Se
conocieron los índices de una pobreza que está lejos del cero. Tras
varios meses de silencio, el Indec publicó cifras preocupantes: 32,2% de
los argentinos son pobres y el 6,3 indigentes. En Enredando las mañanas
dialogamos con el economista Julio Gambina, presidente de la FISyP
(Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas), quien analizó el
dramático panorama social, que lamentablemente no es nuevo. (Por RNMA)
Para Julio Gambina, la pobreza es un tema estructural de nuestro país:
“Argentina ha cambiado muchísimo en los últimos 40 años; en 2001
llegamos a tener 57% de pobres y ahora hay 32,2%, o sea que es menos que
en 2001 pero es mucho más de lo que era el promedio histórico hasta que
se vino esta tremenda reestructuración del orden capitalista argentino.
Yo insisto en los 40 años porque hay que mirar el ciclo de
transformaciones profundas que hizo la dictadura militar y que
consolidaron en la década del ’90 el menemismo y la Alianza, y eso no ha
sido esencialmente modificado. La mejor prueba es que muchos de estos
pobres figuran en el presupuesto nacional donde se habla de 8.500.000 de
planes sociales, 8.500.000 de personas que reciben planes sociales. Es
importante verlo en términos de personas porque este dato que da el
Indec es un dato estadístico que tiene que ver con 31 aglomerados
urbanos que representan 27 millones de argentinos, pero en el país somos
cerca de 42 millones, con lo cual con estos millones de pobres que el
Indec marca hay que hacer una inferencia nacional de que son 13.600.000
pobres en Argentina. Es una cifra gigantesca, monstruosa”.
“Vamos a traducirlo mejor todavía, en términos de plata porque hay que
hablarlo en términos de recursos económicos, de ingresos
populares–remarcó el economista en diálogo con Enredando las mañanas–.
En Argentina es indigente alguien que gana menos de 4930 pesos; o sea
6,3% vive con menos de 4930 pesos por mes. El Indec dice que la realidad
es que el promedio de ingreso familiar de esas personas, están hablando
de un matrimonio y dos hijos, es de 2975 pesos, o sea que lo que figura
como indigente según el Indec es algo así como 2.700.000 personas en la
Argentina que constituyen familias cuyo ingreso mensual es menor a
3.000 pesos”.
En este punto, Gambina se preguntó: “¿cómo se puede vivir con menos de
3.000 pesos por mes? Un indigente en Argentina es el miembro de una
familia en cuya casa entra menos de 3.000 pesos por mes, incluso no
puede satisfacer el 40% de la canasta básica alimentaria, o sea que ni
siquiera satisface lo que es considerado el punto límite para a partir
de ahí ser indigente. Y en pobreza, el Indec dice que la canasta básica
total es de 12.851 pesos por mes, y el ingreso promedio de los pobres en
Argentina es de 8.051 pesos mensual por familia, o sea que tienen una
brecha de casi el 40% de lo que hace falta para ser considerado pobre.
Pensemos una familia de matrimonio y dos hijos a la que le entran 8.000
pesos por mes y esos son los pobres en la Argentina, la situación es
realmente muy compleja, muy complicada”.
Gambina insistió en que se trata de un tema estructural muy serio que a
su vez se ha agravado en estos 10 meses del gobierno de Mauricio Macri:
“es lamentable, triste, para denunciar a Macri diciendo que él va a
rendir cuentas a partir de este dato, con lo cual ante el agravamiento
de la situación generado en estos últimos meses Macri mira para otro
lado y dice ‘yo no fui’”.
