N.R. de Utophia.- El jefe de los diputados macristas, Nicolás Massot,
sobrino de Vicente Massot histórico dueño del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, declaró “con los años ’70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la
reconciliación”.
Desde los organismos de derechos humanos le
respondieron: “reconciliación y perdón son sinónimos de impunidad”.
El abogado de la ex presidenta Cristina Fernández fue un poco más duro:
Picaneate los testiculos hasta que sientas olor a piel quemada. Mirá como matan a tu esposa y se roban a tu hijo. Hace un clavado adormecido desde de un avión. Confesá lo que sabe tu familia. Arrepentite. Danos las coordenadas de dónde están los 30 mil y devolve a los nietos. Bye
Massot insistió en que lo más importante para su
generación es “poder cerrar los capítulos para poder avanzar como sociedad” y
que eso implicaba “no sólo memoria, justicia y verdad. Es también perdón”,
olvidando ayer nomás, en el Congreso, gritaba y amenazaba como un barrabrava
futbolero a los diputados de la oposición señalándoles que: “Ustedes dejaron
morir a 300.000 jubilados sin cobrar los juicios que ordenó la Corte y no
pagaron. Háganse cargo de algo, una vez en la vida. Ahora bánquensela” y “Hay
que arreglar este quilombo. Estamos arreglando lo que otros no tienen huevos en
arreglar”.
Por supuesto que para la tan nombrada “herencia
recibida” y sus autores no pedía perdón ni olvido, sino la santa inquisición y
la hoguera.
Sin embargo ahora, para el mayor genocidio de la
Argentina y para sus perpetradores, no sólo reclama el olvido y la desmemoria,
sino también el perdón. Sin aclarar por supuesto que ese perdón también iba a
beneficiar a los integrantes de su familia, Vicente Massot su tió, que fue a juicio como cómplice civil de la dictadura desde la dirección del diario La Nueva Provincia de
Bahía Blanca. La acusación que se le imputaba era su responsabilidad, y la de las
autoridades del diario, por encubrir treinta y cinco crímenes cometidos
durante esos años y presentarlos como “enfrentamientos” entre militares y
organizaciones armadas. También hubo denuncias que en el mismo edificio del diario funcionaba un Centro
Clandestino de Detención (CCD).
“Bahía Gris”, un sitio de memorias sobre el
terrorismo de Estado en Bahía Blanca y Punta Alta que realiza un trabajo
colectivo de reconstrucción de la historia local del genocidio, con la
aparición de los restos de Daniel
Bombara, militante asesinado en enero 1976 recordaba la actuación de La Nueva
Provincia, no sólo durante la dictadura, sino en el periódo en que la Triple A
actuó con total impunidad.
Para encubrir el crimen de Daniel Bombara los
asesinos quemaron el cuerpo, lo abandonaron a 700 kilómetros e inventaron una
fábula que difundió el periódico familiar, La Nueva Provincia.
LEER MÁS:La desaparición de Daniel Bombara y la fábula que difundió la Nueva Provincia
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A principios de 2017 el periódico fue comprado
por Gustavo Elías, millonario empresario del transporte que el diario Perfil lo
presentó como el socio oculto de Hugo Moyano y la diputada Carrió lo denunció
ante el juzgado de María Romilda
Servini, como el representante de camioneros en la administración del tren
Belgrano Cargas.