Esta nueva aristocracia, que en la primera mitad
del siglo pasado supo adueñarse de la Patagonia sin importar los métodos y en
la segunda acompañó las violaciones a la democracia, ha accedido hoy a puestos
de relevancia en prácticamente todos los ministerios.
Por Guillermo Delgado Jordan
Si actualizamos un viejo eslogan de los setenta
la consigna ahora podría ser: “Macri al gobierno, Braun al poder”. Y es que la
familia del Jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, ocupa nada menos que dieciocho
cargos de importancia en el gobierno, a los que se suman varios más por
vínculos societarios. Pero los Braun no sólo forman parte del Poder Ejecutivo
en la era Cambiemos, sino que también son los beneficiarios directos de sus
medidas.
Si actualizamos un viejo eslogan de los setenta
la consigna ahora podría ser: “Macri al gobierno, Braun al poder”. Y es que la
familia del Jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, ocupa nada menos que dieciocho
cargos de importancia en el gobierno, a los que se suman varios más por vínculos
societarios. Pero los Braun no sólo forman parte del Poder Ejecutivo en la era
Cambiemos, sino que también son los beneficiarios directos de sus medidas.
Esta nueva aristocracia, que en la primera mitad
del siglo pasado supo adueñarse de la Patagonia sin importar los métodos y en
la segunda acompañó las violaciones a la democracia, ha accedido hoy a puestos
de relevancia en prácticamente todos los ministerios. En un diagrama perfecto,
el jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, su padre, hermanos, tíos, primos,
primos segundos, los cónyuges de estos y sus cuñados –amén de sus socios–,
construyeron una telaraña de poder que, desde la mesa chica familiar, dirige en
propio beneficio el destino de más de 40 millones de argentinos.
Negocios y cargos
Cientos de páginas se han escrito sobre cómo el
“primer Braun” en la Argentina, Mauricio, amasó su fortuna en la Patagonia a
costa del exterminio de los “Selknam”, un pueblo originario que pobló el sur de
nuestro país. Mucho menos se escribió acerca de la participación de los Braun
durante la última dictadura cívico-militar. Y casi nada se ha dicho sobre cómo
los miembros de esta familia coparon el gobierno con la llegada de Mauricio
Macri, dispuestos a continuar (ahora como grupo dirigente) las prácticas que
los llevaron a convertirse en uno de los clanes más poderosos de la Argentina,
con fuerte participación en los negocios más diversos, desde el comercio
minorista, como dueños de La Anónima, hasta la actividad financiera, como
socios del Banco Galicia, pasando por la ganadería, la hotelería, la educación
y todo aquello que sirva para acrecentar su fortuna. Cuidadosos de sus
intereses, ahora son funcionarios en la Jefatura del Gabinete, la Secretaría de
la presidencia de la Nación y en los ministerios de Producción, Educación,
Cultura, Modernización, Agroindustria, Energía y Relaciones Exteriores. También
forman parte de la Anses y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Cuidadosos de sus intereses, ahora son
funcionarios en la Jefatura del Gabinete, la Secretaría de la presidencia de la
Nación y en los ministerios de Producción, Educación, Cultura, Modernización,
Agroindustria, Energía y Relaciones Exteriores. También forman parte de la
Anses y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Autoconvencidos de su “sangre azul”, se hacen
llamar “los patricios” entre sus vecinos de Los Pingüinos, el club de campo y
golf donde habitan varios de los integrantes de la familia, en la zona oeste
del conurbano.
El jefe
La cabeza visible de la familia es Marcos Peña
Braun, quien fue legislador porteño (2003-2007), secretario General del
gobierno de la Ciudad con Macri como alcalde (2007-2015) y, desde la llegada
del PRO a la Nación, jefe de Gabinete de Ministros. “Marquitos”, mano de
derecha de Mauricio Macri y uno de los hombres más influyentes de su gobierno,
es hijo de Clara Braun y del abogado y economista Félix Peña, quien se sumó
como asesor ad honorem del Consejo de la Producción que depende de la cartera
del mismo nombre.
