The Trust Project nació en 2014 con el objetivo
de manipular los algoritmos de los motores de búsqueda en internet. Se está
usando para controlar qué noticias son promocionadas y cuáles son suprimidas en
los motores de búsqueda principales
como Google y Bing y enormes redes sociales como Facebook, con el objetivo de
que los medios hegemónicos recuperen su poder y su relato, que obviamente es el
de las élites. M. Mestre
The Trust Project: los grandes medios y Silicon
Valley se convierten en armas para silenciar la disidencia
Trust Project está financiado por una
confluencia de oligarcas de la tecnología y poderosas fuerzas con un claro
interés en controlar el flujo de noticias.
WHITNEY WEBB /
elsaltodiario.com
Traducción Eduardo Pérez
Tras el fracaso de Newsguard —el sistema de
calificación de noticias respaldado por un grupo de importantes personalidades
neoconservadoras— en afianzarse entre las empresas de redes sociales y de
tecnología estadounidenses, otra organización ha intervenido silenciosamente
para dirigir los algoritmos de noticias de gigantes tecnológicos como Google,
Facebook y Microsoft.
Aunque es diferente de Newsguard, este grupo,
conocido como The Trust Project (El Proyecto Confianza), tiene un objetivo
similar de restaurar la confianza en los medios convencionales y corporativos,
por encima de alternativas
independientes, aplicando “indicadores de confianza” a los algoritmos de
noticias de las redes sociales de una forma decididamente poco transparente.
La financiación de The Trust Project
—proveniente en general de grandes empresas tecnológicas como Google; oligarcas
de la tecnología con conexiones en el gobierno como Pierre Omidyar; y la Knight
Foundation, un inversor clave de Newsguard— sugiere que un motivo ulterior en
su incansable promoción de medios de comunicación convencionales
“tradicionales” es limitar el éxito de alternativas disidentes.
De particular importancia es el hecho de que los
“indicadores de confianza” de Trust Project ya se están usando para controlar
qué noticias son promocionadas y cuáles son suprimidas para motores de búsqueda
principales como Google y Bing y enormes redes sociales como Facebook. Aunque
las descripciones de estos “indicadores de confianza” —ocho de los cuales están
en uso actualmente— están disponibles públicamente, no lo está la forma en que
grandes empresas tecnológicas y de redes sociales los están usando.
El objetivo de Trust Project es aumentar la
confianza pública en los mismos medios tradicionales que Newsguard favorecía y
utilizar códigos HTML en artículos de noticias favorecidos para promocionar su
contenido contra las alternativas independientes. Incluso si su esfuerzo para
promover la “confianza” en medios de la élite no tiene éxito, su código oculto
incrustado dentro de las webs de noticias en que participan, permite a esos
medios eludir a su competencia independiente, convirtiendo en irrelevantes en
gran medida tales asuntos de “confianza” ya que se busca homogeneizar el
panorama de los medios en internet en beneficio de los medios convencionales.
La directora de Trust Project, Sally Lehrman,
dejó claro que, desde su punto de vista, la falta de confianza pública en los
medios convencionales y su público en declive son el resultado de “competencia”
no deseada “de empresas sin principios [que] minan aun más el mismo rol y
propósito [del periodismo] como motor de la democracia”.
Que és Trust
Project
El Trust Project se describe a sí mismo como “un
consorcio de empresas de noticias líderes” involucradas en desarrollar
“estándares de transparencia que te ayudan a valorar fácilmente la calidad y
credibilidad del periodismo”. Esto lo ha hecho creando lo que llama
“indicadores de confianza”, que la web del proyecto describe como “un estándar
digital que satisface las necesidades de la gente”. Sin embargo, lejos de
satisfacer “los intereses de la gente”, los indicadores de confianza parecen
tener la intención de manipular los algoritmos de motores de búsqueda y redes
sociales para beneficio de los socios mediáticos del proyecto, más que para
beneficio del público.
Los orígenes de Trust Project se remontan a una “mesa redonda” de 2012 albergada por el Centro Markkula de Ética Aplicada en la Universidad de Santa Clara, un centro fundado por el antiguo CEO de Apple, Mike Markkula. La mesa redonda se dio a conocer como la Mesa Redonda sobre Ética en el Periodismo Digital y fue creada por la periodista Sally Lehrman, que entonces trabajaba en el Centro Markkula, en conexión con la Mesa Redonda Ejecutiva de Nuevos Medios y Vigilancia de la Credibilidad Online de la Sociedad de Periodistas Profesionales. Lehrman ha afirmado explícitamente que Trust Project sólo está abierto a “organizaciones de noticias que se adhieren a estándares tradicionales”.
