Iván Márquez anuncia que la disidencia de FARC
retoma la lucha armada en Colombia
El guerrillero, que había participado en las
negociaciones de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos, anunció este jueves
que ha iniciado la "nueva Marquetalia", en referencia al lugar de
nacimiento del grupo armado hace medio siglo.
El comandante de la guerrilla izquierdista
FARC-EP, Iván Márquez, hace gestos durante una conferencia de prensa en Bogotá.
22 de enero de 2017. / Luis Acosta / AFP
Líder de la FARC: "Las grandes mayorías
seguimos comprometidos con el acuerdo de paz"
El disidente y prófugo de la Justicia Iván
Márquez informó este jueves que una parte de los excombatientes desmovilizados
por el acuerdo de paz, firmado en 2016 con el Gobierno de Colombia, se han
reagrupado para tomar las armas y continuar "la lucha guerrillera".
"La rebelión no es una bandera derrotada ni
vencida", dijo Márquez en un video divulgado en redes sociales en el que
aparece junto a hombres y mujeres armados con fusiles, entre los que se
encontraban Seuxis Paucias Hernández Solarte, conocido como 'Jesús Santrich'.
"Buscaremos coordinar esfuerzos con la guerrilla del ELN y con aquellos
compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas", agregó.
Ante este anuncio, Rodrigo Londoño, alias
'Timochenko', líder de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC),
partido político formado por exmiembros de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), manifestó que la
mayor parte de los excombatientes apoya el acuerdo de paz firmado con el
Gobierno del país en 2016.
"Las grandes mayorías seguimos
comprometidas con lo acordado, aún con todas las dificultades o peligros que se
avizoran, estamos con la paz", escribió en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el expresidente de Colombia, Juan
Manuel Santos, cuyo Gobierno estuvo al frente del proceso de diálogo con el
grupo armado, señaló que si bien el Estado debe cumplir los acuerdos de paz
vigentes con los exguerrilleros de las FARC, debe reprimir a los grupos
disidentes que retomen la lucha armada.
El entonces presidente de Colombia, Juan Manuel
Santos, y el exlíder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, después de
firmar el acuerdo de paz en Bogotá, Colombia, 24 de noviembre de 2016. / Jaime
Saldarriaga / Reuters
"El 90 % de las FARC sigue en el proceso de
paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con
toda contundencia. La batalla por la paz no se detiene", dijo el
exmandatario colombiano a través de su cuenta de Twitter.
"No hay condiciones para la paz"
El periodista internacional José Manzaneda, en
entrevista con RT, expresó que la decisión de Márquez y el grupo de
excombatientes "viene a demostrar que no hay condiciones para la paz y
para el juego verdaderamente democrático y la inclusión de las disidencias de
izquierda en Colombia".
Manzaneda indicó que la alianza de este grupo
disidente con otras guerrillas como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y
otras organizaciones irregulares "podrían prever unas formas de lucha
armada distintas" a las conocidas hasta ahora. "Veremos cómo se presenta
el escenario".
"Trabajando desde abajo"
En un extenso comunicado, el ahora líder de las
disidencias dijo que retomarán las armas con miras "a la paz cierta, no
traicionada". "Estamos trabajando desde abajo y con los de abajo por
el cambio político y social", indicó Márquez, quien dejó de comparecer
ante los mecanismos establecidos tras la firma del pacto con el Gobierno de
Juan Manuel Santos.
Miembros del 51 Frente de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) caminan en la Cordillera Oriental, en
Colombia, el 16 de agosto de 2016. / John Vizcaino / Reuters
El guerrillero, sobre quien pesa una orden de
captura, advirtió que la nueva insurgencia no seguirá "operando en las
profundidades de la selva" y agregó que el objetivo del grupo armado es
"la oligarquía excluyente y corrupta".
El pronunciamiento llega a pocos días que se
cumplan dos años del nacimiento del Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común
(FARC), el partido fundado por los exlíderes de la guerrilla desmovilizada.
Mensaje a policías y militares
Uno de los puntos en los que insistió Márquez
fue en su mensaje a los policías y militares en Colombia que "no quieren
seguir siendo utilizados por políticos dementes como gatillo de los falsos
positivos". Aseguró que no serán objetivo de la agrupación guerrillera,
pero advirtió que responderán ante cualquier "ofensiva".
Otra de las políticas que, según Márquez,
dejarán de practicarse en las filas de la guerrilla reagrupada serán los
secuestros: "Desmarque total de las retenciones con fines económicos,
priorizaremos el diálogo con empresarios, ganaderos, comerciantes y la gente
pudiente del país, para buscar por esa vía su contribución al progreso de las
comunidades rurales y urbanas", sostuvo.
