En medio del escándalo de Cambridge Analytica y
tras el informe de AI, el periodista argentino Santiago O´Donnell reveló que
Mauricio Macri era uno de los clientes principales de “Messina Group”, una
firma que facilita servicios análogos a los de CA.
Por Rodrigo Lugones
Alexander Nix, CEO de Cambridge Analytica (CA),
Mark Turnbull y Alex Taylor (directivos subalternos de la misma) fueron
sorprendidos, en varias cámaras ocultas, por el Channel 4 de Inglaterra,
confesando los verdaderos objetivos que perseguía la firma británica sobre el
uso masivo de datos. El video se esparció como reguero de pólvora.
Multi-viralizado, provocó diversos efectos políticos y financieros que incluso
llegaron a regar las costas argentinas.
Un falso agente de Sri Lanka, que buscaba
asesoramiento en una futura campaña política fue el anzuelo. Así, un periodista
del Channel 4 pudo concretar una serie de encuentros en lujosos hoteles
londinenses con los directivos de CA. El informe reveló la trama que esconden
las empresas de consultoría política que analizan y cruzan datos de usuarios de
redes sociales a gran escala para manipular, entre otras cosas, procesos
electorales.
Tras el escándalo las acciones de Facebook en
Wall Street se desmoronaron. La empresa de Zuckerberg perdió, en diez días, 100
mil millones de dólares. Alexander Nix fue expulsado de la compañía que dirigía
acusado de malversar datos de usuarios de Facebook, y Facebook no tuvo más
remedio que reconocer que lo habían hecho.
“I’m really sorry that this happened”
("realmente siento que esto haya pasado"), le dijo a CNN un
sobreactuado Zuckerberg.
En los videos, Nix, Turnbull y Taylor exponían los
servicios que su compañía brindaba sacando provecho de la información
proveniente de las redes sociales. En simultáneo, explicaban el tipo de trabajo
que podían ofrecer en campañas electorales.
“Podemos mostrarle al electorado lo que quiere
ver, en el momento justo, en el lugar indicado. Mientras más información puedas
conocer y más datos obtengas, mejor podrás manipularlo”, dice Alex Taylor,
directivo de CA, en uno de los videos. Mark Turnbull, también directivo de CA,
completa: “Podrás saber quién es la oposición, sus secretos, sus tácticas…”.
Nix, por su parte, en otro tramo del informe,
plantea algunas maniobras para condicionar a las fuerzas políticas opositoras
como: “ofrecer un trato demasiado bueno para ser verdad y asegurarse de que
esté grabado en video”, o: “enviar algunas chicas a la casa del candidato
opositor y registrarlo en video”, con el objetivo de ensuciarlo, desde luego.
Alexander no desconoce el poder de las
creencias, y sobre todo, el poder de los medios de comunicación masivos para
condicionar o dirigir opiniones y elecciones: "Suena horrible decirlo,
pero estas son cosas que no necesariamente necesitan ser ciertas, siempre y
cuando se crean", sentenció.
Es un escándalo
Se destapó, así, el escándalo por fuga o uso
indebido (y sin permiso) de datos masivos más grande de la historia de
Facebook. Zuckerberg debió reconocer que, de ser necesario, iría a declarar
ante la justicia y junto con Nix eligió desviar la atención y exponer al
psicólogo británico Aleksandr Kogan, a quien la marca estadounidense entregó
datos sobre 57 millones de “amistades” de todo el mundo.
Kogan es experto en análisis psicométricos,
psicología cognitivo conductual y pionero en entrecruzamiento de datos de
diverso origen. Es el creador del test digital thisisyourdigitallife, una
aplicación que permitía, cuando el o la usuarix la usaban, acceder a la
información personal de quien rellenaba el test y de todos sus contactos
(recabando información personal de todo tipo que, analizada, era utilizada para
diseñar estrategias de comunicación política; la creación de mensajes dirigidos
hiper-individualizados para lograr una comunicación más efectiva).
Según Zuckerberg, Kogan lo engañó y usó la
información con fines no confesados previamente, comprometiendo a la firma
estadounidense. Diseñó la aplicación, la vinculó a Facebook, obtuvo toda esa
información y la vendió a CA. La dinámica de la venta de datos realizada por
Kogan fue expuesta en una entrevista para The Guardian que realizó un ex
trabajador de CA, Christopher Wylie.
Algunas semanas después de que estallara el
escándalo, la suma de usuarixs afectadxs por la filtración escaló de más de 50
a 80 millones (luego se terminó de saber que el hecho afectó a 2200 millones de
usuarixs, es decir, la totalidad de usuarios de la mayor red social del
planeta). Facebook, en un gesto tardío por recuperar credibilidad, se vio
obligada a rediseñar su política de privacidad. Zuckerberg fue convocado a
declarar en el parlamento estadounidense. Su empresa está sumida en la crisis
más importante desde su creación.
Por otra parte, luego de la popularidad que
obtuvo la cámara oculta de Channel 4, CA expresó: “Rechazamos cualquier
alegación de que Cambridge Analytica o cualquiera de sus afiliados use trampas,
sobornos o las llamadas 'trampas de miel' (encuentros sexuales que funcionan
como chantaje) para cualquier propósito. Rutinariamente llevamos a cabo
conversaciones con potenciales clientes para tratar de desentrañar intenciones
poco éticas o ilegales. Cambridge Analytica no utiliza material no evaluado
para ningún propósito.”