Marcos es el menor de cuatro hermanos, de los cuales
dos tienen cargos públicos:Ignacio Peña es asesor del Ministerio de Innovación
de la Ciudad, y el arquitecto Andrés Peña es subsecretario de Desarrollo
Institucional Productivo de la Nación. De los otros dos hermanos, Tomás vive en
EE.UU. y Julián es abogado, socio del estudio jurídico Allende & Brea, y
aunque no tiene un puesto formal, sí tuvo vínculos con un área sensible del
gobierno: es socio de Marcos Patrón Costas, hijo de Virginia Blaquier, la prima
de Luis María Blaquier, sobrino del dueño de Ledesma y hasta hace poco a cargo
de gestionar el apetecible Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Anses. En
Allende & Brea, Julián Peña también trabaja con Guillermo Valeriano Guevara
Lynch, primo segundo del abogado Mariano Ramos Vértiz, quien hasta octubre
pasado fue director de Mesa de Entradas, Notificaciones y Despacho en el
Ministerio de Transporte, y que en la actualidad es vicepresidente de la
Administradora de Recursos Humanos Ferroviarios, empresa con participación
estatal mayoritaria.
El tío Eduardo
Eduardo Braun Cantilo es tío del jefe de
Gabinete y su nombre figura entre los papeles que estudiaron los investigadores
del equipo de Derechos Humanos de la Comisión Nacional de Valores, que trabajó
sobre archivos encontrados en el Edificio Cóndor (sede de la Fuerza Aérea
Argentina), donde tuvieron acceso a documentación del “Caso Austral”. Cerca de
1979, en plena dictadura, la firma de aeronavegación se encontraba en quiebra:
el 70 por ciento del paquete accionario estaba en manos de William Juan Reynal,
uno de los fundadores de la aerolínea en 1971 y primo del por entonces
vicepresidente del Banco Central, Alejandro Fabián Reynal. El 30 por ciento
restante pertenecía a Federico y Pablo Braun Seeber, y a Braun Cantilo. El
principal acreedor de Austral era el Estado, mientras que el único privado era
Eduardo Saiegh, dueño del Banco Latinoamericano de Inversión, a quien los
militares secuestraron y torturaron durante una semana obligándole a vender su
banco. La dictadura, luego de intentar vender la aerolínea a dos privados
(Carlos Blaquier y el mismísimo Franco Macri) estatizó la empresa quebrada e
indemnizó a los accionistas. El investigador Bruno Nápoli concluyó: “El Estado
compró las acciones de Austral y todos recibieron un pago por esta estatización.
No fue un simple traspaso de las acciones, sino que se pagó por esa empresa,
beneficiando a los mismos que la habían quebrado. Fue un negocio redondo”.
El ingeniero industrial Eduardo Braun Cantilo,
además, fue un destacado dirigente de la UIA en los setenta y secretario de
Industria, Comercio y Minería durante la presidencia interina de Eduardo
Duhalde.
Los primos de Marquitos
Gonzalo Robredo, uno de los primos de Marcos
Peña, fue designado director Ejecutivo del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos
Aires. Se trata de un reconocido empresario, dueño del coqueto hotel sobre la
calle Rodríguez Peña, “Hub Porteño”, y socio en innumerables emprendimientos
del recientemente fallecido Julián Alejandro Bengolea, nieto de Amalia Lacroze
de Fortabat.
Otra prima es Magdalena Braun, hija de los
fundadores del Colegio San Tarsicio, de Barrio Norte y que, según se afirma en
su web, busca “generar un proyecto educativo católico capaz de formar personas
libres, responsables y solidarias, en un ambiente familiar”. Magdalena es
suegra de Alejandro Massot, sobrino del dueño y accionista del diario “La Nueva
Provincia” de Bahía Blanca, Vicente Massot, quien está acusado de ser “coautor
de los asesinatos de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola
en 1976”. El hermano menor de Alejandro Massot es Nicolás Massot, jefe del
bloque macrista en la Cámara de Diputados.
Eduardo Pablo Braun, hijo del ex Austral, siguió
en el negocio de las aerolíneas y es socio, junto a Luis Ramón Freixas Pinto,
de Aeropuertos Argentina 2000 SA. Freixas, a su vez, está vinculado a Dycasa
–supo integrar su directorio–, la constructora que con Techint realizan la
ampliación de la Línea H de subterráneos para la Ciudad. Es la misma obra que
estuvo parada por dos años, fruto de un retraso que, de acuerdo a un estudio de
la Auditoría porteña, le permitió a Techint y Dycasa cobrar 1700 millones de
pesos en adicionales y redeterminaciones de precios. Esto supone un extra del
85 % por sobre el costo original. De Dycasa también proviene Pablo Rafael
Aragone, quien por 14 años fue gerente de esa constructora y a quien Macri
nombró vicepresidente del Organismo Regulador del Sistema Nacional de
Aeropuertos (Orsna), por decreto N° 889/2016.
