Nada de lo que está pasando en materia de
(in)Justicia es espontáneo
Graciana Peñafort
Por Graciana Peñafort
Tengo un querido amigo, ex funcionario. Soy su
abogada. Hace pocos días pidieron la elevación a juicio de la única causa que
tiene. La jueza de primera instancia lo procesó por peculado. La Cámara de
Apelaciones confirmó el procesamiento. Pero lo confirmó de modo raro. El
entonces juez Freiler consideró que no había delito. El doctor Bruglia
consideró que había delito, pero que éste era defraudación contra la
administración publica. El doctor Irurzun consideró que podía haber peculado o
defraudación. El fiscal lo imputó a los fines de la elevación a juicio de
defraudación contra la administración… pero en carácter de partícipe necesario.
Su participación en el supuesto delito fue aconsejar la aprobación de un
convenio, previo solicitar dos dictámenes. Que dieron su conformidad a dicho
convenio.
En pocas palabras, mi amigo está a días de ser
sometido a juicio sin saber qué delito le imputan. Defensa a ciegas. Delito que
nadie puede definir. Delito que cada vez más se parece a un reproche por haber
sido funcionario del anterior gobierno. Y eso no es delito.
Hay un estimado y respetado colega. Su nombre es
Alberto. Defiende a Cristina Fernández de Kirchner y a sus hijos. A Florencia
Kirchner, su defendida, la procesaron como partícipe necesaria de una
asociación ilícita. Que Florencia habría conformado desde la tierna edad de 8
años.
Otro abogado con el que me suelo cruzar es
Maximiliano. Su cliente mas conocido es el ex Ministro de Planificación. Que
está preso. Sin condena. La causa por la que está preso la instruyó el nunca
suficientemente célebre doctor Bonadío. El peritaje que fundó el procesamiento
fue declarado nulo. El perito había sacado los datos de un sitio similar a
Wikipedia. Tenía tanto rigor científico y solidez como mis proyectos de dieta y
gimnasia. Julio De Vido sigue preso. Sin condena. El Congreso de la Nación lo
suspendió como Diputado.
Eli es mi amiga. Y yo la admiro infinitamente.
Ella defiende a Milagro. A quien encarcelaron por participar de una protesta. Y
condenaron por participar telepáticamente de una agresión. Milagro estaba a
muchos kilómetros del lugar donde fue la agresión. Su caso es conocido a nivel
internacional. Los organismos de derechos humanos unánimemente señalaron que su
prisión vulneraba las garantías mínimas de cualquier persona. Inclusive
vinieron veedores internacionales. Se filtraron los mails donde funcionarios de
Cancillería y del gobierno de Jujuy armaban una presentación que permitiese
justificar por qué Milagro debía seguir presa, para presentarles a los miembros
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Milagro sigue presa.
Martín defiende a un funcionario de Cancillería.
El supuesto delito de su defendido es haber traducido el mail que Ronald K.
Noble –ex Secretario General de INTERPOL— le envió a Timerman explicando que
Nisman mentía en su denuncia contra el gobierno de CFK. Lo acusaron de Traición
a la Patria. Eso implica que acordó con un enemigo de la Nación. Exigencia de
la figura penal: no hay traición a la patria sin enemigo de la Nación. Y no hay
enemigo de la Nación sin guerra. La Nación argentina jamás declaró la guerra a
Irán, país con el que se suscribió el memorándum de entendimiento que dio
origen a la denuncia de Nisman.
La guerra imaginaria de Bonadío hasta ahora
cuenta con una sola víctima. Se llama Héctor Timerman. Atraviesa este juicio
infame con un cáncer avanzado. En enero de 2018 debía viajar a Estados Unidos
para realizar un tratamiento imprescindible para su salud. La prisión
preventiva que le aplicaron tanto Bonadío como la Sala II de Apelaciones
determino que su visa de ingreso a Norteamérica fuese dada de baja. Más de dos
meses insumió la obtención de un nuevo visado de carácter humanitario. Cuando
finalmente pudo ingresar a Estados Unidos, ya era demasiado tarde para efectuar
el tratamiento.
Al doctor Llermanos me lo cruzo siempre en la
ventanilla de un juzgado. Donde infructuosamente solicita la vista de una causa
que afecta a Hugo Moyano. Y sistemáticamente se la niegan. A él, que es el
abogado de Moyano. No así a los periodistas que publican sobre esa causa
misteriosa.
A Amado Boudou lo sometieron a juicio. La
principal prueba contra él era una supuesta reunión que integra el listado
borgiano de los sucesos quiméricos e imaginarios que han cooptado la mente y el
corazón de jueces y fiscales en Comodoro Py. Solo dos testigos dijeron haber
participado en dicha reunión. Los testigos señalaron dos lugares diferentes
donde se realizo la reunión. Lugares separados por 14 cuadras. Un detalle que
omitieron considerar los acusadores.
