domingo, 26 de febrero de 2017

Todo a Macri, nada para Aerolíneas

Pacto secreto para condonar la deuda y ceder hangares a empresas ligadas a Macri

Polémica asignación de espacios en Aeroparque a favor de dos firmas aéreas vinculadas con la familia Macri. El pacto secreto incluye una condonación de deuda de las empresas y un grave perjuicio para Aerolíneas Argentinas. Cómo se trató y quiénes lo negociaron.

Por Raúl Dellatorre

A la cuestionada distribución de rutas aéreas a favor de empresas vinculadas al presidente de la Nación, Mauricio Macri, y a su vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, ahora se suma una arbitraria asignación de espacios en los hangares del Aeroparque Jorge Newbery en la que Avian Líneas Aéreas aparece nuevamente beneficiada. Y otra vez, como en el caso de la explotación de rutas, en perjuicio      de Aerolíneas Argentinas. PáginaI12 tuvo acceso a un documento redactado por el actual titular de Avian Líneas Aéreas, Sergio Mastropietro, en el que da cuenta de los participantes en la negociación y del acuerdo alcanzado en beneficio de su empresa. Avian es la heredera y continuadora de MacAir, la empresa aérea de la familia Macri que le fue transferida a mediados del año pasado, pero que sigue teniendo en sus cargos clave a los mismos ejecutivos que manejaban la firma antes de la supuesta transferencia de sus acciones. Carlos Colunga, ex CEO de MacAir, es hoy vicepresidente de Avian Líneas Aéreas. 

Nota relacionada 

 En el acuerdo por la redistribución de los hangares de Aeroparque intervino, además, como representante del gobierno nacional, otra figura vinculada a los negocios privados del grupo Macri. Carlos Martín Cobas participó en las negociaciones, según la versión que surge del propio Mastropietro, en su carácter de director de Logística de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación. El detalle peculiar es que Cobas fue, hasta hace pocos meses, gerente de MacAir, y en los registros de aportes a la seguridad social hoy figura como empleado de Avian Líneas Aéreas.  

 Otro detalle llamativo de la negociación fue la forma en que se acordó la cancelación de la deuda que MacAir mantenía por el canon (alquiler) del hangar que ocupaba como lugar de guarda y taller de reparación de sus aeronaves y que, a partir de ahora, retendría Avian. Según el documento reservado al que accedió este diario, las partes acuerdan “la conclusión del conflicto y Avian no hará reclamo alguno por el lucro cesante ni Aeropuertos Argentina 2000 por cánones incobrados”. Lo curioso es que la demanda de lucro cesante a favor de la empresa de la familia Macri resultaría abstracto, ya que pese al conflicto MacAir nunca perdió la tenencia y uso del hangar, y en cambio sí dejó de pagar el alquiler. Como en el caso del Correo Argentino, la propuesta de cancelación es el “no pago” y la solución ofrecida es volver “a fojas cero”.

 La adjudicación de las rutas aéreas de cabotaje y conexiones internacionales licitadas en diciembre aún no fue formalizada, pero la principal beneficiada por la evaluación de la Junta Asesora del Transporte Aéreo, Avian (le aprobó la adjudicación de todas las rutas que solicitó), ya empieza a ocupar espacios en el aeroparque porteño.    

 Desde hace ya algunos años, en el Aeropuerto Jorge Newbery está programada una reconfiguración de espacios que, entre otras reformas, supondrá el traslado de la Base Aérea Militar Aeroparque (BAMA) –desde donde parten los vuelos presidenciales– para la ampliación de las pistas para vuelos comerciales. Del lado contrario a la avenida Costanera, en los terrenos del Aeroparque pegados a la avenida Cantilo, se encuentran los hangares (del 1 al 15) para estacionamiento y reparación de aeronaves. El lugar previsto para la reubicación de la base aérea de uso presidencial eran, hasta ahora, el amplio hangar 1, denominado Tango (cercano a la intersección de las avenidas Sarmiento y Cantilo, cabecera Sur), y los hangares 2 y 3, asignados a la Fuerza Aérea. Es, por su proximidad a ambas avenidas, el lugar más privilegiado.

 La programada reconfiguración y redistribución de espacios dio lugar a diversos conflictos en años recientes. Uno de ellos fue entre Aerolíneas y LAN, cuando la empresa de bandera le exigió a la firma chilena la devolución de espacios que ésta se había apropiado. Otros tuvieron como protagonistas a Aeropuertos Argentina 2000 y firmas privadas de taxi aéreo, porque la primera exigía la rescisión de los contratos de alquiler y devolución de los espacios para avanzar en la reconfiguración prevista y supervisada por el Orsna, organismo regulador de servicios aeronáuticos. Dos de estos conflictos tuvieron como co-protagonistas a las firmas MacAir y Baires Fly, vinculadas entre sí y perteneciente la primera, como fue dicho, a la familia Macri. Incluso, el actual presidente de la Nación ocupó en algún momento la presidencia de la firma de transporte aéreo. Mastropietro, actual presidente de Avian, es señalado como accionista de Baires Fly. 

