Una nota del 30 de agosto de 2016
El extitular de la Aduana denunciado por
corrupción se jacta de haber asesinado en combate al jefe de paracaidistas
inglés durante la guerra de 1982, pero un conscripto sale a desmentirlo.
Por Juan Baleno
Si otra cosa faltaba para terminar de hundir al
desplazado titular de la Aduana es que alguien saliera a desmentir su heróica
anécdota de combate en las Islas Malvinas en mayo de 1982. Ya se sabe de sus
denuncias como funcionario y hasta que fue parte de los levantamientos
Carapintadas en los años 80. Pero ahora parece resultar que tampoco era el
héroe que habían contado.
Una de las primeras cosas que resaltaron los
medios cuando asumió en su cargo como titular de la Dirección General de
Aduanas, fue que Juan José Gómez Centurión era un excombatiente de Malvinas
condecorado con la Cruz al Heróico Valor en Combate, la más alta distinción
militar argentina. Ello por haber asesinado a un experimentado teniente coronel
Herbert Jones en el combate de Pradera de Ganso en las puerta del Puerto
Darwin. Según relata el condecorado militar, fue en una conversación mano a
mano que tuvieron ambos líderes donde el militar argentino se valió de su
“viveza” para engañar al experimentado teniente inglés y asesinarlo de un
disparo.
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Pero hace ya varios años que circula otra
versión de los hechos proporcionada por Oscar Ledesma, un exconscripto cordobés
que estuvo en ese enfrentamiento con las tropas inglesas. Según cuenta Ledesma
fue él, quien mediante una ráfaga de tiros hirió primero al teniente inglés y
luego terminó matándolo en un segundo intercambio de balas.
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Incluso en el año 2007 hasta Clarín sacaba una
nota contando la anécdota de Ledesma. Allí el periodista Gerardo Young relata
que "historiadores británicos sugirieron por años que Jones había sido
matado a traición luego de la rendición argentina. Pero la versión oficial de
(el investigador Lawrence) Freedman lo desmiente. Como también el relato que
hicieron los sobrevivientes a Oscar Téves, autor del libro ’La pradera del
Ganso’, donde se reconstruye la batalla. Veinticinco años después, un monolito
recuerda el lugar exacto donde cayó el oficial inglés y la línea de tiro del
soldadito cordobés. Muy lejos de los Galtieri y los Thatcher, eran hombres
solos." Al parecer esa es una historia que ahora no conviene contar en pos
de salvar el “buen nombre y honor” del condecorado soldado.
Fuente: La Izquierda Diario