Cabe recordar que una de las metas de Macri tanto en su campaña como ya
una vez electo en sus discursos presidenciales es que Argentina va a
alcanzar la “Pobreza Cero”. Tras conocerse los datos del Indec, el
mandatario aclaró que no podrá cumplir con la consigna en sus 4 años de
gestión. “Incumple con su discurso inaugural –señaló al respecto
Gambina–, cuando asumió el 10 de diciembre en su discurso inaugural dijo
Pobreza Cero, y recientemente en Naciones Unidas dijo Pobreza Cero, o
sea que ya ni siquiera es un cumplimiento hacia nuestro país, sino que
fue un mensaje global que planteó y así empieza a deteriorar su
compromiso y es lógico porque era imposible en campaña, era imposible en
el discurso inaugural y en su discurso de Nueva York. Estos datos
demuestran que la política económica oficial es una política de
concentración, de distribución regresiva del ingreso; la línea de
pobreza e indigencia muestra cómo se distribuye el ingreso en la
Argentina, y no habla de lo que son las necesidades básicas
insatisfechas que es el índice de pobreza estructural en Argentina que
es lo que realmente ha crecido muchísimo en estas 4 décadas y muestra la
represión, la violencia contra los pobres que es explícita en la vida
cotidiana y la represión del Estado a través de las fuerzas de
seguridad”.
Comparaciones
Luego de conocerse las cifras de pobreza del Indec, sectores
kirchneristas remarcaron que estos números demuestran que los gobiernos
del Frente para la Victoria bajaron el índice en comparación con el
registrado en 2001 y 2002. En diálogo con ELM, Gambina se mostró en
desacuerdo con este análisis: “se compara un momento de un piso muy
amplio de desempleo. La pobreza estaba en el 57% en mayo de 2002 y el
desempleo en 21,5%. Son los máximos históricos de la Argentina, hasta
ahora podríamos decir que estamos mejor que en 2001. Es cierto que
estamos mejor pero lo que importa es constatar los pisos históricos. El
piso histórico de desempleo en Argentina antes de los últimos 20 años
fue un nivel de desempleo del 2,3%. Ahora parece que es normal y el
último gobierno mostró como un logro un desempleo del 6%. O sea que
aquello normal de 2 a 3% se transformó en un normal del 6%. Una pobreza
del orden del 15, 20% pasó a ser normal del 32,2%. Y lo lamentable
incluso en el discurso de Macri que es que él dice ‘bueno, tenía razón
la Universidad Católica que más o menos había dado este dato para marzo
de este año’, pero no agregó que el Observatorio de la UCA indicó,
cuando difundió este dato, que desde la asunción de Macri se habían
sumado 1.400.000 nuevos pobres en la Argentina a marzo, y la inflación
de abril fue la mayor de todo el ciclo pre-asunción y asunción de Macri,
fue del 6,5%, y fue del más del 5% en mayo y más del 3% en junio, en
julio, la inflación continuó y si los estudios de la Católica dicen que
hubo 1.400.000 nuevos pobres de diciembre a marzo, tengo seguridad que
la pobreza siguió creciendo desde abril hasta la actualidad, con lo cual
también el presidente toma lo que quiere de los estudios de la
Católica. Él dice ‘tenía razón la Católica’, pero no dice que tenía
razón también en que bajo su gobierno crecieron a marzo de este año
1.400.000 nuevos pobres y 400.000 nuevos indigentes. O sea que es tomar
los datos de acuerdo a cómo le convenga, no hay que sorprenderse, es
política y la política se hace con disputa del consenso en la sociedad y
Macri sale a buscarlo y quiere tratar de mostrar que esto es producto
de la herencia recibida y uno puede decir que es verdad, hay mucho que
es parte de la herencia recibida pero que se ha agravado y agudizado con
la política de ajuste y de reestructuración regresiva del gobierno de
Macri”.
Trabajadores, gremios, gobierno y beneficiarios
En relación a la situación de los trabajadores argentinos, Gambina
reflexionó: “esta semana hubo un paro muy fuerte de estatales, docentes,
trabajadores de la justicia provinciales, que están pidiendo reapertura
paritaria porque los trabajadores convencionados, que no son la mayoría
en Argentina, hay más de un 33% de trabajadores en situación informal,
están pidiendo que reabran las paritarias porque han logrado convenios
que andan en torno del 30, 32% de actualización salarial, cuando la
inflación se proyecta hacia el 40%, aunque no queda claro cuánto va a
ser pero son estimaciones que ha dado el propio Ministerio de Economía.
