Balance de gestión en la Provincia. Derrumbe
productivo y social, endeudamiento en dólares récord, déficit financiero
creciente y sin hacer obras públicas de envergadura.
El gobierno de Vidal termina cuatro años de
administración de la Provincia de Buenos Aires con pésimos indicadores
económicos, laborales y sociales. Sin más cloacas y sólo un poco de obras
viales concentradas en intendencias de Cambiemos. Pesada herencia para la
próxima gestión.
Por Alfredo Zaiat
No creó puestos de trabajo y la tasa de
desempleo del conurbano es una de las peores del país, con el 12,7 por ciento
en el segundo trimestre de este año. No disminuyó la pobreza. No le alcanzan
los recursos para cerrar el presupuesto de este año. Endeudó la provincia como
nunca antes lo hizo otra gestión. Deterioró patrimonialmente al banco
provincial. No construyó las rutas que publicita que hizo ni amplió la red de
cloacas. No utilizó líneas de créditos otorgadas por organismos financieros
internacionales para obras de infraestructura. Legitimó un monopolio de la luz
en manos del financista Rogelio Pagano, con usuarios soportando tarifas
impagables. Se enfrentó a los docentes y no mejoró la infraestructura escolar.
La salud pública fue desfinanciada. No bajó el delito ni tampoco puede mostrar
resultados concretos en la lucha contra las mafias, más allá de una efectiva
estrategia de marketing para engañar que sí lo hizo. Para cuidar sus espaldas
en temas judiciales, pretende aprobar 43 pliegos de funcionarios claves del
Poder Judicial. El inmenso aparato mediático de cobertura ha ocultado y lo
sigue haciendo que María Eugenia Vidal hizo la peor gobernación de la Provincia
de Buenos Aires desde la recuperación de la democracia en 1983.
Los resultados económicos, sociales y laborales
desastrosos de gestión tienen su origen en la política económica implementada y
en la impactante deficiencia de la gestión. Pero también en la ignorancia de la
realidad bonaerense, limitación que Vidal y su equipo no tuvieron mucha voluntad
de superar, teniendo en cuenta que la mayoría de los funcionarios no se
trasladaba a La Plata para trabajar y prefería manejar la gestión por control
remoto desde la Capital Federal, algunos desde las oficinas del Banco Provincia
ubicadas en la city porteña y otros desde despachos del Museo Ferroviario, en
avenida Libertador 405.
El gobierno de Mauricio Macri dejará una
pesadísima herencia de endeudamiento, desindustrialización, el FMI y una pauta
distributiva horrible. María Eugenia Vidal no será menos y abandonará la
gobernación de la Provincia de Buenos Aires dejando también una herencia
terrible.
Cuentas
A pesar de la inmensa red de protección
mediática que le permitió a Vidal publicitar que hizo un ordenamiento de las
cuentas públicas bonaerenses, la realidad fiscal de estos casi cuatro años es
que terminará entregando la gobernación con un déficit financiero estimado de
50.000 millones de pesos. Resultado que se conseguirá con un fuerte ajuste en
el gasto de Capital, o sea en la obra pública, del 30 por ciento en términos
nominales. Es una reducción real brutal con una inflación proyectada arriba del
50 por ciento anual.
La provincia pasó de participar de un 18,8 a un
casi 23,0 por ciento en la renta federal. Con más recursos de coparticipación y
la compensación especial (actualización del fondo del conurbano), las cuentas
fiscales igual terminarán en rojo. Además de la recesión que afecta la
recaudación de impuestos provinciales, Vidal redujo Ingresos Brutos, lo que en
este contexto debilitó las cuentas bonaerenses.
Un informe de la consultora Analogías sobre la
economía de Vidal apunta que la recaudación provincial disminuyó 15 por ciento
en términos reales en los primeros siete meses del año. Con el consumo en
caída, Ingresos Brutos retrocedió 12,6 por ciento interanual. Los recursos por
el Inmobiliario descendió 16,2 por ciento y el Impuesto de Sellos fue el de
peor desempeño con un derrumbe de 26,9 por ciento, originado en la parálisis
del sector inmobiliario.
La Provincia de Buenos Aires, al igual que la
Nación, tiene cerrado el acceso al mercado voluntario de deuda. En base a datos
de los ministerios de Hacienda y de Interior de la Nación, debido a que la
Provincia no ha publicado ningún dato del resultado fiscal en lo que va del año,
se proyecta un faltante de caja entre junio y diciembre de 75.000 millones de
pesos, originado por fuertes pagos de deuda y por la activación de las
cláusulas gatillo para el ajuste paritario.
