lunes, 26 de septiembre de 2016

ÁLVARO ZICARELLI: EL DESLENGUADO ASESOR DE GABRIELA MICHETTI (un falso trabajador social).

Prof. Norberto Alayón
Facultad de Ciencias Sociales (UBA)
Buenos Aires, septiembre 16 de 2016.
Gabriela Michetti es la vicepresidenta de la Nación Argentina. Es, a la vez, la Presidenta de la Fundación SUMA, que tiene su sede en la Av. Rivadavia 1954 – 1er. Piso de la CABA. Esta Fundación está investigada por la Justicia por irregularidades en las donaciones recibidas a través de transacciones electrónicas no debidamente bancarizadas. Y también por el origen de los 245 mil pesos y los 50 mil dólares que estaban en la casa de Michetti y que les fueron robados el pasado 22 de noviembre de 2015. Sobre los 50 mil dólares Michetti adujo que era un préstamo de su novio (Juan Tonelli, administrador de empresas, de 47 años, que fue dirigente de una Cámara de Medicamentos de la Argentina y asesor de grandes empresas de consumo masivo) para que su hijo pudiera cursar una maestría en el exterior.
Dicha Fundación está integrada (además de Michetti como Presidenta) por Federico Pinedo (Secretario), Silvana Giúdice (Tesorera), Hernán Santiago Lombardi (Vocal) y Rogelio Frigerio (Vocal). En el Equipo de colaboradores figuran Karen Zeolla, Andrea Diez, Verónica Galarza, Elena Quiñónez, Santiago Riobó y Aniela Stojanowski. 
Como Aliados Estratégicos y Sponsors la Fundación cuenta con: Techint, Banco Macro, Microsoft, Banco Comafi, Banco Santander Río, Peabody y Delta. Como Apoyos Institucionales y Colaboradores aparecen: Don Bosco, Suiza Argentina, Farallón, Banco Galicia, Grupo Petersen, Quilmes, Bodega Argento, Louis Dreyfus Commodities, Taiwán República de China, Vasa S.A., Heredia Infusiones, Un árbol para mi vereda, Hedonist, Cap-Comunicación Corporativa, Milo y Les Potiers.
La AFIP informó que esta ONG recibió en 2015 aportes por más de 4 millones de pesos.
Álvaro Zicarelli, es un joven menor de 40 años, al que se refieren como Especialista en Modernización del Estado. Antes de transformarse en un activo militante de Cambiemos, Álvaro pasó por la Juventud del GEN (el partido de Margarita Stolbizer); por el de Patricia Bullrich (Unión por Todos); estuvo con Victoria Donda en Libres del Sur y finalmente participó activamente en la campaña presidencial de Elisa “Lilita” Carrió, de la Coalición Cívica, lista por la cual llegó a ser precandidato para el Parlasur. Propuso que el Mercosur dejara de negociar con China, expresando en una entrevista del año 2015 que: “Comerciar con China es darle poder a un régimen comunista que persigue, que censura y que asesina”.
En el año 2012 se destacó por los violentos insultos que le propinó durante un “cacerolazo”, a la Presidenta de la Nación de entonces Cristina Fernández de Kirchner. Fuera de sí, le gritó: “guanaca, víbora, arpía, ustedes hicieron guita con la dictadura, yegua, vos, tu hijo, la prole y todos los que te siguen”. Y agregó: “mentirosa, miope, cerrada, negligente. Y repito: yo soy socialista de Alfredo Palacios” (sic).
Zicarelli fue designado como Director de Asuntos Globales del Senado de la Nación, por José Amaya, el 3 de febrero de 2016, con categoría A 4, con un sueldo mensual cercano a los 40 mil pesos. Al parecer no trabajaba activamente en el Senado, sino como empleado en la Fundación SUMA (que preside Gabriela Michetti), en un cargo de Director de Asuntos Institucionales y Cooperación Internacional.
En el mes de mayo de 2016, Álvaro viajó por 15 días (entre el 2 y el 17 de ese mes) a Corea del Sur. Lo hizo como integrante de la comitiva oficial que acompañó a Gabriela Michetti. Su viaje insumió casi 90 mil pesos del presupuesto del Senado de la Nación.