La idea específica que desencadenó la creación
de Trust Project nació en un encuentro en 2014 de esa mesa redonda, cuando
Lehrman “preguntó a un especialista en Machine Learning de Twitter, y a Richard
Gingras, responsable de Google News, si se podrían usar los algoritmos para
apoyar la ética en vez de dañarla, y dijeron que sí. Gingras aceptó colaborar”.
En otras palabras, la idea tras Trust Project, desde el inicio, tenía como
objetivo manipular los algoritmos de los motores de búsqueda y redes sociales
con la complicidad de grandes empresas tecnológicas como Google y Twitter.
Como apunta el mismo Trust Project, la forma de
alterar algoritmos se desarrolló en tándem con ejecutivos de gigantes
tecnológicos como Gingras y “editores líderes en la industria de 80 medios e
instituciones informativos”, todos los cuales son medios corporativos y
convencionales.Es de destacar que los socios mediáticos del Trust Project,
involucrados en la creación de estos nuevos “estándares” para los algoritmos de
noticias, incluyen publicaciones cuyos propietarios son conocidos oligarcas:
The Washington Post, propiedad del hombre más rico del mundo, Jeff Bezos; The
Economist, dirigido por la rica familia Rothschild; y el Globe and Mail,
propiedad de la familia más rica de Canadá, los Thomson, que también son dueños
de Thomson Reuters. Otros socios de Trust Project son The NewYork Times, Mic,
Hearst Television, la BBC y la red de USA Today.
Otros medios destacados están representados en
el Consejo de Liderazgo de Noticias del Centro Markkula, incluyendo Financial Times, Gizmodo Media y The Wall
Street Journal. Ese consejo —que también incluye a Gingras y a Andrew Anker,
director de gestión de producto de Facebook— “guía al Trust Project en nuestros
indicadores de confianza”.
Estos “indicadores de confianza” están en el
centro de las actividades de Trust Project y revelan uno de los mecanismos
clave a través de los cuales Google, Twitter y Facebook han estado alterando
sus algoritmos para favorecer a medios con buenos registros de “indicador de
confianza”. Los indicadores de confianza, a primera vista, tienen la intención
de hacer “más transparentes” a las publicaciones informativas, como un medio de
generar un aumento de la confianza en el público. Aunque se han desarrollado un
total de 37, parece que solo ocho de ellos se están utilizando actualmente.
El Trust Project enumera y describe estos ocho
indicadores de la siguiente manera:
• Mejores Prácticas: ¿Cuáles son los estándares
del medio informativo? ¿Quién lo financia? ¿Cuál es la misión del medio? Además
de compromisos con la ética, voces diversas, exactitud, hacer correcciones y
otros estándares.
• Experiencia del Autor/Reportero: ¿Quién lo
hizo? Detalles sobre el periodista, incluida su experiencia en otras historias
en las que han trabajado.
• Tipo de Trabajo: ¿Qué es esto? Etiquetas para
distinguir la opinión, el análisis y el contenido publicitario (o patrocinado)
en los reportajes informativos.
• Citas y referencias: ¿Cuál es la fuente? Para
historias de investigación o artículos de calado, acceso a las fuentes tras los
hechos y declaraciones.
• Métodos: ¿Cómo se construyó? También para
artículos de calado en profundidad, información sobre por qué los reporteros
eligieron seguir una historia y cómo llevaron el proceso.
• ¿De Origen Local? ¿Se hizo la información en
el lugar, con profundo conocimiento sobre la situación o comunidad local? Te
permite saber cuándo la historia tiene origen o conocimiento local.
• Voces Diversas: ¿Cuáles son los esfuerzos y
compromisos de la redacción para mostrar diversas perspectivas?
• Feedback Viable: ¿Podemos participar? Los
esfuerzos de una redacción por conseguir la ayuda del público en el
establecimiento de las prioridades de la cobertura, la contribución al proceso
informativo, asegurar la exactitud y otras áreas. Los lectores quieren
participar y ofrecer feedback que puede alterar o expandir una historia.
