Los organismos criticaron “la utilización de
sectores del Poder Judicial y de las fuerzas de seguridad para perseguir y
escarmentar”.
“Un atropello de los derechos básicos”
En una nueva conmemoración del 24 de marzo
cientos de miles de manifestantes marcharon con sus propios carteles y
acompañaron las consignas contra la regresión y la “banalización del espanto”.
Por Carlos Rodríguez
En el aniversario número 42 del golpe militar
del 24 de marzo de 1976, cientos de miles de personas que llenaron las calles
desde el Congreso Nacional a la Plaza de Mayo avalaron la advertencia hecha al
gobierno de Mauricio Macri en el sentido de que los organismos de derechos
humanos no permitirán “ni un retroceso en las políticas de memoria, verdad y
justicia” para condenar a los responsables militares y civiles de los crímenes
de lesa humanidad. Primero desde el escenario montado junto a la Pirámide de
Mayo, y luego en declaraciones a la prensa, la titular de Abuelas de Plaza de
Mayo, Estela Carlotto, fue muy dura con el gobierno de Cambiemos: “Es un grupo
nefasto y Mauricio Macri no nos quiere”. Por su parte, Taty Almeida, de Madres
de Plaza de Mayo Línea Fundadora, sostuvo que la marcha fue también “contra el
ajuste, la represión y la impunidad y por una democracia sin presos políticos
como Milagro Sala”. La multitud saludó con aplausos la presencia en la
manifestación de Carlos Zannini y de Luis D’Elía, liberados pocas horas antes
por decisión de la Justicia. Zannini, acompañado por Máximo Kirchner, fue
ovacionado por la multitud cuando subió al escenario.
LEER MÁS. Un grito que recorrió el país
Desde antes del mediodía, la Avenida de Mayo se
fue llenando de manifestantes, recibidos a lo largo de la marcha por una serie
de afiches colgados por la organización villera La Poderosa: “30.000 no pudieron
venir, la columna de Cambiemos tampoco”, “Afuera (Patricia) Bullrich, adentro
(de la cárcel) genocidas” o “Las víctimas de los vuelos de la muerte no se
ahogaron, Santiago Maldonado tampoco”, eran algunos de los mensajes. Una de las
primeras columnas en llegar fue la de la Coordinadora de Derechos Humanos del
Fútbol Argentino, conformada por hinchas de clubes que participan en los
torneos de primera división y en los del ascenso. La organización, que se formó
en noviembre del año pasado, participó por primera vez en una marcha por el 24
de marzo. Esta integrada por simpatizantes de más de quince clubes, entre ellos
San Lorenzo, Ferro Carril Oeste, Temperley, Nueva Chicago y Racing.
Frente al Hotel Castelar, el Sindicato de Prensa
de Buenos Aires (Sipreba), montó una radio abierta por la que pasaron
dirigentes gremiales como Hugo Yasky, de la CTA, y trabajadores de la TV
Pública, Radio Nacional y de la agencia de noticias Télam, que denunciaron la
política de vaciamiento de esos medios estatales. Guillermo Mastrini,
especialista en comunicación, afirmó que “si algo logró el gobierno de
Cambiemos en materia de medios públicos es que nadie los mire ni los escuche,
que nadie los consuma”. Los trabajadores de Télam difundieron distintos
materiales referidos a la marcha del 24 de marzo, mientras que la agencia
publicó una breve nota de cartelera sobre el acontecimiento periodístico más
importante del día.
La marcha hacia la Plaza de Mayo se hizo
dificultosa, por la presencia multitudinaria de columnas que marchaban por la
Avenida de Mayo, por Hipólito Yrigoyen, Rivadavia, y por las diagonales Sur y
Norte. La primera parte del acto comenzó con la llegada al escenario de los
organismos de derechos humanos, encabezados por las Madres y Abuelas. Se leyó
un documento en el que se hizo una reivindicación de la lucha de los militantes
de los años setenta, se criticó “la demora en los juicios por crímenes de lesa
humanidad” desde que asumió el actual gobierno y se condenó “el
desmantelamiento de las políticas públicas de Memoria, Verdad y Justicia en las
áreas que dependen del Estado”.
