Entrevista al autor del libro "El genocidio
como práctica social".
Por Pablo Roesler
Cuando en la Universidad de La Plata presentaron
a Daniel Feierstein lo hicieron con un dato histórico: que su definición del
genocidio argentino es la que utilizaban los juzgados desde la reapertura de
los juicios por crímenes de lesa humanidad en 2006. En ese encuentro, el sociólogo,
autor del libro El genocidio como práctica social. Entre el nazismo y la
experiencia argentina, advirtió que las posturas que discuten los 30.000
desaparecidos son la expresión más clara de una avanzada negacionista.
-¿Por qué cree que ocurre esto después de una
década de Memoria, Verdad y Justicia?
-Hay varios elementos. Hay aciertos de los
genocidas y sus cómplices. Detectaron que la memoria colectiva se construye de
abajo hacia arriba. Comenzaron hace un lustro un trabajo de cuestionamiento de
las conquistas simbólicas en la lucha contra la impunidad. Además hay errores
propios. A partir del intento de partidización de un proceso plural que
atravesó enormes mayorías sociales, se abrió la puerta al cuestionamiento de
los logros históricos del movimiento de DD HH. Se pudieron plantear como una
disputa contra el gobierno anterior. Y desde allí interpelar a sectores
opositores o jóvenes que quieren aparecer como políticamente incorrectos, sin
percibir que se alían a la peor expresión de los sectores dominantes y
opresores.
-¿Qué rol cumplen en esta avanzada negacionista
los grupos de apoyo a los represores?
-Los grupos de familiares y de apoyo a los
represores comenzaron a construir una red institucional que buscó emular
organizativamente a la de los organismos de DD HH. Formaron grupos de
familiares y otros que buscan profesionalizar el reclamo, como el CELTYV,
representado por una abogada que aparece como la "profesional" del
reclamo. Argumentalmente han buscado abstraer a las "víctimas" de las
condiciones en las que ocurrieron las acciones, homologando situaciones
incomparables y construyendo un "universo" de víctimas y demandas con
las que interpelar a la sociedad y al actual gobierno. Y el Ejecutivo actual
juega a mostrarse neutral y muy receptivo a dicha interpelación.
-¿Y los medios?
-A partir de 2016, los medios hegemónicos han
iniciado, a la vez, una verdadera ofensiva, abriendo la palabra a estos
sectores mucho más allá de su peso en la sociedad. La operatoria radica en
poner a los relativizadores en un plano de igualdad con el discurso de las
víctimas del genocidio. Es lo que ha ocurrido en todos los procesos
negacionistas, tanto en el discurso del Estado turco como en el de los grupos
neonazis: el planteo de que "todos tenemos derecho a opinar" y de que
"hay distintas visiones", poniendo en pie de igualdad, verdad y
mentira, investigación y manipulación, víctimas y perpetradores.
-¿Cómo influyeron declaraciones como "el
curro de los DD HH", que en su momento hizo el actual presidente Mauricio
Macri, las de Darío Lopérfido o las de Gómez Centurión?
Fuente: Tiempoar