Fue en el marco del juicio en el que se juzga a
dos exgerentes de la multinacional estadounidense y a un militar por el
secuestro y tortura de 24 obreros. Fue ordenada por el Tribunal 1 de San
Martín.
Los sobrevivientes de Ford venían reclamando
volver a ingresar a la fábrica desde que el juicio comenzó el 19 de diciembre
del año pasado. El Tribunal tuvo que ordenar la medida y hoy los sobrevivientes
lograron ingresar a lo que alguna vez fue su lugar de trabajo. Allí, hace 42
años y siendo muy jóvenes fueron secuestrados y torturados, en el centro
clandestino que la empresa tenía en sus instalaciones.
Esta es la segunda inspección ocular que se
realiza. La primera fue durante la instrucción de la causa en el año 2012 .
Desde temprano los sobrevivientes acompañados de
familiares, trabajadores y organismos de derechos humanos esperaban con gran
expectativa volver a entrar. La planta de Ford ocupa una gran superficie,
cercada por rejas y molinetes que hacen del ingreso una tarea nada fácil, sobre
todo para estos obreros que tuvieron que esperar tanto tiempo para que algunos
de los responsables de estos crímenes que sufrieron sean juzgados.
El recorrido empezó pasadas las 10 de la mañana.
Ingresaron por la puerta 1 y el recorrido abarcaba las secciones de pintura,
reparación final, subarmado y montaje y estampado. De estos sectores la mayoría
de los obreros fueron entregados por sus jefes y secuestrados por el ejército
mientras trabajaban. También accedieron a las oficinas de personal y seguridad,
que jugaron un rol clave para la entrega de los trabajadores a los militares.
Desde allí se dirigieron al "quincho",
que fue el centro clandestino donde fueron secuestrados y torturados durante
horas, para luego ser trasladados a otros lugares como la Comisaría 1ª de Tigre
y la de Ing. Mazchwitz.
El recorrido duró varias horas. Al salir era
difícil no sentir la emoción, y sobre todo la convicción de que estos
empresarios deben ser condenados en cárcel común, perpetua y efectiva.
La Justicia garante de la impunidad
El paso del tiempo que la Justicia garantizó
tiene consecuencias que mantuvieron hasta el día de hoy la impunidad. Dos
directivos acusados murieron impunes, uno era Guillermo Galarraga, ex gerente
de Relaciones Laborales y el otro nada más ni nada menos que el Presidente y
representante legal de la empresa: Enrique Julián Courard.
Otro de los grandes responsables que no han sido
siquiera procesados son los directivos del SMATA, que como consta en el auto de
elevación a juicio fueron quienes entregaron a los obreros. De hecho José
Rodriguez, que era en ese momento Secretario General del gremio murió impune y
procesado por fraude a la Obra Social de los trabajadores mecánicos.
Ford como tantas otras empresas fueron
responsables del golpe genocida, y gozaron de total impunidad y enormes
ganancias durante más de 4 décadas. Claro que para ésto contaron con el aval de
todos los gobiernos constitucionales desde el 83 a la fecha.
La lucha por el juicio y castigo es una tarea
del presente
Es más que necesario que la nueva generación de
obreros que hoy trabaja en Ford y todos los trabajadores sean parte de la lucha
por el juicio y castigo para todos los genocidas. No podemos permitir que los
responsables queden impunes.
Fuente: Izquierda Diario