Enrique Prueger, perito criminalístico, realizó
un estudio en el que concluye que hubo severas falencias en la autopsia del
artesano.
Se aproxima el aniversario de la desaparición y
muerte de Santiago Maldonado y la causa acumula más preguntas que respuestas.
Luego de la autopsia determinó, firmado por unanimidad por todos los peritos,
que el cuerpo estuvo en el río Chubut entre 53 y 73 días, y que no había
señales de que hubiera sido movido.
Sin embargo, un estudio elaborado por el perito
criminalístico Enrique Prueger pone en duda estas conclusiones: “Los propios
estudios verificatorios de la autopsia del cuerpo de Santiago Maldonado dan por
tierra los resultados del dictamen final”, expresó para Pagina 12.
La abogada de la familia, Verónica Heredia,
aclaró que el informe de Prueger no fue pedido por la familia pero sostuvo que
“Santiago murió ahogado y su cuerpo fue escondido en algún lugar antes de ser
arrojado al río para que se lo descubriera, o fue apresado, escondido –si había
sido golpeado tal vez para esperar que sus golpes desaparecieran– y luego
ahogado y colocado en ese lugar”.
Heredia indicó que “es un trabajo por su cuenta,
pero las conclusiones que trascendieron están en sintonía con nuestras dudas
sobre la autopsia: las condiciones y el lugar que se encuentra el cuerpo de
Santiago, una parte del río que en esa época tenía treinta centímetros de agua,
pasaron por allí tantas veces en los rastrillajes, por qué los mismos buzos que
pasaron siete veces por ahí el 17 de octubre se topan con el cuerpo y no dan
ninguna explicación sobre por qué no lo encontraron antes, y cómo llegamos al 1
de agosto con toda la violencia desplegada por la Gendarmería”.
Por su parte, Leticia Povilauskas, licenciada en
Geología y Palinología, analizó las prendas de Maldonado y su relación con el
entorno vegetal del río Chubut. De esta manera concluyó como “muy importante”
que “bajo ningún punto de vista los granos de polen encontrados pueden
permanecer adheridos a las prendas citadas, sumergidas en el lugar del hecho
por un período de tiempo prolongado, teniendo en cuenta la mínima velocidad que
pueda tener la corriente de flujo en el del río, la energía presente en el
medio acuático y la cantidad de oxígeno removido en el lecho. Estas condiciones
hacen que el polen se desprenda fácilmente de las ropas”.
Prueger también cuestionó las tablas que se
utilizaron para relacionar la temperatura del agua con la permanencia del
cuerpo en el medio acuoso y el fenómeno cadavérico que se produce: “no se tomó
la temperatura promedio del agua en el período entre que desaparece y aparece
Maldonado; los peritos utilizaron los valores más bajos (3.2° y 3.9°) debiendo
haber utilizado el valor promedio, que es de 6,27°, de acuerdo con los
registros oficiales".
Fuente: El Destape