Cómo el Trust Project pone a disposición del
público estos indicadores se puede ver en su nuevo proyecto, el Rastreador de
Transparencia en la Redacción, donde ofrece una tabla de “transparencia” para
medios participantes. Es llamativo que esa tabla mezcla prácticas de
transparencia reales con la simple provisión de información al Trust Project.
Por ejemplo, The Economist consigue una “puntuación” de transparencia perfecta
por haber proporcionado al Trust Project enlaces a su política ética,
declaración de principios y otra información requerida por el proyecto. Sin
embargo, el hecho de que esas políticas existan y se proporcionen al Trust
Project no significa que las políticas de la publicación sean, de hecho,
transparentes o éticas en términos de su propio contenido, o en la práctica. El
hecho de que The Economist proporcione enlaces a sus políticas no hace a la publicación
más transparente, pero —en el contexto de la tabla del Rastreador de
Transparencia en la Redacción— ofrece la apariencia de transparencia, aunque
esas revelaciones de su política por The Economist difícilmente se traducirán
en algún cambio en sus conocidos sesgos e información parcial sobre ciertos
asuntos.
Los indicadores de confianza manipulan los
algoritmos de las grandes tecnológicas
El verdadero poder de los indicadores de
confianza aparece en una forma que no es visible para el público general. Estos
indicadores de confianza, aunque mostrados ocasionalmente en las webs de los
socios, están acompañados por “señales legibles por máquinas” integradas en el
código HTML de webs y artículos participantes usados por Facebook, Google, Bing
y Twitter. Como Lehrman apuntó en un artículo de 2017, el Trust Project estaba
“ya trabajando con estas cuatro compañías, todas las cuales han dicho que
quieren usar nuestros indicadores para priorizar «las noticias honestas y bien
documentadas por encima del engaño y la falsedad”.
Gingras, de Google News, también apuntó que los
indicadores de confianza son usados por Google como “indicios para ayudar a los
motores de búsqueda a entender y clasificar mejor los resultados… [y] a ayudar
a la miríada de sistemas algorítmicos que moldean nuestras vidas mediáticas”.
Una nota de prensa del Trust Project el año
pasado subraya aún más la importancia de los “indicadores” integrados para
alterar los algoritmos de las redes sociales y motores de búsqueda: “Mientras
que cada indicador es visible para los usuarios en las páginas de los socios
informativos del proyecto, también está integrado en el código de los artículos
y webs para que lo lean las máquinas –ofreciendo el primer lenguaje técnico
estandarizado que ofrece información de contexto sobre los compromisos con la
transparencia de las webs informativas”.
A pesar de afirmar que aumenta el conocimiento
público de los “compromisos con la transparencia de las webs informativas”, la
forma en que las empresas tecnológicas líderes como Google y Facebook están
usando estos indicadores es cualquier cosa menos transparente. En realidad, se
desconoce en gran medida cómo se usan estos indicadores, aunque hay algunas
pistas.
Por ejemplo, CBS News citó a Craig Newmark —el
multimillonario fundador de Craislist, quien facilitó los fondos iniciales del
Trust Project— sugiriendo que “el algoritmo de búsqueda de Google podría
clasificar las fuentes de confianza por encima de otras en los resultados de
búsqueda” utilizando los indicadores de confianza del proyecto.
El año pasado, el Trust Project señaló que Bing
usaba “el indicador de confianza ‘Tipo de Trabajo’ para mostrar si un artículo
es información, opinión o análisis”. También señaló que “cuando Facebook lanzó
su proceso para indexar páginas de noticias, trabajaron con el Trust Project
para facilitar que cualquier editor añadiera información opcional sobre su
página”. En el caso de Google, Gingras fue citado diciendo que Google News usa
los indicadores para “valorar la autoridad relativa de las organizaciones
informativas y los autores. Esperamos desarrollar nuevas formas de utilizar los
indicadores”.
Es de destacar que la versión legible por
máquinas de estos indicadores de confianza está disponible únicamente para las
instituciones que participan, que actualmente son publicaciones corporativas y
convencionales. Aunque se están desarrollando plug-ins de WordPress y Drupal
para poner a disposición de editores más pequeños esas señales integradas para
motores de búsqueda y redes sociales, sólo se pondrá a disposición de “editores
cualificados”, una evaluación que presumiblemente hará el Trust Project y sus
asociados.