Para los 6 millones de jubilados nacionales, más los provinciales, ya se
han conocido las dos actualizaciones semestrales de este año que suman
30%, con lo cual los jubilados están perdiendo desde el vamos 10% y los
trabajadores privados tienen entre un 10 y un 12% de pérdida de
capacidad de compra. Yo creo que en términos individuales es dramático,
el tema es cómo esto se expresa socialmente”.
Uno de los gremios que lleva adelante su plan de lucha con más fuerza es
el de los trabajadores bancarios, uno de los sectores que más ganancias
ha obtenido en los últimos años: “los bancos hace muchos años que son
el sector empresario que más gana en Argentina. Si miramos el 2001 como
historia era el sector que aparecía más afectado, el sector que aparecía
con más desconfianza en la sociedad, el tema se expresó como crisis
financiera, como corralito, como restricciones bancarias, monetarias,
crediticias, y sin embargo hace muchos años que los bancos muestran los
balances más exitosos. El nivel de tasa que hay en Argentina es usurario
cuando la tasa de interés en el mundo tiende a cero. Acá hay que tener
cuidado con que no te agarren las tasas de la tarjeta de crédito, ni
hablemos de un pequeño empresario que queda al descubierto porque entre
tarjetas y descubierto son los créditos más caros, usurarios, que pagan
en el sistema bancario normal cualquier persona que transite por esos
niveles de bancarización”, afirmó Gambina.
Respecto al rol de las centrales obreras y la respuesta del gobierno a
sus reclamos, el presidente de la FISyP manifestó: “en general el
gobierno está contestando a las centrales con buenos modales en el
sentido de reuniones, les dice ‘nosotros nos reunimos, no entendemos por
qué hacen paro’ y muchos dirigentes sindicales contestan ‘y... hacemos
paro porque nos reunimos a tomar café y es un diálogo de sordos donde
ustedes insisten con su programa con estos efectos concretos de
recesión, inflación, pérdida de capacidad adquisitiva de los
trabajadores, de los sectores populares’, además de estos datos de la
pobreza que son elocuentes de lo que ocurre en Argentina, más allá de la
crítica estadística que se podía hacer al gobierno anterior que
discontinuó la difusión de estos datos”.
“Quizás uno de los problemas del Indec actual –continuó Gambina–, y para
eso decretó la emergencia económica, es que no hacen empalme histórico
de estos datos con los que venían de arrastre. Ahora tenemos unos datos
que hacen visibles y aunque uno pueda discutirle al Indec la veracidad
de estos datos, es la organización que está en mejores condiciones de
hacer un relevamiento integral del país y hacer evidente con
estadísticas el problema de la pobreza que tiene que trasladarse a la
indignación general de la sociedad, no digo del conjunto de la sociedad
porque una parte es la beneficiaria de esta desigualdad, de esta
política de concentración y centralización del ingreso, y obviamente son
los que están de acuerdo con la orientación y el rumbo económico que el
gobierno incluso intenta mostrar con los avales que hubo esta semana
del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, que es una
especie de ministro de Hacienda de Estados Unidos, también estuvo el
titular del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional y
los auditores que auditaron las cuentas y avalaron lo que está
ocurriendo en Argentina como política económica, como rumbo. O sea que
no hay que pensar que toda la sociedad argentina se va a condoler por la
pobreza, es más podemos escuchar mensajes de algunas sectores muy
poderosos diciendo ‘qué bárbaro, hay que luchar contra la pobreza’, lo
dice el mismo Macri, pero no hay que creerles absolutamente nada porque
lo que aplican como política no tiene nada que ver con cualquier
política de eliminar la pobreza en el país”.
