El ex cabo Nelson González dio detalles sobre la
represión a los militantes montoneros en Campo de Mayo. El fusilamiento de
Frías y Zucker.
Se desarrolla el jucio oral de la causa conocida
como Contraofensiva.
En el marco de la llamada causa Contraofensiva,
que investiga delitos de lesa humanidad cometidos por la última dictadura cívico-militar
en los años 1979 y 1980, el último martes el ex militar Nelson Ramón González
declaró como testigo y aportó información clave sobre los vuelos de la muerte y
el mecanismo de secuestros, torturas y desapariciones puesto en marcha por el
Ejército desde su accionar en Campo de Mayo. Además, brindó detalles sobre el
fusilamiento de Federico Frías, de Marcos “Pato” Zucker –hijo del actor Marcos
Zucker– y de otras dos personas que aún no fueron identificadas. “El testimonio
de González es muy importante, porque pone en la escena judicial algo que no
había sido judicializado hasta el momento y, al mismo tiempo, contribuye a
entender el nervio central de la represión en toda la Argentina”, consideró
Pablo Llonto, abogado querellante en el juicio.
Por videoconferencia desde Neuquén, González
declaró ante el Tribunal Oral Federal 4 de San Martín, integrado por los jueces
Esteban Rodríguez Eggers, Alejandro De Korvez y Matías Alejandro Mancini.
Durante el primer tramo de su relato, confirmó que tuvo como destino Campo de
Mayo para el momento de la Contraofensiva, el nombre con el que se llamó al
regreso de un grupo de militantes montoneros al país entre 1979 y 1980. En
seguida, contó que los fusilamientos de los militantes secuestrados Zucker y
Frías sucedieron en la zona del polígono de tiro del predio, y que de ellos
participaron algunos jefes del Ejército. Consultado sobre qué habían hecho los
militares tras los fusilamientos, González soltó: “Con todo respeto por los
familiares, los quemaron ahí con cubiertas. Lo reconoció Taborda, que era el
encargado de sección”.
Además, el ex cabo de Caballería agregó que por
Campo de Mayo “pasaron unas cuatro mil personas que luego fueron arrojadas
vivas al mar”. Según precisó González, los vuelos de la muerte salían de la
Compañía de Aviación: “Era sabido en todo Campo de Mayo. Ahí estaban los
aviones Fiat y los vuelos salían de ahí. En todos lados se comentaba”,
completó.
“González habló, según dijo, porque le pesa en
la conciencia haber formado parte de un Ejército en el que él no quería estar.
Su testimonio fue muy valiente, muy transparente y muy veraz”, observó Llonto,
en diálogo con PáginaI12. El abogado destacó la importancia del relato de
González, quien “explicó claramente que había un grupo de ocho oficiales
permanentes, con un sistema de rotación por el cual se nutría de otra gente que
provenía de distintos lugares de Campo de Mayo”, principalmente, de los centros
clandestinos de detención que funcionaron allí, conocidos como La Escuelita y
Los Tordos. Además, el testigo señaló que funcionaban “con comisiones rotativas
de dos meses, bajo el comando de la patota y de los grupos de inteligencia,
sobre todo del Batallón de Inteligencia 601”.
El juicio de la Contraofensiva fue suspendido
dos veces y comenzó, finalmente, el 12 de abril pasado. En él serán juzgados
nueve represores por 94 acusaciones por delitos de lesa humanidad y contará con
el testimonio de más de 250 testigos. La particularidad de esta causa es que el
eje estará puesto, no en los crímenes de lesa humanidad cometidos en centros
clandestinos, sino en la estructura de inteligencia que montó el Ejército desde
sus operaciones en Campo de Mayo para llevar a cabo un plan ilegal de
secuestros a militantes montoneros que vivían en el exilio. “El objetivo, en
primer lugar, es apuntarle a la gran estructura, es decir, a la Jefatura II del
Estado Mayor del Ejército, al Batallón de Inteligencia 601 y al Destacamento
201 que funcionaba en Campo de Mayo”, explicó Llonto. “Sabemos que la nómina de
imputados es bastante pequeña, pero esta causa va a mostrar gran parte del
organigrama para entender que la inteligencia no era solo obtener información
bajo tortura, sino también hacer contrainteligencia, generar noticias simuladas
y hacerlas circular en los medios de comunicación y hacer tareas de
infiltración, entre otras”, dijo.
La lista de imputados la integran Raúl Guillermo
Pascual Muñoz, ex jefe del departamento de personal del Estado Mayor, y los
miembros del Destacamento de Inteligencia 201, Carlos Blas Casuccio, Jorge
Eligio Bano, Eduardo Ascheri, Marcelo Cinto Courteaux y Alberto Daniel
Sotomayor. Además, incluye a Roberto Dambrossi y Luis Angel Firpo, del Batallón
601, y al ex jefe de la división de Inteligencia Subversiva Terrorista del
Departamento Interior de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor
General del Ejército, Jorge Norberto Apa.
Fuente: Página 12