Dentro del grupo de acusadores de Amado Boudou
está la Unidad de Investigación Financiera. Que fue admitida como querellante
porque alegó que podría haber lavado de dinero entre los delitos a imputarle al
ex vicepresidente y eso la legitimaba para ser querellante. Hace unos días
alegó la UIF en el juicio oral. Lo acusó por cohecho y negociaciones
incompatibles. No había lavado de dinero.
A Martin Sabbatella lo quieren llevar a juicio
oral por defraudación. El detalle que omitieron fue que la transferencia de
dinero por la cual lo acusan no la hizo Martin Sabbatella. La hizo el ENACOM,
durante el gobierno de Cambiemos.
Sostiene la justicia penal federal que a Alberto
Nisman lo asesinaron. En base a un peritaje de Gendarmería cuyo resultado fue
informado por el diario Clarín… antes de que el peritaje hubiese siquiera
empezado. Si Gendarmería o la Justicia Federal siguen introduciendo personas
imaginarias en el baño del fallecido fiscal, tal vez tengan que modificar la
causa de muerte de Alberto Nisman. Ya no será un disparo en la sien, sino una
muerte por asfixia entre una multitud apretujada.
Los casos con elementos quiméricos se multiplican casi hasta el absurdo. Y se
multiplican más que los caracteres que tengo para esta columna.
Mientras todo esto pasa –y nos pasa a defendidos
y abogados—, a principios de 2016 Mauricio Macri intentó designar a dos jueces
de la Corte por decreto. Finalmente no lo logró. Pero los abogados no olvidamos
que en la Corte Suprema hay dos señores que estaban dispuestos a violar la
Constitución para sentarse ahí. Esa misma Corte a la que muchos y muchas
tuvimos que recordarles que las políticas de Verdad, Memoria y sobre todo
Justicia eran patrimonio de la sociedad y no de libre disponibilidad de
cortesanos y operadores judiciales. Porque los abogados y los no abogados
también sabemos que esta es la Corte del 2×1. A quien le quepa el sayo…
El actual gobierno empujó a renunciar a la
entonces Procuradora General, Alejandra Gils Carbó. “Militante”, le dijeron. El
actual gobierno propone como reemplazo a una jueza que el actual presidente
conoció y con quien trabó amistad en el gimnasio.
El Consejo de la Magistratura es el órgano
encargado de examinar, seleccionar y controlar a los jueces. El gobierno de
Cambiemos empezó 2016 robándose una
banca. Que correspondía al Frente para la Victoria. Terminó mandando a tomar un
cafecito a uno de sus miembros, que aún no había jurado, para así cambiar las
mayorías y minorías y poder destituir a Freiler, entonces camarista federal.
Las vacantes de los juzgados las cubren a dedo.
Trasladan jueces con diversas competencias y grados. De un lado a otro. El
escándalo llegó a tal punto que la Corte tuvo que emitir una acordada diciendo,
palabras más, palabras menos: “A los jueces mándenlos al psicólogo, pónganlos en
adopción y no les pasa nada, o no sé… denlos de propina… pero por favor que
parezca que cumplen con la Constitución Nacional… que pasen sus designaciones
por el Congreso”.
Y mientras tanto los sorteos de causas disputan
la partida de tramposos a las cartas de un tahúr. Y las escuchas donde todos
somos pelotudos, pero el rey de los pelotudos es el agente de inteligencia
distraído que se olvida esas grabaciones en un parque donde hacen running los
periodistas. Y las fotos de gente siendo detenida, tomadas por los miembros de
las fuerzas de seguridad que forman parte del operativo de detención. Para
poder filtrarlas. Porque si no se ve la humillación y el casquito y el chaleco,
entonces tal vez no sea humillación después de todo.
Decir que gran parte del Poder Judicial ha
enloquecido sería generoso. El Poder Judicial, o una buena parte de él, se han
olvidado del derecho, de la Constitución Nacional, de la dignidad de las
personas y de las garantías que resguardan esa dignidad. Ayudan a su desmemoria
un gobierno que nunca tuvo memoria ni noticia de ellas. Y los medios de
comunicación, que como sabemos a las garantías constitucionales las puede tapar
o hacer tapa. Deciden taparlas.
Decir que el olvido de las leyes y las garantías
esta mal sería insuficiente. Está mal, y además es un peligro cierto pendiendo
como una navaja sobre la cabeza de los 44 millones de habitantes de la
Argentina. Porque cuando no hay garantías, el riesgo es para todos. Para
ustedes, para nosotros, para ellos. Incluso para los desmemoriados. Nadie está
a salvo de la arbitrariedad, porque ella es caprichosa por definición. Como el
amor. Y como la muerte.
Macedonio Fernández sostenía que “la
espontaneidad, el acontecer libre, no es una respuesta; es un renunciamiento
explicativo”. Todo lo que está pasando no es espontáneo. No es acontecer libre.
No es una respuesta. Ni siquiera es poesía. Se llama Injusticia. Se llama
ausencia de Estado de Derecho. Y constituye un renunciamiento a la Democracia y
a las leyes. Y eso ya no es poesía ni cosa de abogados, es problema de todos.
De ustedes, de nosotros, de ellos. Incluso también de los desmemoriados.