Publicado por Juan José Salinas
Luego de manifestar desacuerdo y desagrado por
cualquier intento de meter una cuña y ahondar las diferencias entre, por así
decirlo, La Cámpora y el Movimiento Evita; entre los kirchneristas “puros” y
los más pragmáticos (y con mayores responsabilidades entre los desocupados,
semiocupados y superexplotados de la economía informal); luego de dejar
constancia de que Pájaro Rojo considera enemigos a quienes buscan diferencias
entre quienes encarnaron al movimiento de liberación nacional en aquellas
épocas y segidamente las califican y presentan como antagónicas; luego de todo
eso, es preciso señalar que la necesidad de articular un frente amplio de
resistencia al desguace de la nación, la reprimarización de la economía y la
reducción a la servidumbre en el mejor de los casos y a la mendicidad en el
peor, a las mayorías populares, tiene límites. Y ese límite es Sergio Massa.
Los despachos de la Embajada de los Estados Unidos publicados por Wikileaks
revelaron que, en una muestra de deslealtad inclasificable, el tigrense acudía
seguido a procurarse el apoyoyo de dicha legación diplomática a cambio de
lambeteadas como las que hacia con Daniel Hadad, y en ess ocasiones e describía
al presidente Néstor Kirchner (a quien le debía haber llegado a jugar en
primera y al que en público le rendía pleitesía) como “un monstruo cobarde y
psicópata”. El peronismo nació antiimperialista y con la consigna “Braden o
Perón”, por lo que el falluto Massa no tiene retorno. Igual es bueno
recordarlo: Massa nunca fue peronista. Fue de la UCeDé de Álvaro Alsogaray y
mas tarde menemista aplaudidor de bajezas como el beso negro del Urquiza
riojano al judas y fracticida Isaac Rojas. Massa es el candidato de los Estados
Unidos. Suficiente. Stop. Cambio y fuera.
Pero por si todo esto no fuera suficiente, Massa
es el eje de un escándalo acallado, tapado, que cuando salte…¡ríanse de
Gabriela Michetti! Lean con atención sendas notas de La Nación, la del
miércoles, de Marcelo Veneranda, y la de Rafael Saralegui, publicada el jueves.
Me parece que no sólo Massa sino que el gobierno de Macri y sus operadores
juidiciales están en problemas. El poder destructivo de Carrió no algo menor,
aunque se hizo olímpicamente la tonta y se fue del país con tal de no tener que
oponerse públicamente al blanqueo por decreto de los familiares de personas
políticamente expuestas a fin que blanqueen sus dineros malhabidos y evadidos,
contra lo que dispone la ley, es decir que Macri, como si fuera un rey ha
amnistiado graciosamente (como un monarca absoluto) a un montón de delincuentes
entre los que todo indica se encuentra su padre. En fin, que con esta agachada
(denunciada con mucha claridad por Felipe Solá, que sabe del tema) Carrió ha
descendido a la categoría de denunciadores seriales independientes ma non
troppo como el cuervo Monner Sans. Sin embargo, en el tema que nos ocupa, hay
que decirlo, Carrió parece llevar toda la razón.
Fuente: Pájaro Rojo