Empleo estatal y deuda
Durante los 10 meses de mandato de Mauricio Macri se produjeron
numerosos despidos tanto en el ámbito público como privado; sin embargo
Julio Gambina hizo hincapié en la contrapartida que implican las nuevas
contrataciones de altos salarios en el Estado: “se han creado más
ministerios, más secretarías, más subsecretarías, todos esos son
salarios altos. O sea que lo que ha hecho es una reestructuración del
empleo en el Estado a favor de los salarios altos. Las magnitudes
absolutas son un mayor gasto salarial que el que había sobre la base de
las nuevas contrataciones generadas por el Estado macrista. Incluso ha
aumentado el déficit fiscal y ha bajado la propensión a disminuirlo tal
como se había comprometido el ministro de Hacienda, (Alfonso) Prat Gay, y
eso que dicen que Prat Gay hace esto porque es neokeynesiano,
neodesarrollista, o sea que sería el bueno del Ministerio de Economía
que no quiere bajar todo lo que pediría un (Federico) Sturzenegger, que
es un ortodoxo en el Banco Central, por esos las tasas de interés son
altas, el monetarista es el Banco Central. Lo real es que han aumentado
el gasto con salarios altos mostrando una discriminación, con un
problema de arrastre que viene de hace muchos años que el empleo estatal
es irregular. Hubo muchos despedidos con 5, 10 años de antigüedad, si
esos trabajadores hubiesen sido incluidos en una planta permanente en su
momento con todas las condiciones de legalidad no hubiese sido posible
despedirlos durante la era Macri”.
En este punto, el economista remarcó la importancia de analizar qué
situaciones vienen de arrastre del gobierno anterior y cuáles “agrava,
agudiza y potencia” la gestión Macri: “hay que tener en claro que cuando
Macri dice que hay que contar a partir de ahora el balance de la
política económica es porque él está imaginando que el grueso del ajuste
ya se resolvió y entonces ahora hay que no reabrir las paritarias para
que el ajuste tenga sentido, para que el salario de la mayoría de la
población que son trabajadores estén por debajo, que la inflación que
hubo todo este tiempo, del último tramo del gobierno anterior asociado a
la campaña y gestada después de la asunción del gobierno de Macri, sea
pagada por la mayoría de la sociedad que son los trabadores y
trabajadoras, entonces con ese ajuste Macri dice que siempre que llovió
paró y en algún momento va a venir la recuperación de la actividad
económica, eso que llaman los brotes verdes que no aparecen porque los
datos siguen mostrando la recesión productiva. El Indec acaba de dar
datos a junio de este año con caída de la actividad económica sobre todo
en los sectores productivos, en la industria y en el agro de casi el
8%. Y los únicos brotes son los financieros, con crecimiento del
endeudamiento externo que aparece con mucha fuerza en el presupuesto
2017, con una friolera de una autorización para endeudarse de 46.500
millones dólares, un disparate que muestra lo que siempre hemos dicho
cuando nos decían que el tema de la deuda se había acabado. Nosotros
decíamos que el tema de la deuda seguirá siendo un gran condicionante de
políticas económicas y mucho más en las condiciones actuales de la
economía porque lo que se hizo en los últimos años fue pagar y liberar
el terreno para que el Estado se sienta con las manos abiertas para
volver a endeudar a la Argentina tal como se hizo en la última parte del
gobierno anterior y que ahora tiene una virulencia inusitada desde el
arreglo con los fondos buitre. 16.500 millones de dólares de nueva deuda
y esta autorización para el año que viene, 46.500 millones de dólares
que vamos a pagar entre todos por lo que está establecido en los
presupuestos resignando cualquier otra asignación presupuestaria para
atender necesidades de salud, educación, empleo, vivienda, recreación o
lo que se nos ocurra”, denunció Julio Gambina en la charla con Enredando
las mañanas, el programa de la Red Nacional de Medios Alternativos.
Fuente: La Retaguardia
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