La situación es más complicada con el
“reperfilamiento” de deuda de cortísimo plazo presentado por el ministro de
Hacienda, Hernán Lacunza, ex ministro de Economía de Vidal. La Provincia tenía
colocados fondos en Letes y Lecaps para colaborar en el financiamiento del
sector público nacional y para participar de la rueda especulativa, y de ese
modo devengar intereses que mejoren el cuadro fiscal. Pero esos papeles fueron
“reperfilados”, provocando un ahogo financiero aún mayor en las cuentas
bonaerenses.
Para brindar un poco de alivio a Buenos Aires y
a otras provincias atrapadas en “el corralito de las Letes”, Lacunza anunció la
recompra de esos papeles de deuda. Con esta última medida, el rojo estimado de
la caja bonaerense sería de 47.000 millones de pesos.
Especialistas en las cuentas bonaerenses se
preguntan de dónde podría obtener recursos adicionales Vidal para llegar a
diciembre. La respuesta que brindan es la siguiente: profundizaría el fuerte
ajuste en la obra pública; utilizaría los saldos remanentes de caja; y por
último el Tesoro provincial podría aspirar fondos de distintos organismos, como
el IPS o el IOMA o apropiarse de “liquidez” del Banco Provincia a través de
mecanismos establecidos en el estatuto del banco. Para no dejar un cuadro aún
más complejo a la próxima administración, señalan que lo más razonable sería
que el déficit fuese cubierto con transferencias directas desde Nación.
Deuda
La deuda total de la Provincia de Buenos Aires
subió de 9360 millones de dólares en diciembre de 2015 a 11.959 millones de
dólares en junio 2019, con un fuerte cambio de composición. La deuda en moneda
extranjera se incrementó de 57,9 al 82,7 por ciento del total, que arrojó a las
finanzas provinciales a un cuadro de extrema vulnerabilidad por el riesgo de devaluación.
Escenario negativo que se verifica desde abril del año pasado con fuertes
ajustes de la paridad cambiaria.
Vidal lideró una estrategia financiera
irresponsable, en línea con la del gobierno nacional, colocando bonos en el
mercado internacional por 3000 millones de dólares en 2016 y otros 2000
millones de dólares en 2017. En total fueron 5000 millones de deuda en dólares
y bajo ley extranjera cuando solo afrontaba vencimientos en moneda extranjera
por 500 millones.
En esos dos años Vidal colaboró de ese modo con
el gobierno de Macri para financiar las cuentas públicas en pesos con dólares,
otra política macrista desvariada cuyo desenlace fue la actual crisis y el
default. El año pasado, la Provincia enfrentaba vencimientos en dólares por
1000 millones de dólares, pero como el acceso al financiamiento en el mercado
internacional estaba cerrado, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la
Anses salió al rescate suscribiendo bonos de la Provincia por 760 millones de
dólares.
Con esta estrategia financiera de Vidal, la
Provincia de Buenos Aires se encuentra altamente expuesta a los vaivenes del
sistema financiero internacional y al riesgo cambiario. La última vuelta de la
megadevaluación macrista, precipitada luego de la paliza electoral al oficialismo
en las PASO, implicó un crecimiento de las necesidades presupuestarias para el
próximo gobierno provincial del orden de los 110.000 millones de pesos. Este
monto es equivalente a aproximadamente cuatro veces el presupuesto para obra
pública provincial en 2019.
La herencia de la deuda de Vidal para el primer
año de la próxima gestión es el pago de intereses estimados en 2600 millones de
dólares. El futuro gobernador enfrentará en el primer mes de 2020 vencimientos
por 580 millones de dólares (el 45 por ciento corresponde al FGS-Anses).
Banco Provincia
Durante la gestión de Vidal el Bapro perdió
importancia en el sistema, redujo su penetración en el sector privado tanto en
depósitos como en créditos y diluyó su papel en el financiamiento a los
sectores productivos de la provincia. Todo esto en el marco de un notorio
deterioro de su balance.
Los depósitos del sector público representaban
el 16,5 por ciento del pasivo total en 2015; en junio de 2019 se ubicaron en
27,8 por ciento. El banco perdió parte de su papel de apoyo productivo, para
dedicarse a actividades especulativas: aumentó las tenencias de títulos, entre
los cuáles se encuentran las Lebac/Leliq emitidas por el Banco Central, que
pasaron de representar el 4,7 por ciento del activo en 2015 al 22,4 por ciento
en junio de 2019. Como contrapartida, bajó la participación del Bapro en el
crédito al sector privado: del 62,2 por ciento del activo en 2017 a 39,9 por
ciento en junio de 2019. Esta caída equivale a 110.000 millones de pesos menos
en préstamos a la producción.
