permanecieron privados ilegalmente de su libertad en una casa del barrio de Carrasco, República Oriental del Uruguay, hasta el 5 de octubre de 1976, fecha en que fueron liberados”.

De acuerdo al trabajo de Ramos Padilla, el dinero que se le sustrajo a Mechoso Méndez y que se dividió entre uruguayos y la “banda de Gordon” -que actuaba en Automotores Orletti- se habría utilizado para la adquisición de los terrenos investigados en Chascomús, donde se pretendió desarrollar un frustrado proyecto inmobiliario, bautizado “Boating”. El procedimiento por el que los represores se hacen con el dinero se habría llamado “Operación Oro”. Así lo interpretó el Tribunal Oral Federal N°1 de la Capital Federal que llevó adelante el juicio por Automotores Orletti.

Entre los diversos documentos que se utilizaron durante aquel proceso oral y público figura uno fechado el 1° de octubre de 1976, de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos, en el que se hace referencia a la caída de Mechoso Méndez: “(…) Durante el período del 24 al 27 de septiembre de 1976, miembros de la Secretaría de Información del Estado argentino (SIDE), que operan con funcionarios de los servicios de inteligencia militar uruguayos llevaba a cabo operaciones contra la organización terrorista uruguaya, la OPR-33 en Buenos Aires. Como resultado de esta operación conjunta, los funcionarios de la SIDE dijeron que toda la infraestructura de la OPR-33 en Argentina ha sido eliminada. Un gran volumen de moneda estadounidense fue secuestrado durante la operación conjunta”.

La idea de los represores era hacer con parte de ese dinero, según surge de la pesquisa, el mentado club náutico, imponente, en Chascomús. Pero el emprendimiento se frustró pronto, en 1977, como consecuencia de una fuerte interna entre las distintas facciones de los grupos armados. Con la caída en desgracia de Gordon, también se derrumbaron sus proyectos inmobiliarios. No obstante, los terrenos en cuestión se transformaron en la punta de un ovillo cuya extensión la Justicia está empezando a dimensionar.

Fuente: Nuestras Voces

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