Mientras la Selección Argentina lograba pasar a
una nueva ronda del campeonato mundial de fútbol, en Rawson, provincia de
Chubut, los trabajadores docentes y estatales seguían reclamando a la espera
del encuentro para resolver las paritarias cuando la policía empezó a arrojar
gas pimienta y balas de goma. La represión empezó por orden del gobernador.
Desde ATE Chubut informaron que la reunión
paritaria convocada para el mediodía con gremios docentes empezó con 5 horas de
atraso, sin la presencia del gobernador. Se suspendió la paritaria que habia
comenzado hace menos de una hora.
Al escribir este post los dirigentes gremiales
continuaban dentro del edificio, pero pidieron “no continuar la reunión hasta
que se termine la represión en las calles”.
https://tallerlaotra.blogspot.com/2018/06/no-son-festejos-por-el-triunfo-de.html
El Intransigente
NO SE LE PEGA A UN MAESTRO
Lo sabe un chico de cuatro años, de salita
celeste, que ni siquiera sabe hablar correctamente.
Lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera
sabe escribir.
Lo sabe un chico de doce años, que desconoce
todas las materias que le deparará el secundario.
Lo sabe un adolescente de diecisiete años,
aunque sea la edad de las confusiones, la edad en la que nada se sabe con
certeza.
Lo saben sus padres.
Lo saben sus abuelos.
Lo sabe el tutor o encargado.
Lo saben los que no tienen estudios completos.
Lo sabe el repetidor.
Lo sabe el de mala conducta.
Lo sabe el que falta siempre.
Lo sabe el rateado.
Lo sabe el bochado.
Lo sabe hasta un analfabeto.
No se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Lo sabe un chico de cuatro años, de seis, de
doce, de diecisiete, lo saben los repetidores, los de mala conducta, los
analfabetos, los bochados, sus padres, sus abuelos, cualquiera lo sabe, pero no
lo saben algunos gobernadores.
Son unos burros.
No saben lo más primario.
Lo que saben es matar a un maestro.
Lo que saben es tirarles granadas de gas
lacrimógeno.
Lo que saben es golpearlos con un palo.
Lo que saben es dispararles balas de goma.
A los maestros.
A maestros.
Lo que no saben es que se puede discutir con un
maestro.
Lo que no saben es que se puede estar en
desacuerdo con lo que el maestro dice o hace.
Lo que no saben es que un maestro puede tener
razón o no tenerla.
Pero no se le puede pegar a un maestro.
No se le pega a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Y no lo saben porque son unos burros.
Y si no lo saben que lo aprendan.
Y si les cuesta aprenderlo que lo aprendan
igual.
Y si no lo quieren aprender por las buenas, que
lo aprendan por las malas.
Que se vuelvan a sus casas y escriban mil veces
en sus cuadernos lo que todo el mundo sabe menos ellos, que lo repitan como
loros hasta que se les grabe, se les fije en la cabeza, lo reciten de memoria y
no se lo olviden por el resto de su vida; ellos y los que los sucedan, ellos y
los demás gobernadores, los de ahora, los del año próximo y los sucesores de
los sucesores, que aprendan lo que saben los chicos de cuatro años, de seis, de
doce, los adolescentes de diecisiete, los rateados, los bochados, los
analfabetos, los repetidores, los padres, los abuelos, los tutores o
encargados, con o sin estudios completos:
Que no se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
No debo pegarle a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Sepan, conozcan, interpreten, subrayen,
comprendan, resalten, razonen, interioricen, incorporen, adquieran, retengan
este concepto, aunque les cueste porque siempre están distraídos, presten
atención y métanselo en la cabeza: los maestros son sagrados.
Por Mex Urtizberea
Gentileza Sabrina Renni