Eduardo Pablo Braun, hijo del ex Austral, siguió
en el negocio de las aerolíneas y es socio, junto a Luis Ramón Freixas Pinto,
de Aeropuertos Argentina 2000 SA. Freixas, a su vez, está vinculado a Dycasa
–supo integrar su directorio–, la constructora que con Techint realizan la
ampliación de la Línea H de subterráneos para la Ciudad.
El secretario, Miguel Braun Cortés
Otro miembro del clan es el economista Miguel
Braun Cortés, quien viene de ser director de la Fundación Pensar y del Banco
Ciudad, y cuya familia es accionista del Banco Galicia. El 10 de diciembre de
2015 fue nombrado en un puesto estratégico: la Secretaría de Comercio, bajo la
órbita del Ministerio de Producción. La designación fue muy cuestionada dado
que, precisamente, quien debe “velar por relaciones comerciales equitativas, proteger
los derechos del consumidor, transparentar el comercio, mejorar el acceso a
bienes y servicios, y garantizar mercados internos competitivos”, es sobrino de
Federico Braun Seeber, presidente de la Sociedad Anónima Importadora y
Exportadora de la Patagonia, o sea, la cadena de supermercados La Anónima, con
más de 160 sucursales en todo el país.
Primos del secretario de Comercio son Tomás
Braun, quien fue responsable de Estrategias Comerciales del Banco Galicia;
Nicolás Braun, director de Mercaderías de La Anónima; y Federico Mauricio
Braun, director de La Anónima y del Grupo Financiero Galicia, quien además
figura en la nómina de quienes han presentado su DDJJ en 2014 como miembros del
Gobierno de la Ciudad, por desempeñar funciones dentro del Instituto de la
Vivienda, en momentos en que dependía del Ministerio de Desarrollo Económico.
En la actualidad y desde enero de 2016, integra la nómina de la Anses, donde es
subdirector ejecutivo de Administración.
La red del vicepresidente del INTA
Mariano Miguel Bosch es también primo del padre
del secretario de Comercio, designando vicepresidente del Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria (INTA) –organismo que está bajo la órbita del
Ministerio de Agroindustria– y uno de los flamantes dueños de Cresta Roja.
A su vez, son sobrinos de Bosch, Gabriel Sánchez
Sorondo, escritor, poeta y periodista nombrado por Macri como jefe de la Unidad
de Procesos y Estudios Normativos de la Dirección General de Acción de Gobierno
–decreto N° 962/2016–, puesto en el que asesora en la instrumentación de los
planes relacionados con el desarrollo de las políticas públicas; Juan Manuel
Bosch, flamante director Nacional de Coordinación Pesquera –decisión
administrativa 340/2016 de la cartera de Agroindustria– y suplente ad-honorem
del presidente del Consejo Federal Pesquero –resolución 17/2016 de la
Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca–; y Pablo Bosch, cuñado de
Santiago Francisco Albarracín, presidente del directorio de Yacimientos Mineros
de Agua de Dionisio, que opera en la órbita de la Secretaría de Minería del
Ministerio de Energía –decreto N° 423/2016–.
Analizando otras relaciones familiares, aparece
que Mariano Miguel Bosch es primo segundo de Marta Sáenz Valiente, la madre de
Carlos de Elía, gerente de Noticias de Canal 13 y el “creador” de la señal de
cable TN, además de haber sido pareja de la periodista María Laura Santillán,
que tanto ha luchado desde la omisión por el triunfo de Cambiemos y con quien
el presidente Macri, una vez electo, se emocionó hasta las lágrimas en una
entrevista.
Bosch, a su vez, es cuñado de Santiago Manuel de
Estrada, ubicado por el PRO como secretario de Culto del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto. Entre los hijos de De Estrada está Isabel
Estrada Bosch, casada con el ex piloto de autos de TC y director general de la
categoría Top Race Alejandro Urtubey, salpicado por el escándalo de los Panamá
Papers y hermano del gobernador de Salta.
En resumen, el vicepresidente del INTA, además
de ser primo del padre del secretario de Comercio (que a su vez es primo de la
madre del jefe de Gabinete), es cuñado del secretario de Culto (quien es suegro
del hermano del Gobernador de Salta), tío del director de Coordinación
Pesquera, cuyo primo es cuñado del titular del Directorio de Yacimientos
Mineros de Agua Dionisio, primo segundo de la madre del gerente de Noticias de
Canal 13. Y ese es sólo el principio del entramado familiar.