Richard Gingras, en una declaración hecha en
2017, apuntó que “los indicadores pueden ayudar a nuestros algoritmos a entender
mejor el periodismo con autoridad, y ayudarnos a hacerlo salir mejor a la
superficie para los consumidores”. Así, está sobradamente claro que estos
indicadores, que están integrados sólo en webs de noticias “cualificadas” y
“con autoridad”, se usarán para dar un sesgo a los algoritmos de noticias de
motores de búsqueda y redes sociales en beneficio de las webs informativas de
la élite.
En resumidas cuentas, estos indicadores
integrados y exclusivos permiten a determinados medios informativos evitar los
devastadores efectos de cambios recientes en los algoritmos que han visto
desplomarse en los últimos años el tráfico para muchas webs informativas,
Mintpress [responsable de este artículo] incluida. Esto está llevando a una
homogeneización del panorama informativo en internet al privar de tráfico web a
competidores independientes, mientras que a los medios aprobados por el Trust
Project se les da presencia mediante la manipulación de los algoritmos.
Los multimillonarios de la tecnología detrás del
Trust Project
Dado el impacto de Trust Project en su intento
de hacer más ricos a los ricos en el
panorama de las noticias en internet, no sorprende descubrir que está
financiado por una confluencia de oligarcas de la tecnología y poderosas
fuerzas con un claro interés en controlar el flujo de noticias e información en
internet.
Según su página web, Trust Project recibe
actualmente financiación de Craig Newmark Philanthropies, Google, Facebook, el
Fondo para la Democracia del fundador de eBay Pierre Omidyar, la Fundación John
S. and James L. Knight (a menudo abreviada como Fundación Knight), y la
Fundación Markkula.
Su web también señala que Google fue “una fuente
financiera inicial” y que había sido en sus orígenes financiada por Craig
Newmark, el fundador de Craiglist. Como se mencionó anteriormente, el
cofundador del Trust Project es Richard Gingras, actual vicepresidente de
Noticias en Google. La web de Trust Project describía el actual papel de
Gingras con la organización como “un poderoso evangelista” con quien “siempre
se puede contar para asesoramiento especializado y ánimos”. El actual papel de
Newmark en el Trust Project se describe como el de un “financiador y valioso
conector”.
Newmark, a través de Craig Newmark
Philanthropies, quien facilitó la financiación inicial para Trust Project,
también ha financiado otras iniciativas relacionadas como la Iniciativa de
Integridad en la Información en la City University de Nueva York, que comparte
muchos de los financiadores del Trust Project, incluyendo a Facebook, el Fondo
para la Democracia de Omidyar, y la Fundación Knight. El Trust Project está
registrado como colaborador de la Iniciativa de Integridad en la Información.
Newmark también es muy activo en varias ONG relacionadas con la información con
espíritu similar. Por ejemplo, se sienta en la junta de la Fundación Frontera
Electrónica, durante mucho tiempo receptora de enormes subvenciones de la Red
Omidyar, y de Politifact.com, que está en parte financiado por el Fondo para la
Democracia de Omidyar.
Newmark está trabajando actualmente con Vivian
Schiller como su “consejera estratégica” en sus inversiones mediáticas.
Schiller es miembro del Consejo sobre Relaciones Exteriores, ex jefa de
noticias en Twitter, y una veterana de publicaciones convencionales de renombre
como NPR, CNN, The New York Times y NBC News. También es una directora del
Scott Trust, que posee The Guardian.
La Fundación Markkula, uno de los financiadores
clave del Trust Project, ejercita una influencia considerable sobre la
organización a través del Centro Markkula de Ética Aplicada, que estimuló en un
principio la organización y cuyo Consejo de Liderazgo de Noticias juega un
importante papel en el Trust Project. Entre los miembros de ese consejo hay
representantes de Facebook, The Wall Street Journal, The Washington Post,
FinancialTimes y Google, y “guía al Trust Project sobre nuestros indicadores de
confianza y aconseja sobre asuntos centrales relacionados con el conocimiento
de la información y la reconstrucción de la confianza en el periodismo dentro
de un ambiente disciplente denominado como posthechos”.
Tanto la Fundación Markkula como el Centro
Markkula de Ética Aplicada fueron fundados por A. M. “Mike” Markkula, ex CEO de
Apple. El programa de Ética en el periodismo del Centro Markkula está
actualmente encabezado por Subramaniam Vincent, un antiguo ingeniero de
software y consultor para Intel y Cisco Systems que ha trabajado para unir el
big data con el periodismo local y es un defensor del uso de “IA [inteligencia
artificial] ética para ingerir, escoger y clasificar noticias”.