El cambridgegate expone la utilización de la
minería masiva de datos para consultoría política y la manipulación de
creencias para condicionar elecciones políticas y económicas, siempre al
servicio de las fuerzas políticas más reaccionarias del planeta. Aquellas que
responden a programas económicos neo-liberales. La blackmirrorización de la consultoría
política es el realismo de las encuestas y predicciones ocultas (y utilizadas
para fines oscuros) del siglo XXI.
Datos masivos y neoliberalismo
El data mining o la minería masiva de datos,
explicada muy velozmente: es un conjunto de técnicas y tecnologías que permiten
explorar grandes bases de datos, de manera automática o semiautomática, con el
objetivo de encontrar patrones repetitivos que expliquen el comportamiento de
estos datos (fuente: https://www.iebschool.com/blog/data-mining-mineria-datos-big-data/).
El análisis masivo de datos, su entrecruzamiento
y las conclusiones que pueden extraerse de las operaciones conocidas como “Data
Mining” han quedado expuestos en el cambridgegate. En Argentina la alianza
Cambiemos viene desarrollando un uso polémico de éste tipo de prácticas hace
tiempo. Durán Barba es la cara visible de toda esta ingeniería social puesta al
servicio de las victorias electorales de lo que un sector del periodismo
denominó “nueva derecha democrática”.
El 19 de marzo de 2018, Mauricio Macri, a través
de un DNU, creó la “Unidad de Opinión Pública”, que responde directamente a la
Jefatura de Gabinete de Ministros, a cargo de Marcos Peña Braun. En el artículo
número dos del decreto, pueden conocerse con exactitud los objetivos de esta
“unidad ejecutora especial temporaria”, tal como la denomina el documento:
"ARTÍCULO 2°.- La UNIDAD EJECUTORA ESPECIAL
TEMPORARIA 'UNIDAD DE OPINIÓN PÚBLICA' tendrá como objetivos:
a. Elaborar un plan de seguimiento de la opinión
pública que permita monitorear la gestión del gobierno y conocer las demandas
de la población como insumo para el diseño y la implementación de las políticas
públicas.
b. Recabar información sobre las principales
demandas y problemáticas de los ciudadanos.
c. Evaluar el nivel de conocimiento por parte de
la ciudadanía de las políticas del Gobierno Nacional.
d. Coordinar la implementación de los estudios
de opinión pública que se lleven a cabo en la Administración Pública Nacional y
asistir y asesorar en la materia a los Ministerios y organismos que lo
requieran.
e. Generar información cuantitativa que facilite
el diagnóstico de situación y posterior implementación de medidas del Gobierno
Nacional."
Un dato llamativo es que la unidad en cuestión
se disolverá el 31 de diciembre de 2019, el último día del que sería, hasta el
momento, el último año de gobierno de Macri.
Un día después de la creación, por medio de un
decreto de necesidad y urgencia, de la “Unidad de Opinión Pública”, Amnistía
internacional publicó un informe donde demostraba, con datos concretos, la
existencia de una cybertropa (que operaba con bots y mostraba comportamientos
no humanos similares en diferentes cuentas de Twitter), que ataca a opositores
o periodistas que plantean algún nivel de disidencia con el gobierno de
Mauricio Macri.
En medio del escándalo de Cambridge Analytica y
tras el informe de AI, el periodista argentino Santiago O´Donnell reveló que
Mauricio Macri era uno de los clientes principales de “Messina Group”, una
firma que facilita servicios análogos a los de CA. En su sitio web lo contaban
entre nombres como Barack Obama, Enrique Peña Nieto, Theresa May, Matteo Renzi,
Sigmar Gabriel, Mariano Rajoy y David Cameron. Luego de que se hiciera pública,
The Messina Group decidió sacar la foto de Mauricio Macri de su sitio web.
Macri, por su parte, negó ser cliente de Messina Group y Cambridge Analytica
(Alexander Nix había mencionado a Argentina como otro de sus clientes, junto a
Kenia, la India, Estados Unidos y China).
La “Unidad de Opinión Pública” es un Cambridge
Analytica hecho por, para y desde el Estado. El gobierno de Mauricio Macri
montó una ingeniería de análisis y de minería masiva de datos de usuarios de
redes sociales desde el Estado para condicionar emociones, pensamientos,
elecciones y acciones con la información que cada unx de nosotrxs vuelca todxs
los días en internet.
El periodista Nicolás Adet Larcher, vía Whats
App, me hizo llegar a una intervención que Santiago O´Donnell realizó en un
medio mexicano a propósito de la triada que conforman Cambridge Analytica,
Amnistía Internacional y la Unidad de Opinión Pública:
Proceso.com.mx.: -–¿Se están cruzando los
perfiles elaborados a partir de datos personales en las redes con información
de las bases de datos de organismos oficiales? –se le pregunta a Santiago
O’Donnell.
Santiago O’Donnell.: –Yo lo que te puedo decir
es que en julio de 2016, tres meses después de la reunión del jefe de gabinete
con el Messina Group, la base de datos de la ANSES pasa a la órbita y el
control de la Jefatura de Gabinete. Y a partir de ahí se crea esta Unidad de
Opinión Pública, para manejar estos datos.
La conclusión es evidente: nos están utilizando.
Están utilizando nuestra información. Incluso cuando rellenamos un gracioso
test para saber a qué personaje de Dragon Ball Súper nos parecemos. Aportando
algunos datos de nuestra personalidad, estamos proveyendo de información a
éstas usinas de manipulación de información y creencias.
Fuente: Agencia Paco Urondo