Hoy más que nunca, Argentina
Por Noam Chomsky, para La Garganta Poderosa.
Noam Chomsky es filósofo, politólogo, activista estadounidense, profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX.
Noam Chomsky es filósofo, politólogo, activista estadounidense, profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX.
El proceso de avanzada neoliberal que Mauricio
Macri ha desarrollado durante su presidencia, no es un problema tan sólo de los
argentinos. Y no tiene nada de nuevo, ni exclusivo, en absoluto. De igual
manera dramática, está sucediendo en Brasil, pero tampoco se circunscribe al
contexto latinoamericano. De hecho, ahora mismo, el gobierno conservador
británico está intentando controlar a las grandes universidades, como Oxford y
Cambridge, para promover un modelo de mercado, convirtiendo a instituciones
académicas de primera en meras arcas comerciales.
Macri es todo eso, representa eso, expresa eso,
comanda eso, a contramano de la educación pública. Y no por casualidad: nada
puede resultar más amenazante para sus fines que liberar a las personas,
emanciparlas, ayudarlas a pensar, invitarlas a desafiar o impulsarlas a
preguntar las realidades que ningún jefe de marketing podría explicar. Pues
todos los sistemas orientados a la dominación necesitan aliarse con los
mecanismos de alienación, anular los cuestionamientos y convertir a la gente en
robots obedientes. Aquí o allá, este tipo de gobierno sigue siempre un mismo
guión: todo el presupuesto educativo transferido a la subordinación.
Al unísono, poco antes o poco después, desde
distintos ángulos de América Latina, diversas democracias se han ido subyugando
a los mandatos del FMI, firmando conscientemente las garantías del
estancamiento y los programas de ajuste que no sólo recortaron el pasado
reciente, desmoronaron el presente y condicionaron el futuro, quién sabe por
cuántas décadas. No se trata de ingenuidades, ni equivocaciones, son políticas
generales diseñadas para el beneficio de los ricos y el poder concentrado, que
no pueden prosperar sin el pueblo maniatado.
No por coincidencia todos esos gobiernos
antipopulares pagan increíbles campañas en redes sociales y apuestan a las
aplicaciones que permiten promover las mentiras. Por eso entonces, debemos
utilizar esas mismas herramientas para organizarnos de forma constructiva
contra la opresión, porque sólo así podremos resistir. Hoy más que nunca,
necesitamos reunir a las buenas personas, reflexionar sobre los problemas y
crear estructuras que nos permitan alimentar, abordar y superar en conjunto
nuestros peores trances, nunca desde la resignación, siempre desde la acción,
por adentro y por afuera de las redes.
Hoy grito yo.
Mañana les toca a ustedes.