Por Jorge Rachid
1- Cuentan las crónicas que en el Amazonas, se
refugiaban los esclavos escapados del régimen despótico portugués y se
instalaban en los kilombos, pequeños caseríos escondidos en los bosques, pero
un día llegó una Princesa negra y esclavizada y el pueblo la nombró reina. Se
llamó la República de los Palmares en el 1600, duró 100 años, tuvo ejércitos y
constituyó una Patria.
2- Cuando los ejércitos invasores
norteamericanos le robaron a los mexicanos lo que hoy conocemos como Texas, Los
Angeles o San Francisco, los pobladores conservaron sus costumbres, su idioma,
su cultura y aunque fueron vencidos, no fueron doblegados. Son Pueblo, siguen
siendo Patria Latina.
3- Los pueblos originarios americanos, diezmados
por la civilización colonizadora, fueron sin dudas arrasados por la Mita y la
Encomienda, además de ser esclavizados. Sin embargo a lo largo de los siglos,
conservaron su cultura y su arraigo, pelearon por sus derechos, constituyeron
Comunidades autóctonas y hoy gobiernan Bolivia y son presencia política en casi
todos los países del continente. Son Pueblo y son parte de las Patrias en donde
se encuentran.
4- Cuando nuestros Padres Fundadores San Martín,
Bolívar y Artigas luchaban desde posiciones ideológicas diferentes en sus
miradas, en cuanto a la constitución de la Patria Grande, nunca dudaron que
sería una unidad, junto a los pueblos originarios, los negros y los criollos,
más “todos los hombres del mundo que quieran habitar nuestra tierra”. Pensaban
un Pueblo inclusivo y una Patria Grande.
5- Esa historia del sincretismo de las
subjetividades que relata con precisión Francisco Senegaglia en su libro “La
otra revolución”, expresa con fuerza como se constituye la Identidad de los
pueblos latinoamericanos, como esa identidad se expresa en cada lucha popular a
lo largo de la historia y como aun cuando parece dormida, explota con las
fuerzas incontenibles de la Liberación Nacional de Patria Grande.
6- Entonces debemos concluir que no hay Patria
sin Pueblo, que no hay historia sin Identidad y no hay lucha sin Conciencia
Nacional, mientras que ninguna de esas variables se podría dar sin Pensamiento
Nacional. En cada país balcanizado de América latina, siempre se constituyeron
estas condiciones: Vasconcellos en México, Martí en Cuba, Darío en Nicaragua,
Mariátegui en Perú, Rodo en Uruguay, Ugarte en nuestro país, en sólo un
muestrario que excluye cientos de pensadores nacionales de Patria Grande.
7- En nuestro país el proceso del siglo XlX de
los caudillos federales, denigrados por la “inteligencia”, eran la barbarie
frente a la civilización que los exterminaba. Pudieron triunfar las traiciones
y los Mitre, pero no pudieron derrotar esa Conciencia plena de Pueblo que se
expresó con fuerzas en Irigoyen y Perón, y cuando parecía arrasada por la
lógica neoliberal, reapareció no sólo con Néstor y Cristina, sino con Chávez,
Lula, Correa y Evo. Era Pueblo en marcha.
8- Por esa razón el enemigo neocolonial y
neoliberal que hoy gobierna, bajo las órdenes del mismo Imperio que robó
tierras a los mexicanos, invadió Panamá, Guyana, República Dominicana,
Colombia, asesinando a sus líderes desde Gaitán a Salvador Allende, no deja de
denigrar la palabra Pueblo al pretender hablar de gente, consumidores y
Mercado. Pero el Pueblo existe y la Patria también y en su hora siempre lo hace
saber.
9- En nuestro país se vive un momento político
especial de Resistencia, ya que los derechos adquiridos durante los años de
democracia institucional y política, en libertad de los doce años de peronismo,
pretenden ser arrasados. Sin embargo estos intentos desesperados por borrar 70
años de historia, encuentran en el pueblo la memoria reciente, no sólo de la
década ganada, sino también la de la década traicionada en nombre del peronismo.
Ambas memorias son la conciencia viva de la lucha por los derechos del Pueblo y
la Soberanía de la Patria.
10- Algunos dirán que son frases optimistas, en
medio de la desolación que nos quiere hacer vivir el enemigo, que en su intento
de fragmentación confunde, enreda, compra voluntades y propicia traiciones,
persigue dirigentes y encarcela opositores. Pero como decía Don Arturo
Jauretche, “si hay confusión, leé La Nación y hace lo contrario”, porque entre
la Patria y la antipatria, existen los fundamentos expresos de la oligarquía
sumisa y servil al Imperio y la filosofía plena de la Conciencia Social y
Política del Pueblo. Quienes son mimados por La Nación, son parte del poder que
quiere borrar nuestra memoria. La lucha del Pueblo demuestra que siempre será
poder, aun cuando lo pierda ocasionalmente por acciones internas y externas,
pero siempre volveremos, porque la Patria no se entrega y el Pueblo no lo
permite.