Captura de pantalla del video donde el
excomandante de las FARC Iván Márquez, al lado de Jesús Santrich, anuncia la
retoma de las armas. / AFP
En junio pasado, Márquez fue despojado de su
investidura como congresista y la Jurisdicción Especial para la Paz abrió un
incidente de verificación de incumplimiento. Caso similar ocurrió con Santrich,
quien se ausentó del mecanismo de justicia transicional ante el tribunal que lo
citaba por un caso de retención ilegal de personas; el 11 de julio se emitió la
circular roja de Interpol en su contra.
En una entrevista con Efe, Rodrigo Londoño,
actual presidente del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común
(FARC), dijo que tanto 'Santrich' como el excombatiente Iván Márquez quedaron a
un lado del "carro de la historia de la construcción de la paz de
Colombia" por su deslinde del acuerdo de paz.
"Nos obligaron a regresar al monte"
Márquez, quien ahora lidera esa fracción de la
disidencia, hizo un recuento histórico de las "traiciones" que, a su
juicio, la "oligarquía colombiana" ha hecho a los procesos
revolucionarios para concluir que "desde el desarme ingenuo de la
guerrilla a cambio de nada, no cesa la matazón".
"En dos años, más de 500 líderes y
lideresas del movimiento social han sido asesinados, y ya suman 150 los
guerrilleros muertos en medio de la indiferencia y la indolencia del
Estado", apuntó el ahora combatiente, quien acusó al Gobierno de incumplir
con sus obligaciones para garantizar el derecho a la vida de la población y
evitar los asesinatos por razones políticas.
También señaló al Ejecutivo de modificar
unilateralmente el texto del acuerdo, de hacer "montajes judiciales"
y promover la "inseguridad jurídica" de los excombatientes: "Nos
obligaron a regresar al monte (...) fuimos obligados a retomar las armas",
dijo.
"El expresidente Santos juró con importada
voz de Nobel de paz que no cambiaría ni una sola coma de lo pactado (...), pero
ni siquiera se atrevió a titular tierras a los campesinos que han vivido en
ellas por décadas", aseveró el guerrillero, tras hacer una enumeración de
lo que considera incumplimientos por parte del Gobierno anterior y el actual,
presidido por Iván Duque.
Márquez criticó la postura de Duque, quien ha
amagado con hacer modificaciones al pacto porque su Administración no tuvo
responsabilidad en la negociación, "desconociendo así que el acuerdo se
firmó con el Estado y no con un Gobierno".
Para el guerrillero, el único propósito del
acuerdo de paz era que las FARC entregaran las armas para después desconocer
sus preceptos, lo que a su criterio quedó en evidencia desde que el Gobierno de
Santos convocó un plebiscito "improcedente". "Pareciera que más
que blindar la paz, lo que quería Santos era derrotar a Uribe".
John Vizcaino / Reuters
Por esa razón, aseguró que la solución para el
conflicto es la instalación de "un nuevo Gobierno" en el Palacio de
Nariño, que convoque "a un nuevo diálogo de paz" y involucre "a
las fuerzas guerrilleras y a todos los actores armados".
Dos años del 'fin de la guerra'
A finales de junio de 2017, el entonces
presidente colombiano, Juan Manuel Santos, declaró el fin del conflicto en el
país suramericano con la entrega de las armas en poder de las FARC. El
protocolo era el colofón de un proceso que contaría con la verificación de
Naciones Unidas. El exmandatario sentenció en esa oportunidad: "la paz es
real y es irreversible".
En septiembre de ese mismo año, las FARC dieron
un paso que pareció la consolidación de la paz, al convertirse en partido
político. La agrupación tomó sus mismas siglas insurgentes pero con un
significado diferente: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.
Sin embargo, los desencuentros que surgieron
entre el Gobierno y algunos líderes de las FARC sobre la implementación del
acuerdo, los escollos judiciales para permitir que lo pactado tuviera rango
constitucional y el asesinato de exguerrilleros en algunas zonas del país,
empezaron a minar la confianza y afloraron las grietas dentro de las antigua
organización insurgente.
El punto de quiebre fue la detención, en abril
de 2018, de 'Jesús Santrich'. El excombatiente no pudo tomar posesión de su
curul en el Congreso —compromiso asumido por el Gobierno con las FARC para que
tuvieran representación política—, debido a que fue acusado por un juez de
Nueva York (EE.UU.) de haber enviado a ese país diez toneladas de droga, luego
de haberse firmado el acuerdo de paz.
La detención provocó profundas diferencias en
las filas de FARC, y Márquez fue el primero en expresarlas públicamente, ya que
consideraba que el proceso iniciado contra Santrich y su potencial extradición
a EE.UU., eran prueba de la "inseguridad jurídica" en que quedaban
los excombatientes. El paso definitivo fue su negativa a tomar posesión de su
curul en el Congreso y el posterior abandono de su sistema de seguridad, con
"paradero desconocido".
Fuente:Rusia Today. RT