Los últimos tiempos una palabra viene sonando
mucho en los medios de comunicación y en los análisis políticos sobre América
Latina: el Lawfare.
La palabra viene del libro sobre estrategia
militar Unrestricted Warfare, y se refiere a “un modo de guerra no convencional
en el que la ley es usada como un medio para conseguir un objetivo militar”.
Este concepto refiere a las embestidas
judiciales, en la mayoría de los casos sin sustento real en pruebas, contra
líderes políticos y dirigentes sociales, por parte de los grandes poderes
concentrados que utilizan el poder judicial para encarcelar o proscribir a
aquellos que consideran sus enemigos principales.
El caso más sonado del continente es el de
Brasil, donde primero utilizaron este mecanismo para sacar a Dilma Rousseff de
la presidencia y recientemente para meter preso al expresidente y principal
candidato electoral, Luiz Inacio Lula da Silva.
La persecución política y el desprestigio son
las principales metas de este mecanismo jurídico-político. Su principal aliado
son los grandes medios de comunicación que replican constantemente las
acusaciones, sin fundamentar o mostrar pruebas, generando la masa crítica
necesaria para poder desplegar con el consentimiento de la sociedad civil, las
arremetidas contra los políticos que desean sacarse del camino.
No es casual que además de los nombrados
brasileños, estén intentando hace meses lo mismo con la argentina Cristina
Fernández de Kirchner, donde ya usaron un globo de ensayo con el
encarcelamiento del que fuera su vicepresidente, Amado Boudou, su secretario de
legal y técnica, Carlos Zannini, y los dirigentes sociales Luis D'Elía, Yusuf
Khalil y Fernando Esteche.
Fuentes: HispanTV