El padre Sergio Lamberti, de la pastoral social
de la Diócesis de Santiago del Estero, confirmó la muerte de Héctor Reyes Corvalán, que fuera violentamente
desalojado de sus tierras días atrás. El campesino Corvalán era integrante,
junto a su esposa de la Mesa Parroquial de Tierra de Nueva Esperanza.
Murió el campesino quemado por la policía en
Santiago del Estero
Héctor Reyes Corvalán tenía 56 años y quemaduras
en el 45 por ciento de su cuerpo. Había quedado internado en terapia intensiva
hace diez días, tras un violento desalojo en el que también mataron a sus
perros y desaparecieron 200 cabezas de ganado.
La Pastoral Social y de Derechos Humanos de la
Iglesia de Santiago del Estero denunció el viernes 12 del corriente que en el
paraje Suncho Pampa el campesino Héctor Reyes Corvalán “sufrió un violento
ataque con balas de goma y quemaduras en gran parte de su cuerpo por parte de
un empresario que hace tiempo viene avasallando la dignidad y derechos de las
familias campesinas que ancestralmente son dueñas de sus tierras”. El sacerdote
Sergio Alberto Lamberti hizo público a través de su cuenta en la red social
Facebook.
También el Mocase denunció el caso. Según el
relato de la organización, a partir de que la jueza María Cecilia Paskevicius,
del Juzgado Civil de Tercera Nominación, ordenó el desalojo de la familia
campesina. El operativo contó con aproximadamente diez policías, dos oficiales
de justicia y el empresario cordobés Néstor Quesada al que seguían dos
camionetas con gente a su cargo, manifiestan desde el Mocase.
Los compañeros del campesino denuncian que
durante el desalojo “se realizaron destrozos (hornos, cercos, entre otros),
amenazaron de muerte, mataron los perros, desaparecieron las doscientas cabezas
de ganado, dispararon balas de goma e incendiaron el rancho de la familia,
hechos gravísimos donde sufrió heridas de gravedad el compañero Héctor Reyes
Corvalan, con quemaduras en todo su cuerpo y heridas de bala de goma. El mismo
fue trasladado de manera urgente a la vecina provincia de Tucumán, con
diagnostico grave, y se encuentra alojado en terapia intensiva”.
El campesino Corvalán y su esposa son
integrantes de la Mesa Parroquial de Tierra de Nueva Esperanza. Los sacerdotes
de la Pastoral Social, por su parte, emitieron un comunicado en el que exigen
“a la Justicia una urgente y profunda investigación de tan tremendo hecho
delictivo, que garantice a la familia Corvalán y a toda la sociedad santiagueña
el derecho a la verdad que nos hace libres, contra la impunidad que daña
nuestra democracia”.
La Mesa Parroquial de Tierra Nueva Esperanza, el
Mocase y otras organizaciones de la zona denuncian “la violencia ejercida
durante todos estos años por el Sr. Quesada y personas a su cargo, quienes en
múltiples ocasiones realizaron amenazas de muerte con armas de fuego, daño en
el campo, incendio de cercos, matanzas de animales, todas situaciones que
fueron denunciadas (…) ponen en riesgo la permanencia y la vida de los sistemas
campesinos e indígenas”.
Así quedó el lote de Reyes Corvalán tras el
violento desalojo.
Héctor Reyes Corvalán, el hombre que había
sufrido quemaduras e impactos de bala de goma cuando un grupo de más diez
policías al mando de un oficial de Justicia lo desalojó violentamente de su
lote en Santiago del Estero, murió esta tarde como consecuencia de sus heridas.
Reyes estaba internado en terapia intensiva en Tucumán y falleció tras diez
días de agonía.
El desalojo de Reyes Corvalán se enmarcó en las
acciones de terratenientes contra pequeños campesinos que son moneda corriente
en Santiago del Estero. El hecho que terminó con la muerte del hombre ocurrió a
260 kilómetros de la capital provincial, en el paraje de Sucho Sampa, en el
departamento Pellegrini.
Reyes Corvalán vivía en un pequeño lote. Hasta
allí llegaron el pasado viernes 12 de octubre más diez policías y un oficial de
Justicia para desalojarlo. La orden fue impartida por la jueza María Cecilia
Paskevicius, quien ya había dictado medidas similares contra los campesinos en
la provincia.
En el desalojo se registraron destrozos en la
propiedad de Reyes Corvalán, quien recibió disparos de postas de goma y sufrió
gravísimas quemaduras. Además, mataron a sus perros y desaparecieron unas 200
cabezas de ganado. Nacido en el mismo paraje Suncho Pampa, Reyes Corvalán tenía
56 años.
“Eran como las 10 de la mañana y apareció
Quesada, con la policía y un oficial de justicia con una orden de desalojo
trucha, porque ya la apelamos y se aceptó la apelación, así que quedó sin efecto.
El terrateniente Quesada es el mismo que el año pasado quiso desalojarnos,
también a lo bruto”, relató entonces a Página/12 María Rosa Frías, la mujer de
Corvalán. También contó que “esta gente hace siempre lo mismo, son bandas
armadas. Ahora fue calcado del año pasado. Llegaron en dos camionetas y dos
patrulleros. Mi marido estaba en el portón, con los animales. Como no se quiso
ir cuando le mostraron la orden trucha, le dispararon con balas de goma y le
prendieron fuego”.
Néstor Quesada, a quien señaló la mujer, es un
empresario cordobés dedicado al cultivo de la soja que en agosto de 2012
pretendió tomar posesión de unas 270 hectáreas. Los intentos de desalojo fueron
rechazados por las familias que habitan en el lugar e integran la Mesa
Parroquial de Tierra Nueva Esperanza, formada por curas de la Opción por los
Pobres.
La violencia ejercida durante el desalojo de
Reyes Corvalán tiene antecedentes. Durante los últimos años hubo amenazas con
armas de fuego, incendios y matanzas de animales y varios intentos de desalojo.
En casi todos fueron procedimientos violentos que terminaron detenidos en
diversos estrados judiciales.
“La violencia estructural que concentra casi el
75 por ciento de tierras cultivables en sólo el 15 por ciento de empresarios
del agronegocio, sigue poniendo en riesgo la permanencia y la vida de los
sistemas campesinos e indígenas”, remarcaron desde el Movimiento Campesino de
Santiago del Estero (Mocase) tras el desalojo de Reyes Corvalán.
El Mocase responsabilizó por el hecho al
empresario Quesada, quien estuvo presente en el desalojo; al oficial de
Justicia Luis Scillia y a los policías que participaron del desalojo, a quienes
identificó en un comunicado: “el oficial inspector José Francisco Corvalán, el
oficial ayudante Leonel Moreno, el cabo primero Roberto Corvalán, División de
Prevención de Nueva Esperanza, el agente Roldán y otros, en total de diez (10)
policías aproximadamente”. La organización pidió la detención de todos los
responsables y denunció “los modos de actuación de las fuerzas públicas siempre
resguardando a los empresarios y vulnerando la vida de las personas”, además de
reclamar la separación de la jueza Paskevicius.
Fuente: Resumen Latinoamericano