Por Julia Izumi
Rolando García, sociólogo, describe la cruda
realidad del barrio donde vive el niño usado por los medios como un delincuente
serial.
Rolando García es militante de Patria Grande y
trabaja vinculado al Movimiento de Trabajadores Excluidos de Lanús. Sociólogo
de profesión, explica que entre ambas organizaciones armaron 24 merenderos en
ese partido del sur del Conurbano bonaerense a los que asisten todos los días
más de 2000 familias a comer.
"El MTE es un movimiento de cooperativas de
distinta índole. En Lanús los trabajadores son cartoneros que pertenecen a la
Confederación de Trabajadores de la Economía Popular. Ahí se trabaja con
situaciones de violencia de género, hay salitas de salud, hay trabajo con la
niñez, hay alfabetización, hay asistencia social de todo tipo", advierte.
García añade que el MTE cuenta con un grupo que trabaja con los casos de
adicciones y que trata de contener a los chicos, "una tarea cotidiana que
involucra a muchas personas".
A pedido de Tiempo, caracterizó el contexto en
el que se produjo el caso del menor expuesto mediáticamente que motivó la
denuncia del dirigente de la CTEP Juan Grabois, y describió la manipulación de
los menores por parte de las fuerzas de seguridad y las autoridades
municipales.
"Todo lo que pasa a nivel nacional impacta
sobre los sectores más populares y esto se nota aún más en un distrito como
Lanús, un distrito con muchas barriadas y asentamientos populares. Un punto de
inflación o un grupo de trabajadores que se queda sin trabajo impacta
exponencialmente en la gente", advierte en el inicio de la charla.
–Y ahí empiezan a reproducirse los espacios para
contenerlos.
–Nosotros venimos trabajando en comedores,
merenderos, con chicos que necesitan asistencia y personas que requieren de
ayuda para acceder a un plato de comida porque se quedaron sin trabajo.
Nuestros barrios son barrios de gente de la economía popular, de cartoneros, de
sectores a los que la crisis económica ha impactado de una manera tremenda. El
caso puntual de este chico fue utilizado para promover una agenda ideológica y
política contraria a los derechos del niño, de avanzada contra los sectores
populares. Es un caso más de una serie de situaciones que venimos viviendo en
Lanús, que tienen responsables puntuales en el municipio, y que tiene como
antecedente el caso de la represión de hace dos meses atrás en el comedor,
donde a partir de un operativo policial en la zona, terminan buscando una
excusa para entrar y romper todo, patear a la gente. Son políticas que buscan
amedrentar. De hecho, una compañera perdió un embarazo por esa situación y hay
una denuncia penal en curso contra Diego Kravetz, por su responsabilidad como
secretario de Seguridad del municipio. Y también están los casos de las
casillas incendiadas en el barrio Acumar, una zona que hace diez años tiene
prometida la urbanización en la zona de la ribera, cerca de Caraza. Ahí
murieron cuatro chicas, menores, hay una responsabilidad de Edesur y del
municipio, y diez días después pasa lo mismo en San José Obrero, cuando se
prende fuego otra casilla y mueren otras tres personas.
–El intendente Grindetti es muy cercano a Macri.
Y en junio la policía de la Ciudad de Buenos Aires fue denunciada por cometerle
apremios ilegales a este mismo niño. ¿Ustedes perciben una línea de contacto
entre ambos distritos e inclusive las políticas del gobierno nacional que no
sanciona estas conductas?
–Lanús es claramente un laboratorio que están
utilizando para experimentar con la capacidad política del municipio de correr
la agenda hacia la derecha, por decirlo así. Creo que esto que pasó en Los
Cartoneritos, lo que pasó en la entrevista de (Jorge) Lanata, tiene un público.
Hay una intencionalidad de trabajar sobre el sentido común y apelar a la idea
de que los que somos pobres somos peligrosos, por lo que se nos tiene que
reprimir, excluir y combatir. Ahí no me cabe duda que Lanús está siendo una
prueba piloto para cosas que después terminan apareciendo a nivel nacional,
como la represión en PepsiCo o en la 9 de Julio hace 15 días.
–En ese sentido, la actuación de la policía
aparece al menos en este informe televisivo, como un dato fundamental, la
entrevista a este menor se hace incluso grabando la presencia de un patrullero
detrás de su figura.
–Todo eso consta en la denuncia y se va a abrir
una investigación penal en torno al accionar de la policía local y también por
la violación de los Derechos del Niño del programa Periodismo para Todos. Ahora
decimos que es un modus operandi porque esto no es la primera vez que sucede.
En otras oportunidades, programas que buscan generar cierto clima muestran a
nuestros chicos como si fueran criminales de guerra, mientras que la realidad
tiene que ver con vulneraciones de muy larga data, con ausencia estatal que no
viene por supuesto de ahora, con denuncias que vienen de años por situaciones
que ha vivido la familia. Y ahí es donde el Estado falla en distintos niveles.
Sobre esa acumulación de fallas es que esta gente viene a construir que
nuestros chicos son asesinos y delincuentes. Yo puedo jurar que ese chico que
sale en la tele, tal como ya lo dijo la madre en varios programas televisivos,
llega a su casa y mira Disney Channel. No es un asesino, no es lo que quisieron
construir, además se nota en la misma entrevista cuando le preguntan en tres
oportunidades qué pasaba si lo agarraban. Estaban buscando que dijera que no
pasaba nada porque lo largarían al día siguiente. No lo lograron porque no
logran darle un guión al chico para que lo repita, pero en el medio logran esta
entrevista que ayuda a generar esa agenda que buscan para bajar la edad de
imputabilidad, para reprimir, para ir en contra de los chicos pobres, de los
merenderos, de las cooperativas. Y ahí, insisto, Lanús es un lugar donde están
poniendo a prueba esta política. Diego Kravetz se destaca por algo: cada vez
que hace un operativo policial saca una comunicación por Twitter, saca un video
en Youtube, parece que estuviera filmando Policías en acción en vez de estar
cuidando a los ciudadanos de Lanús
–O sea que ustedes tienen antecedentes de que
haya utilizado este tipo de recursos.
–Lo hacen siempre. De hecho, la represión en
Cartoneritos también está grabada, pero no por nosotros, sino por la policía
local, porque ellos llevan oficiales que se encargan de filmarlo para después
difundirlo en Internet, para que lo vea la gente en la estación de Lanús. Y con
eso venden que están haciendo algo por la seguridad de los vecinos lanusenses.
Cuando nosotros sabemos que los desarmaderos de autos trabajan con la policía,
que hay redes de narcotráfico que trabajan con complicidad política y policial.
Ellos no atacan el nudo de la inseguridad en Lanús, ellos producen material
audiovisual para convencer a distintos sectores del municipio de que se está
haciendo algo en políticas de seguridad, cuando lo que en realidad se está
haciendo es atacar a la población más desprotegida y marginada del distrito.
–Sabemos que es un problema preexistente, pero
qué sensación tiene sobre el crecimiento en la cantidad de merenderos como
forma de hacer frente a la situación social.
–Sin dudas se multiplicó. Desde 2015 a esta parte,
nosotros abrimos cerca de 60 comedores y merenderos en la zona de Villa
Fiorito, Caraza, en los barrios de la Ribera, y eso que estamos contando una
sola zona de Lanús. Una buena parte del municipio está empezando a comer de
nuevo de manera comunitaria. Porque si es por los recursos que puede juntar la
familia, trabajando, con la Asignación, haciendo changas, no se llega. «Fuente: Tiempoar