En el día de hoy (viernes 16 de septiembre) se divulgaron por televisión declaraciones de Zicarelli, entre las cuales afirmó que él en la Fundación SUMA se abocaba a desarrollar tareas de Trabajo Social.
Resulta absolutamente necesario informarle a Álvaro Zicarelli (y probablemente también a tod@s los dirigentes e integrantes de la Fundación SUMA) que los trabajadores sociales son los graduados de las Carreras de Trabajo Social que se cursan predominantemente en universidades (con una duración de 5 años), públicas y privadas, de todo el país. El Trabajo Social es una profesión que demanda una rigurosa formación teórica y práctica, cuyos objetivos están dirigidos a contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de la población (en particular de los sectores más desfavorecidos por las propias características del modelo de funcionamiento social) y a la defensa irrestricta de los derechos humanos, en su más abarcativa acepción.
Se trata de un vigoroso y dinámico colectivo profesional, con un importante nivel organizacional, plasmado en leyes nacionales y provinciales y en asociaciones y colegios de graduados y de unidades académicas que tienen pleno reconocimiento en el país, en Latinoamérica y en el mundo entero. Existen en Argentina dos Federaciones que agrupan a l@s trabajadores sociales: FAUATS (Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social) y FAAPSS (Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social).
Alertamos que, con indebida frecuencia, se reiteran casos de irresponsables personajes, como este lenguaraz Álvaro Zicarelli, que no poseen la formación académica, ni las condiciones humanas y éticas pertinentes para asumirse como ejecutores idóneos de la compleja y comprometida labor que deben encarar los profesionales del Trabajo Social.
Usualmente se trata de individuos (varones o mujeres) a quienes, por su ideología y por su posicionamiento social, les suele cautivar la lógica de la refilantropización de la asistencia (negándole el carácter de derecho), olvidándose de un concepto fundamental: que siempre los “filántropos” necesitaron más a los pobres, que los pobres a los “filántropos”.
Cabe recordar, una vez más, aquellos versos de la tradición española, que alertando agudamente decían: “El Señor Don Juan de Robres, con caridad sin igual, hizo hacer este hospital, y primero… hizo los pobres”. Y también aquel proverbio africano referido a que “la mano que recibe está siempre debajo de la mano que da”. O lo que nosotros mismos venimos diciendo desde hace tanto tiempo acerca de que “quien recibe algo (como ayuda y no como derecho) siempre queda en deuda con el que se lo da, reproduciéndose una relación de subordinación y dependencia”.
De modo que nos permitimos reclamarle al sesudo Zicarelli que se dedique a las “Fundaciones” que quiera, que se asuma si le cae bien como un violento y desmadrado insultador de nivel subnormal, pero que no apunte a deslegitimar a la profesión de Trabajo Social, arrogándose cualificaciones y competencias que resulta obvio no posee. Si permitiéramos que individuos como Álvaro Zicarelli se asumieran y fueran aceptados como trabajadores sociales, sin que nadie se lo objetara, l@s profesionales que estamos acreditados para cumplir dicha función y en particular la gente con la cual nosotros trabajamos, veríamos profundamente lesionada nuestra opción y nuestro compromiso con una digna profesión, intrínsecamente ligada a la plena defensa de los derechos humanos y sociales de los sectores más vulnerados precisamente por el modelo neoliberal que hoy encarnan el empresario y presidente Mauricio Macri, la vicepresidenta Michetti y los dirigentes y funcionarios que integran la mentada Fundación SUMA.


Nota publicada en "La Tecl@ Eñe", Revista Digital de Cultura y Política. Buenos Aires.

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