La Fundación John S. y James L. Knight es otro
interesante financiador del Trust Project, dado que esta misma fundación es
también un inversor clave en Newsguard, el polémico y sesgado sistema de
clasificación de noticias con fuertes conexiones con miembros del Gobierno (de
EEUU) y autodenominados propagandistas del Gobierno.
Un artículo anterior de MintPress reveló los
numerosos conflictos de interés de Newsguard y un sistema de clasificación
fuertemente sesgado a favor de conocidos medios tradicionales, incluso cuando
esos medios tienen un dudoso registro de promover las llamadas “fake news”. No
debería sorprender que el objetivo del Trust Project sea aumentar la confianza
pública en los mismos medios tradicionales a los que Newsguard favorecía y usar
códigos integrados en HTML en artículos informativos para promocionar su
contenido a expensas de las alternativas independientes.
Un rostro familiar en la guerra contra los
medios independientes
El Fondo para la Democracia, otro patrocinador
principal del Trust Project y una fundación bipartidista que estableció en 2011
el fundador de eBay y propietario de PayPal Pierre Omidyar “por el respeto por
la Constitución de EEUU y los valores democráticos centrales de nuestra
nación”, es un derivado de la Red Omidyar y, tras separarse como empresa
independiente en 2014, se hizo miembro del Grupo Omidyar. El Comité Asesor
Nacional del fondo incluye antiguos cargos de los gobiernos de Bush y Obama y
representantes de Facebook, Microsoft, NBC News, ABC News y el grupo Gizmodo
Media.
La participación del Fondo para la Democracia en
el Trust Project es destacable debido a los otros proyectos mediáticos que
financia, como el nuevo imperio mediático del archineoconservador Bill Kristol,
quien tiene una larga historia de crear y diseminar falsedades que se han
utilizado para justificar la guerra de Estados Unidos en Iraq y otras
posiciones de política exterior de los ‘halcones’.
Como reveló una publicación reciente de
MintPress, el Fondo para la Democracia de Omidyar proporciona apoyo financiero
a la iniciativa de Kristol Defender Juntos la Democracia y también apoya
la Alianza para Asegurar la Democracia
de Kristol, un proyecto del think tank German Marshall Fund conocido por su
críptico panel sobre los (falsos) “bots
rusos” Hamilton68. El Fondo para la Democracia de Omidyar también ha
contribuido económicamente al proyecto Defender la Democracia Digital del
German Marshall Fund y directamente al propio German Marshall Fund. Además,
Charles Sykes, un cofundador y editor de la nueva publicación de Kristol, The
Bulwark, está en el Comité Asesor Nacional del Fondo para la Democracia.
Un acólito de Kristol que trabaja en el German
Marshall Fund, Jaime Fly, afirmó el pasado octubre que las purgas coordinadas
en redes sociales de páginas independientes conocidas por sus críticas al
imperio y la violencia policial estadounidenses eran “solo el comienzo” e
insinuó que el German Marshall Fund tuvo que ver en purgas pasadas en redes sociales
y, presumiblemente, un papel en futuras purgas. Así, los vínculos del Fondo
para la Democracia con neoconservadores que promueven la censura de medios
independientes críticos con la política exterior militarista de EEUU coinciden
con el interés subyacente del Fondo en el Trust Project.
La participación de Omidyar en el Trust Project
es interesante por otro motivo, a saber, que Omidyar es el principal apoyo tras
los esfuerzos de la polémica Liga Anti Difamación (ADL, por sus siglas en
inglés) por convertirse en un elemento clave respecto a qué medios son
censurados por los gigantes de la tecnología de Silincon Valley. ADL fue
fundada en un inicio para “parar la difamación del pueblo judío y asegurar la
justicia y el tratamiento justo para todos”, pero los críticos señalan que con
el paso de los años ha empezado a catalogar a los críticos del Gobierno de
Israel como “antisemitas”. Por ejemplo, el contenido que caracteriza las
políticas israelíes hacia los palestinos como “racistas” o “de tipo apartheid” es
considerado “discurso de odio” por la ADL, igual que acusar a Israel de
crímenes de guerra o de intentos de limpieza étnica. La ADL incluso ha descrito
explícitamente a organizaciones judías que son críticas con el Gobierno israelí
como “antisemitas”.
