Deja en jaque la capacidad para intervenir ante contingencias económicas que afecten la actualización constante de los haberes de todos los jubilados y las futuras generaciones.
La Anses empieza a liquidar el Fondo de
Garantías de Sustentabilidad (FGS) para financiar los pagos de la “reparación
histórica”. A lo largo de la próxima década el organismo previsional se
desprenderá de 4 de cada 10 de los 55.228 millones de dólares en activos que
registraba el fondo a comienzos de 2017. La venta de los instrumentos
financieros que componen del FGS comenzará a tomar impulso a partir de mediados
del año próximo ya que, en primer lugar, se destinarán los recursos tributarios
generados con el blanqueo de capitales.
Aunque la evolución y magnitud de los pagos
adicionales a una porción de los jubilados no es la prometida por el Gobierno,
el organismo encabezado por Emilio Basavilbaso estimó que, para atravesar 2018,
el FGS debería destinar a la “reparación histórica” la totalidad de su
rentabilidad anual y obtener 77 millones de dólares adicionales. El monto a
obtener vendiendo activos equivale, por ejemplo, al valor de sus tenencias en
Mirgor, empresa que tiene entre sus dueñosa Nicolás Caputo, amigo íntimo,
asesor, ex socio y deudor del presidente Mauricio Macri.
A lo largo del lustro siguiente el fondo deberá
conseguir un suma equivalente a los 5000 millones de dólares anuales para
financiar la “reparación histórica”. La paulatina reducción del FGS pone en
riesgo la capacidad del fondo para intervenir ante contingencias económicas que
afecten la actualización constante de los haberes de todos los jubilados y las
futuras generaciones. En 2035 cuando el titular de Anses considera que el
sistema previsional deja de ser sustentable, el fondo crontracíclico contaría
con 17.797 millones dólares, apenas un tercio de su valorización actual para
hacer frente a ese escenario de tensión.
Un documento presentado por Basavilbaso al
Consejo del FGS sostiene que durante 2019 la reparación histórica exigiría una
suma equivalente a 6039 millones de dólares. Como los recursos provenientes de
las penalidades cobradas por el blanqueo se agotarían entre 2017 y 2018, el
fondo contracíclico debería generar la totalidad de los fondos. La propia
rentabilidad del FGS, los intereses y dividendos que rinden sus inversiones que
la Anses estima en el orden del 5 por ciento anual, proporcionaría cerca de
2900 millones de dólares. Por eso en el último año del primer mandato
presidencial de Mauricio Macri el fondo debería vender activos por
aproximadamente 3100 millones de dólares.
La ley ómnibus que puso en marcha el blanqueo de
capitales, la moratoria y la reforma previsional habilitó al FGS a endeudarse
y/o vendersus activos para financiar la “reparación histórica” sin necesidad de
obtener una autorización parlamentaria. El 57 por ciento de la cartera del
fondo está compuesta por bonos y letras emitidas por el Estado nacional
mientras que un 15 por ciento son acciones de grandes empresas y otro 10 por
ciento está invertido en proyectos productivos o de infraestructura. Como
desprenderse de los títulos públicos implicaría convertirse en un competidor
para las abultadas colocaciones de deuda previstas por el Ministerio de
Finanzas, el financiamiento de los pagos adicionales a un sector de los
jubilados será financiado con la venta de acciones.
Cuando la Anses recuperó el control de los fondos
de las AFJP en 2008,el FGS asumió la tenencia de acciones en 44 compañías en
las que habían invertido las administradoras. Desde entonces las compañías
intentaron recuperar esas acciones. Por eso, el objetivo oficial no es
solamente conseguir fondos para saldar la cuenta con un sector de los
jubilados, sino desarticular una poderosa herramienta de intervención del
sector público en la economía y cumplir con la demanda de los grupos económicos
que rechazan tener de socio al Estado.
Durante la gestión del próximo presidente, el
FGS deberá desembolsar una suma entre 5800 y 4800 millones por año para
financiar los pagos contemplados en la reparación histórica. El FGS tiene
invertidos alrededor de 134.000 millones de pesos en acciones, alrededor de
8500 millones de dólares, en empresas como Grupo Clarín, Banco Macro, Siderar
(Techint), Transportadora Gas del Sur, BBVA Banco Francés, Telecom,, Molinos,
Gas Natural Ban, Edenor, Consultatio, San Miguel, Grupo Financiero Galicia,
Aluar, Holcim, Camuzzi, Quickfood y Cresud. El proceso de venta ya comenzó. El
fondo participó en dos ofertas públicas de adquisición. El año pasado vendió
sus acciones en la petrolera Petrobras a Pampa Energía y, recientemente, se
desprendió de su participación en la empresa química Indupa a manos de la
brasileña Unipar Carbocloro. Hasta ahora solo rechazó una oferta de recompra
realizada por Telecom.
Fuente: El Destape