Los primos segundos
El secretario de Comercio Miguel Braun es solo
otra cara visible de la familia y al desempolvar la genealogía surgen más
“primos” del jefe de Gabinete.
Mónica Braun es esposa de Eduardo Nicolás
Martelli, nombrado secretario de Modernización Administrativa, en la cartera
que dirige Andrés Ibarra. La pareja, junto con Valeria Martelli, hermana de
Nicolás, figuran como directores de Goldenberg Financial Corporation, una de
las empresas implicadas en los Panamá Papers. Mónica Braun es también la tía de
Armando Carlos Braun, primo político de Emilio Basavilbaso, director Ejecutivo
del ANSES.
Paula Hume Braun está casada con Maximiliano
Gulmanelli Barbiero, secretario de Gestión Educativa del Ministerio de
Educación y Deportes. “Max”, como le gusta que lo llamen, ya había acompañado
la gestión de Macri en la Ciudad, en el cargo de director General de Educación
de Gestión Estatal. En un artículo publicado en 2012 por Página 12, se lo
describió como “un hombre de larga trayectoria en la escuela privada y de
fuertes vinculaciones con la Iglesia Católica, al punto de que es fundador de
una organización político-social cristiana que tiene como inspirador a Alcide
De Gasperi, un dirigente italiano que se destacó por ser un fervoroso
anticomunista. Gulmanelli es hoy quien impulsa el cierre de grados en las
escuelas públicas de la Ciudad”. A fines de 2015, “Max” provocó un escándalo
cuando, desempeñándose como subsecretario de Gestión Educativa, realizó una
fiesta privada, con menores y alcohol incluidos, en las instalaciones de una
Escuela Pública. Gulmanelli fue, además, coordinador General de Hogares de la
Fundación “Felices los Niños”, conducida por el condenado cura pedófilo Julio
César Grassi.
Silvina Braun es tía de Francisco Hugo María
Miguens Campos, director Nacional de Cooperación Internacional del Ministerio
de Educación y Deportes. El padre de Francisco fue Hugo Miguens, el ex capitán
de Los Pumas y subsecretario de Lealtad Comercial bajo el Ministerio de José
Alfredo Martínez de Hoz, que también fungió como secretario de Defensa de la
Competencia y Lealtad Comercial durante la presidencia de Duhalde. La madre de
Hugo Miguens era prima del ex presidente de Facto Agustín Lanusse. Y el padre,
llamado Hugo Ernesto Miguens, fue abogado de Techint y primo del padre del
empresario Carlos Miguens Bemberg, ex dueño de Quilmes.
En el caso de Agustina Braun, se casó con Máximo
Enrique de Prat Gay, quien no solo es primo hermano del ex ministro de Hacienda
Alfonso Prat Gay, sino también hermano de Juan Antonio de Prat Gay, designado
coordinador General de la Unidad de Coordinación de Fideicomisos de
Infraestructura, y de Francisco Julio de Prat Gay, a quien por una bien oculta
maniobra la Justicia le entregó parte de la firma Cresta Roja.
Carlos María Braun Saint y su hermano Sebastián
tuvieron su “minuto de fama” cuando el 23 de mayo de 2016 se desató un pequeño
revuelo debido a una investigación periodística que sacó a la luz una no muy
pulcra compulsa de precios llevada a cabo por Aerolíneas Argentinas. El
ganador, a pesar de no haber hecho la oferta más económica, fue el Hotel
Esplendor, de El Calafate. Casualmente, Carlos María y Sebastián son sus
dueños, a través de la firma Turismo Doss SA. Carlos se casó con Marina
Laurence –ex de Constancio Carlos Vigil Baudrix, de los Vigil del grupo
Atlántida–, que además de dirigir Turismo Doss iba a ser testigo de la boda del
Macri y la primera dama Juliana Awada.
El entramado de los Braun, cuya profundidad
excede la extensión a un artículo periodístico, va mucho más allá y se
encuentra presente en cada ministerio, secretaría y oficina gubernamental del nuevo
gobierno, demostrando en los nombres que el “cambio” prometido fue solo una
lavada de cara, pero que los apellidos se mantienen inalterables.
NOTA: El título original es : Las redes del clan
Braun