Como resultado del freno en el crédito, entre el
último trimestre de 2017 y el primero de 2019, el Bapro perdió participación en
el financiamiento otorgado a nivel país a todos los sectores de actividad:
producción primaria (-5,6 por ciento del total), industria manufacturera (-4,2)
y electricidad, gas y agua (-11,1). La cartera en situación irregular subió
hasta 5,6 por ciento del total de las financiaciones en abril de 2019,
ubicándose por encima de los promedios del sistema (4,0 por ciento) y de los
bancos públicos (3,8 por ciento).
La gestión de Vidal tomó dos decisiones
controvertidas para el modelo de negocios del Bapro: a) el uso recurrente de
promociones del tipo “Súper 50” con un costo estimado de 4000 millones de pesos
en 2019; y b) luego de la reforma que impulsó Vidal (Ley 15.008), se transfirió
al banco el déficit de la caja de jubilados con un costo de 9000 millones de
pesos en 2019.
Obra pública
Con una cartera de préstamos de Organismos
Multilaterales de más de 1200 millones de dólares, en su mayoría dedicados a
Infraestructura, la Provincia de Buenos Aires no ha ejecutado prácticamente
nada de los proyectos previstos. Entre los de baja o nula ejecución se
encuentran los siguientes:
* La rectificación y canalización del cauce en
el Río Areco, la presa de regulación en Pergamino, la rectificación del canal
Mercante-Jauretche, tramo laguna La Cautiva-RP N° 65 (Río V).
* Las obras de recuperación, alcantarillado y
tratamiento en el Río Reconquista.
* Las obras de la cuenca del Río Salado (etapa
IV tramo 1b).
* Las obras del Río Luján.
* La Planta Potabilizadora en los partidos de La
Plata, Berisso y Ensenada. Esta obra fue postergada.
* El acueducto del Río Colorado para abastecer
de agua potable a Bahía Blanca. Esta obra fue directamente cancelada.
También presentan nula ejecución proyectos
nacionales con fuerte impacto en la Provincia, como el Proyecto de Agua y
Saneamiento para el Segundo y Tercer Cordón del Conurbano Bonaerense (Aysa) del
BID o el Proyecto de Conectividad del Conurbano en la Provincia de Buenos Aires
del Fonplata.
La ejecución de estos proyectos, que representan
una porción importante de la obra pública, es en promedio de apenas el 6 por
ciento. Muchos de ellos fueron anunciados innumerables veces por Vidal, incluso
cuando un porcentaje importante fue negociado y aprobado durante la gestión de
Cristina Fernández de Kirchner.
Los motivos de la nula ejecución, según evalúan
en los propios organismos internacionales, fueron la falta de capacidad y
experiencia en la tarea de llevarlos a la práctica, sumando a partir del 2018
la fuerte restricción presupuestaria producto de la crisis y el acuerdo con el
FMI.
La Provincia de Buenos Aires al mando de Vidal
no ha utilizado la fuente de financiamiento más conveniente, que es a tasas
bajas y a plazos más largo, generando costos por comisiones de compromiso que
debe pagar por no ejecutar los proyectos con financiamiento aprobado.
La obra pública es una de las banderas de
gestión de Vidal. Con una efectiva estrategia de propaganda ha instalado en el
espacio público que hizo mucho. Pero no es así. No tiene mucho para mostrar. El
gasto en obra pública fue una de las principales variables de ajuste de Vidal;
la otra fue el salario de los trabajadores estatales bonaerenses.
En 2018 destinó la misma cantidad de dinero para
obra pública que en 2017, pese a que los costos de la construcción aumentaron
32 por ciento promedio. La caída en términos reales fue de 23 por ciento en ese
año; y en el siguiente se estima una nueva caída del 7 por ciento.
Los abanderados de la transparencia
distribuyeron las obras viales con un elevado grado de discrecionalidad y
oportunismo político, privilegiando a los distritos conducidos por intendentes
de Cambiemos. Estos recibieron el 86 por ciento del total de los 25 mil
millones de pesos destinados para obras viales de estos cuatro años.
No hubo grandes obras de infraestructura, ni de
ferrocarriles de la provincia, ni en puertos ni en ampliación de la red de
cloacas. Sólo hubo un poco de caminos y concentrados en intendencia de
Cambiemos.
Los bonaerenses no sólo castigaron en las urnas
a Vidal por Macri, sino también por una gestión que fue puro marketing y que
hizo poco y nada para mejorar la calidad de vida de la mayoría de la población
de la Provincia de Buenos Aires.
Fuente: Página 12
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