Por Ricardo Luis Plaul
Los delincuentes multimillonarios, que una
mayoría circunstancial puso en el gobierno por motivos diversos, acrecentaron y
lavaron sus fortunas en el exterior, endeudan cotidianamente al país en
dólares, desguazan el Estado destruyendo todo lo público, llevan a cabo una
formidable transferencia de ingresos de los trabajadores y jubilados a los más
ricos, se arman hasta los dientes para reprimir la consecuente protesta social,
persiguen mediática y judicialmente a todos los adversarios políticos, líderes
sociales, sindicalistas y a los colectivos que defienden los derechos sociales.
El pueblo está en llamas, el camino es la movilización, la organización y la
unidad para enfrentar al enemigo local y externo. Sabemos que hay traidores,
saltimbanquis de última hora, oportunistas y metamorfos por conveniencia.
Sabemos que hay sumas que restan: la historia reciente lo ha demostrado. La
Unidad será con quienes compartan ideales y objetivos en un proyecto popular y
emancipador
“Tenemos que obligar a la realidad a que
responda a nuestros sueños…”
Julio Cortázar
Tenemos un gobierno que, respondiendo a la
restauración neoconservadora de la región, lleva a cabo un genocidio por goteo.
Neofascista, autoritario, antidemocrático,
adjetivación que describe a una Ceocracia que efectiviza políticas, discursos,
antivalores, medidas, que provocan un daño, anunciado por el mismísimo
presidente, que no necesita perder la calma para provocarlo.
Los delincuentes multimillonarios, que una
mayoría circunstancial puso en el gobierno por motivos diversos, acrecentaron y
lavaron sus fortunas en el exterior, endeudan cotidianamente al país en
dólares, desguazan el Estado destruyendo todo lo público, llevan a cabo una
formidable transferencia de ingresos de los trabajadores y jubilados a los más
ricos, se arman hasta los dientes para reprimir la consecuente protesta social,
persiguen mediática y judicialmente a todos los adversarios políticos, líderes
sociales, sindicalistas y a los colectivos que defienden los derechos sociales.
Su ideología xenófoba, homofóbica, clasista,
conservadora, se niega dogmáticamente a aceptar lo diferente, lo crítico, lo
que represente nuevos paradigmas. Ataca con violencia todo lo que amenace sus
privilegios, lo que simbolice algo diferente al individualismo meritocrático y
egoísta que defienden a ultranza. El mercantilismo eficientista, la mentalidad
empresarial , la tecnocracia, el afán de lucro, la competencia permanente, todo
lo impregnan.
Son psicópatas sádicos e insensibles, mentirosos
seriales, canallas que no se hacen cargo de sus acciones y siguen adelante a
toda costa aunque en el camino tengan que aplastar a los más débiles, a los más
vulnerables. Así le quitan los subsidios a los medicamentos del PAMI, las
pensiones a los discapacitados, las vacunas a los niños, discontinúan los
medicamentos a los afectados de HIV o a enfermos oncológicos, niegan las
diálisis a quienes las necesitan para seguir viviendo, atacan a los pueblos
originarios que defienden su territorio de la voracidad terrateniente y la
depredación minera.
La situación social se hace más insostenible
cada día, miles de familias son empujadas a vivir en las calles, a tener que
delinquir para poder sobrevivir, a poblar comedores que tienen más dificultades
para adquirir alimentos dolarizados y dárselos a una población cada vez más
empobrecida.
El pueblo
está en llamas, el camino es la movilización, la organización y la unidad para
enfrentar al enemigo local y externo. Sabemos que hay traidores, saltimbanquis
de última hora, oportunistas y metamorfos por conveniencia. Sabemos que hay
sumas que restan: la historia reciente lo ha demostrado. La Unidad será con
quienes compartan ideales y objetivos en un Proyecto Popular y Emancipador, no
sólo en discurso televisivo, en una praxis coherente con los intereses del
pueblo.
Fuente: Nuestras Voces