 Todos estos temas, la redistribución de los espacios de hangares y los conflictos pendientes, se trataron en una misma reunión que tuvo lugar el 27 de enero, de la que participaron:

    Por el gobierno nacional, Carlos Cobas, director general de Logística de la Secretaría General de la Presidencia (que encabeza Fernando de Andreis);
    Por Aeropuertos Argentina 2000, su gerente comercial, Nicolás Mattioli;
    Por Avian Líneas Aéreas (continuadora de MacAir, anterior locataria del hangar), Sergio Mastropietro, su presidente;
    Por Baires Fly, María Belén Grande, gerenta comercial.

 Una semana después de este encuentro, Mastropietro le hace llegar a los demás participantes y a dos directivos del Orsna (“lamentablemente no pudo asistir a la reunión por un inconveniente importante”, relata el titular de Avian a los demás integrantes del pacto), un resumen del “acuerdo entre las partes presentes”, requiriéndole a todos, “si están todos de acuerdo con lo hablado en la reunión, firmemos a la brevedad este acuerdo así podemos comenzar a trabajar seriamente todos, y el Estado nacional puede cobrar lo que le corresponde”. El reclamo del presidente de la empresa privada, continuadora de MacAir (acrónimo de Macri Airlines), está dirigido incluso al representante del Estado y a los del órgano regulador, en un tono y lenguaje, por lo menos, llamativo.   

 El acuerdo, como fue dicho, abarca tanto la distribución de los espacios como el “arreglo de los conflictos pendientes”.
Base aérea presidencial

En su primer punto, el acuerdo desecha la alternativa de asignar los hangares 1, 2 y 3 a la nueva base aérea presidencial, “imposible por muchos motivos”, que no detalla. El punto 2 refiere que “Presidencia de la Nación acepta que se construya un hangar nuevo para el Presidente en el espacio que comprende el ex hangar 10 Baires Fly más la calle de acceso más el hangar 11 de Aerolíneas Argentinas”.

El hangar 10 es un pequeño espacio hoy desocupado, ya que se demolió lo que antes era el hangar de Baires Fly. La calle a la que hace referencia es un estrecho espacio que la separa del enorme hangar 11 de tres cuerpos de Aerolíneas (ver foto), empresa que por obra del acuerdo (sin su participación) perdería su principal espacio en el aeroparque Jorge Newbery.
Deudas privadas

El punto 3 expresa: “Avian coordinará con AA2000 la conclusión del conflicto y no hará reclamo alguno con el lucro cesante ni AA2000 por cánones incobrados, y comenzará con el pago mensual del canon”. Es lo que se describió más arriba: se refiere a la deuda de MacAir por el canon no pagado desde mediados de 2013, cuando AA2000 le reclamó el espacio dando por concluido el contrato. MacAir recusó la resolución y logró congelarla, dejó de pagar el canon pero siguió haciendo uso pleno del hangar, lo que convierte en abstracto la supuesta demanda de un “lucro cesante”. La solución propuesta, y aparentemente aceptado, equivale a condonarle una deuda que fuentes privadas estiman en seis millones de pesos.

El punto 4 del acuerdo dice que “Baires Fly  desiste de cualquier reclamo  por el hangar 10 para agilizar la construcción del hangar de Presidencia, y acepta como parte de pago el hangar 1, denominado Tango Sur, y compensación en cánones o tasas por la diferencia del reclamo de espacio más lucro cesante y daños”.

Este último es la construcción perfecta de un acuerdo leonino, en el que el Estado, si lo acepta, renuncia prácticamente a todo sin uso de ningún arma de defensa. Baires Fly dice que “desiste de cualquier reclamo por el hangar 10”, que hoy es un espacio vacío, pero una línea más abajo se cobra “en cánones o tasas” que debería pagar en el futuro “por la diferencia del reclamo de espacio más lucro cesante y daños”. Es decir, desiste del reclamo y una línea más abajo pasa a cobrar. Además, se le asigna nada menos que el hangar Tango Sur, el número 1 de acceso inmediato a avenidas Sarmiento y Cantilo, que estaba reservado para Presidencia de la Nación.

La afortunada Baires Fly es una empresa de taxis aéreos con dos dueños, aseguran en el ambiente privado: Luis Grande y Sergio Mastropietro, el presidente de Avian, la misma empresa que es continuadora de MacAir, de la familia Macri, y que tiene entre sus empleados a sueldo –según registros oficiales– a Carlos Martín Cobas, quien representó al Estado en estas negociaciones.

Son los riesgos que se corren, a veces, por tener a la misma familia de los dos lados de la mesa en la negociación.

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