En marzo de 2017, la Red Omidyar facilitó el
“capital inicial crítico” necesario para lanzar el “nuevo centro de ADL en
Silicon Valley, que tiene el objetivo de «abordar esta creciente ola de
intolerancia y de colaborar más estrechamente con empresas tecnológicas para
promover la democracia y la justicia social”. Ese nuevo centro de ADL
financiado por Omidyar permitió a la ADL asociarse con Facebook, Twitter,
Google y Microsoft —todos ellos colaboradores del Trust Project— para crear un
«Laboratorio de Resolución de Conflictos de Odio Cibernético». Desde entonces,
estas compañías y sus subsidiarias, incluido el YouTube de Google, han confiado
en la ADL para indicar el contenido “polémico”.
Dado el hecho de que Trust Project comparte con
la ADL un fundador clave (Pierre Omidyar) y varios socios tecnológicos
externos, queda por ver si existe coincidencia entre cómo grandes empresas
tecnológicas como Google y Facebook usan los indicadores de confianza en sus
algoritmos y la influencia de la ADL en esos mismos algoritmos. Lo que está
claro, sin embargo, es que existe una innegable coincidencia dado que Craig
Newmark, quien facilitó el capital inicial para el Trust Project y sigue
financiándolo, es también un importante donante y consejero de la ADL. En 2017,
Newmark dio 100.000 dólares para el Centro de Respuesta a Incidentes y es
miembro de la junta asesora tecnológica del grupo.
Deslocalizando la censura
Por supuesto, los donantes más interesantes y
problemáticos son Google y Facebook, que están usando el mismo proyecto que
financian como “tercera parte” para justificar su manipulación de los
algoritmos de servicios de noticias y motores de búsqueda. La íntima
participación de Google desde la misma concepción del Trust Project lo
identifica como una extensión de Google que desde entonces se ha vendido como
una organización “independiente” encargada de justificar los cambios en los
algoritmos que benefician a determinados medios informativos en detrimento de
otros.
De forma parecida, Facebook financia el Trust
Project y también emplea los “indicadores de confianza” que financia para
alterar su algoritmo de servicio de noticias.
Entre los demás socios de Facebook en la
alteración de este algoritmo está el Consejo Atlántico —financiado por el
Gobierno de EEUU, la OTAN y fabricantes de armas, entre otros—, y Facebook
también se ha asociado directamente con gobiernos extranjeros, como el Gobierno
de Israel, para suprimir información precisa pero disidente que el gobierno en
cuestión quería que se eliminara de la red social.
La opacidad entre la censura “privada”, la
censura de los oligarcas tecnológicos, y la censura gubernamental es
particularmente remarcable en el Trust Project. Los financiadores privados del
Trust Project que también utilizan su producto para promocionar cierto
contenido informativo sobre otros —particularmente Google y Facebook— tienen
vínculos con el Gobierno estadounidense, siendo Google un contratista del
Gobierno y luciendo Facebook un creciente equipo de antiguos cargos
gubernamentales en altos puestos de la empresa, incluyendo a un coautor de la
polémica Ley Patriótica como asesor general de la compañía.
Una maraña similar rodea a Pierre Omidyar,
fundador del Trust Project a través del Fondo para la Democracia, quien tiene
conexiones extremadamente buenas con el Gobierno de EE UU, especialmente con el
complejo militar-industrial y el ámbito de la inteligencia. Y asociarse con
medios como The Washington Post, cuyo propietario es Jeff Bezos, genera más
conflictos de intereses, dado que la empresa de Bezos, Amazon, es también un
importante contratista del Gobierno estadounidense.
Este creciente nexo que une empresas y oligarcas
de Silicon Valley, medios convencionales y el Gobierno sugiere que estas
entidades tienen intereses cada vez más parecidos y complementarios, entre los
que está la censura de periodistas independientes y medios de noticias que
buscan desafiar su poder y sus relatos.
El Trust Project se creó como una forma de
externalizar la censura de las webs informativas independientes así como de
intentar rescatar la destrozada reputación de los medios convencionales y
volver al panorama mediático estadounidense e internacional de hace años,
cuando tales medios podían dominar el relato.
Fuente: Pájaro Rojo