La cruzada de Bergoglio contra el establishment
vaticano
El Papa Francisco pasará a la Historia por su
lucha contra el establishment vaticano, su innegable carisma personal y un
estilo revolucionario plasmado en un estilo apologético propio basado en el
desapego de las formalidades y en su don de gentes, teniendo como hito de su
Papado el finiquito de la concepción eurocéntrica de la Iglesia Romana y la
irrupción de la Iglesia centrífuga.
Parafraseando a Wright Mills en su libro “The
Power Elite” (1.956), el establishment vaticano sería “el grupo élite formado
por la unión del lobby europeocentrista, el lobby curial, el lobby masón y el lobby
gay”, grupos de presión que serían los verdaderos detentores del poder en la
sombra y del que serían rehenes los últimos Pontífices tras el golpe de Estado
virtual urdido en los sótanos del Vaticano y que concluyó con la misteriosa
muerte de Juan Pablo I. Así, Albino Luciani se impuso como tarea vital el
desarrollo de los postulados de un Concilio Vaticano II lastrado desde sus
inicios por el filibusterismo del establishment conservador vaticano, pero para
lograrlo debía antes desinfectar las estructuras del Vaticano de los virus
patógenos inoculados por dichos lobbys de presión.
Por su parte, Bergoglio, a pesar de tener un
corazón franciscano y un cerebro jesuítico, habría desoído la máxima del
fundador de la Compañía de Jesús, el vasco Ignacio de Loyola: " En tiempos
de crisis, malo es hacer mudanza" y habría adoptado como suya la frase
atribuida al frailecillo de Asís: “Comienza haciendo lo que es necesario,
después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”. Así,
tras la detención de monseñor Nunzio Scarano por orden de la Fiscalía de Roma
bajo la acusación de fraude y corrupción, Bergoglio habría iniciado el proceso
de descabezar el Banco Vaticano y ponerlo bajo sus órdenes directas y en aras
de dotar a la Institución bancaria de una mayor transparencia, la Autoridad de
Información Financiera del Vaticano habría firmado un acuerdo con el Banco de
Italia para el intercambio de información en un intento de reforzar el control
y la supervisión de los flujos de activos.
¿Es la América Latina el escenario de la lucha
entre la CIA y el Papa Francisco?
Bergoglio, adoptó el nombre papal de su admirado
Francisco de Asís (il poverello d’Assis) y nada más ser elegido Papa, exclamó:
“Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, frase que sería un
guiño al espíritu de pobreza de los primeros cristianos y a los ideales de
justicia social de Monseñor Romero, quien hace tres décadas decía: “La misión
de la Iglesia es identificarse con los pobres” , así como un mensaje de
esperanza para los que todavía sueñan con hacer factible dicha utopía en
América Latina. Así,en América Latina hemos asistido en las dos últimas décadas
al fenómeno de la irrupción de las iglesias evangélicas (sectas o cultos según
la jerarquía vaticana), surgidas en la década de los 80 bajo inspiración y
patrocinio de la CIA con el objetivo inequívoco de desbancar al catolicismo
romano como religión dominante y que habría conseguido dibujar una nueva
arquitectura espiritual en el llamado patio trasero de EE.UU., ya en su versión
de iglesias evangélicas latinoamericanizadas. Las diferencias serían no tanto
dogmáticas como pastorales y de estructura organizativa, pues los movimientos
evangélicos tienen una estructura horizontal y no jerárquica como la Iglesia
Católica.
Ello ha contribuido a extender su influencia ya
que el pueblo identifica a la Iglesia Católica como una institución centrada en
las élites dominantes y encardinada en las estructuras del poder político de la
mayoría de dichos países ( excepción hecha de los países del ALBA), por lo que
a pesar de reconocer la labor social de los sacerdotes católicos en sus
múltiples campos de actuación, se habría producido una fuga masiva de
ex-feligreses católicos a las iglesias evangélicas protestantes, entras la que
descollaría el pentecostalismo que englobaría al 75 % del total de fieles
evangélicos de América Latina y el Caribe. Así, según el Centro Nacional de
Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) , los evangélicos representan un
25% de los cristianos en el mundo con más de 560 millones de fieles, (107 de
ellos en América Latina y el Caribe), siendo Guatemala paradigma de la nueva
geografía espiritual latinoamericana con un 50% de su población evangélica. En
consecuencia, el Papa Francisco ha puesto especial en la tarea de supervisar
dicha geografía espiritual para intentar detener la incesante sangría de fieles
de la Iglesia Católica Latinoamericana, para lo que deberá respaldar los
movimientos de regeneración que ya están surgiendo en la Iglesia
Latinoamericana si quiere evitar la fosilización de la Iglesia Católica en
América Latina y proseguir con el desarrollo de los postulados del Concilio
Vaticano II. Una de las claves de esa reforma es que las iglesias nacionales,
los laicos y las mujeres adquieran un protagonismo creciente en la conducción
de los asuntos generales para lo que resulta imprescindible que el otrora poder
omnímodo de obispos y cardenales se vaya diluyendo y delegando en las
estructuras de base.
¿Está EE.UU. tras el complot contra el Papa
Francisco?
En la actualidad, estaríamos asistiendo a una
lucha soterrada entre Francisco y el establishment vaticano en la cruzada
personal que dirige el actual Pontífice para desinfectar las actuales
estructuras de la Iglesia de los virus patógenos inoculados por dichos grupos
de presión (lobbys de sotana) para lo que resulta imprescindible que el otrora
poder omnímodo de la curia romana se vaya diluyendo y delegando en las
estructuras de base. Ello supondría un auténtico “golpe de mano” de Francisco
contra el endémico establishment vaticano por lo que el proceso encontrará
resistencias crecientes por parte de los grupos de presión, no siendo
descartable la gestación de una trama endógena que intente reconducir a la
Iglesia Romana a la senda de los pontificados tutelados por el verdadero poder
en la sombra (establishment vaticano).Dicha trama contaría con las bendiciones
de la Administración Trump representada por el ex-Jefe de Estrategia Steve
Bannon y estaría encabezada por ex-altos cargos del Vaticano defenestrados por
el Papa Francisco pilotados por el Cardenal Raymon Burke. Dicha trama tendría
su plasmación en la Carta publicada por el arzobispo Carlo María Vigano
"J´accuse", en el que acusa a Francisco de "encubrir los abusos
del Cardenal Theodore MacCarrik" al tiempo que exige su
"dimisión". Así, según advierte Michael Sean Winters en una editorial
publicada en el semanario católico National Catholic Reporter, “un golpe está
en marcha y si los obispos estadounidenses no defienden en bloque al Santo Padre
en las próximas 24 horas, se corre el riesgo de un cisma en la Iglesia
Católica”.
Fuente: Telesurtv