Muchas veces me han preguntado, incluso
reclamado, por qué sigo creyendo firmemente en la necesidad de continuar con el
proceso revolucionario.
Me dicen que el socialismo fracasó, que el único
camino, el único sistema que funciona es el capitalismo, que este mundo no
puede ya cambiar. Aceptar este tipo de pensamiento seria bajar los brazos
detener la lucha y aceptar la derrota de la vida y el triunfo de la muerte.
Sigo siendo revolucionario porque al igual que
en mi juventud me siguen reventando la injusticia, la falta de solidaridad, el
egoísmo y todos los antivalores sembrados por la cultura hegemónica
eurocéntrica que avasalla territorios destruyendo sus culturas, despojando a
los pueblos de sus tierras y robándoles los inmensos tesoros tangibles e
intangibles que la madre naturaleza les ha regalado.
Porque cada vez es peor y más descarada la
injerencia y los ataques del imperio más sanguinario de la historia contra
cualquier pueblo que quiera independizarse y decidir su destino.
Porque los pueblos originarios siguen siendo,
desde hace más de 500 años, perseguidos y masacrados para que las corporaciones
de la muerte puedan apoderarse y explotar a mansalva sus territorios
ancestrales.
Porque ya es más que obvio que el imperio gringo
y sus corporaciones viven, se alimentan y prosperan con las guerras, la
destrucción y la muerte, ese es su negocio principal, además del lucrativo
negocio de las drogas.
Sigo siendo revolucionario porque entiendo que
la verdadera razón de todos los ataques que está sufriendo la patria venezolana
y que solo traen miseria y penurias a todo el pueblo sin distinciones de ningún
tipo , al igual que los que reciben la revolución sandinista en Nicaragua y el
digno y revolucionario pueblo cubano, son producto de la ambición y el
desespero de unas decadentes elites imperialistas que se niegan a perder sus
privilegios y que están decididas a acabar como sea con cualquier intento de
crear algo distinto a su fraudulento y destructivo capitalismo depredador.
Porque estoy cada vez más indignado con el
genocidio llevado a cabo en la republica de Yemen por las medievales dictaduras
monárquicas de Arabia Saudita, los emiratos árabes, y Bahréin, con el respaldo
absoluto del gobierno gringo y sus jalabolas europeos. Porque estoy cansado de
la tiranía de los oligarcas y sus corporaciones que deciden quien vive y quien
muere y que nos ordenan sutilmente cómo vestir, que comer, que semillas usar,
que música escuchar y como comportarnos.
Porque estoy asqueado de ver morir tantos niños,
mujeres y ancianos inocentes en guerras provocadas solo por los intereses
crematísticos de unas elites enfermas de poder. Porque no puedo mantenerme
callado ante el ya desatado avance del fascismo internacional, porque me
indignan el descarado genocidio del pueblo palestino llevado a cabo por el
gobierno sionista de Israel, los continuos e impunes asesinatos de líderes
sociales en Colombia y Centro América y la traición descarada al proceso de paz
en Colombia. Porque estoy cansado de observar la tragedia de millones de
desplazados y refugiados que son tratados como animales por los mismos que
producen su sufrimiento.Porque estoy asqueado con la blandengue e hipócrita
actitud de los organismos internacionales encargados de solucionar conflictos y
preservar la paz en el planeta, un planeta que está siendo destrozado por el
mal desarrollo del capitalismo salvaje mientras las clases medias adormecidas e
idiotizadas por la maquinaria cultural hegemónica, solo se preocupan por lo que
va a suceder en el último capítulo de "game of thrones".
Porque al igual que en los 80: "estoy
cansado de un sistema donde muchos tienen muy poco o casi nada y muy pocos
tienen demasiado" y porque estoy harto de que se gasten miles de miles de
millones de dólares del dinero de todos y todas en armas y tecnología que solo
son usadas para matarnos, reprimirnos y mantenernos vigilados mientras millones
mueren de hambre y enfermedades prevenibles.
Sigo creyendo en la revolución porque si un
puñado de seres humanos han logrado construir el mundo distopico, cruel y
absurdo en el que vivimos, estoy seguro que las grandes mayorías que pensamos
diferente podemos construir la utopía de un mundo mejor y más justo. Un mundo
donde reine la diversidad y la paz.
Por todo eso, y por muchas otras cosas, a pesar
del desastre en que nos han hundido las políticas extremistas de las fuerzas
imperiales y sus lacayos en la mal llamada "oposición venezolana" que
se ha convertido en un apéndice del departamento de estado gringo, a pesar de
los traidores, de los falsos revolucionarios y demás infiltrados en las filas
de la revolución. A pesar de los errores que se siguen cometiendo desde el
gobierno, a pesar de todos y de todo, sigo autoexiliado en la patria del
comandante Chávez y seguiré siendo un necio y testarudo revolucionario,
chavista y bolivariano. Y continuare cantando a voz viva, junto a ese otro gran
necio revolucionario cubano, el maestro Silvio Rodríguez: "…allá dios que
será divino, yo me muero como viví!"
Fuente: Aporrea