Desde el escenario se hizo referencia a los 44
tripulantes del ARA San Juan, desaparecido en el Atlántico Sur desde el 15 de
noviembre pasado, y se le exigió al Gobierno que “diga la verdad” sobre lo
ocurrido con la nave y que se condene a los eventuales responsables. Al mismo
tiempo, se reclamó el esclarecimiento de las muertes de Santiago Maldonado y
Rafael Nahuel. En el acto se hicieron presentes los familiares de Maldonado y
de algunos de los tripulantes del submarino desaparecido.
Antes de subir al escenario, Carlos Zannini,
quien había recuperado la libertad por la mañana por disposición del Tribunal
Oral Federal 8, dijo que estaba satisfecho por poder estar “en la plaza de la
lucha” y recordó que cuando salió de la cárcel en 1978 “estaba solo, ahora en
cambio tengo el cariño de un montón de compañeros que me están acompañando”.
Cerca de las 16 comenzó la lectura del documento
firmado por los organismos de derechos humanos, en el cual se subrayó que a “42
años del Golpe Cívico Militar Eclesiástico, nos encontramos en estado de
movilización permanente”, cada vez que el gobierno nacional “avanza en contra de los principios de
Memoria, Verdad y Justicia”. Resaltaron que en los últimos años “hemos sido
testigos del atropello sistemático de los derechos más básicos de las personas,
la fragmentación de los poderes institucionales, la criminalización y represión
de la protesta social, la utilización de sectores del Poder Judicial y de las fuerzas
de seguridad para perseguir y escarmentar a los trabajadores, militantes,
dirigentes y cualquier actor que se contraponga a las medidas regresivas que el
presidente (Mauricio) Macri y la gobernadora (María Eugenia) Vidal lanzan para
imponer el plan neoliberal del hambre, la violencia y la miseria”.
En ese marco, “todos los sectores vinculados al
bienestar y desarrollo social han sido vulnerados”. El Gobierno “sustentado por
los grandes grupos económicos que financiaron la dictadura”, con el aval de “una
importante cantidad de gobernadores” trazó una política que incluye
“metodologías planificadas, en las que combina la utilización de los medios de
difusión más poderosos, el sector más reaccionario de la justicia, el propio
estado y las fuerzas represivas, para asesinar por la espalda si cometes un
delito menor, ser desaparecido para aparecer flotando en un río si te animas a
una protesta contra los grupos concentrados y en defensa de los pueblos
originarios” o “permanecer detenido de manera ilegal si encarnas la protesta
social y la reivindicación de los derechos básicos”.
Describieron una “realidad dramática” en la cual
“la educación pública y sus trabajadores no son más que un “blanco legítimo” de
la mal llamada “modernización”, la salud pública sólo es un costo que debe ser
paulatinamente eliminado y los entes fundamentales para el desarrollo de país
como la Anses, el Conicet, INTI, INTA y otros similares se encuentran con parte
del personal despedido o en vías de ello”.
Los únicos beneficiados son “las grandes
concentraciones económicas que reciben día a día la brutal transferencia del
esfuerzo de todo el pueblo argentino”. Respecto de la política de derechos
humanos, se afirmó que este gobierno “se burla de manera macabra y no se
conforma con intentar generar una amnistía encubierta con el fallido 2×1, sino
que presiona al Poder Judicial para enviar a cientos de genocidas a sus casas”.
En el documento se sostuvo que el gobierno
“intenta banalizar el espanto, tergiversa la realidad con su propaganda y
miente, miente, miente sabiendo que algo quedará”. La política oficial busca
“devolver favores a los asesinos, que al servicio de los mismos grandes
intereses que hoy encarnan este proceso neo liberal, hace más de 40 años
perpetraron la mayor persecución y matanza de la historia”.
Los organismos de derechos humanos advirtieron
que “jamás permitiremos que éstas políticas siniestras tengan éxito y
seguiremos movilizando y multiplicando esta resistencia en cada calle de cada
ciudad o pueblo hasta ponerle fin a tanto atropello y tanta injusticia”. Por
ello exigieron “el fin del encubrimiento político judicial a dos miembros
nefastos de la justicia local, como son el Juez Pedro Federico Hooft y el
fiscal general Fernández Garello, quienes representan y encarnan la permanencia
y perpetuidad del aparato judicial de la dictadura militar en nuestros días”.
Fuente: Página 12
Fuente: Página 12