EL ESCUADRÓN NEGRO ES DE LANÚS
Una patota parapolicial, en motos, de negro y
con pasamontañas, amenaza y golpea a niños y mujeres de los barrios vulnerables
de Lanús. El abogado Juan Grabois presentó una denuncia ante Atajo y la vincula
al intendente.
Por Nicolás Romero
Diego Kravetz ya fue motivo de denuncias en
otras intervenciones policiales.
El titular de la Confederación de Trabajadores
de la Economía Popular (CTEP), el abogado Juan Grabois, denunció que policías
de la provincia de Buenos Aires actúan como fuerzas parapoliciales en el
distrito de Lanús. La denuncia presentada ante la Agencia Territorial de Acceso
a la Justicia (Atajo) sostiene que agentes del “Escuadrón negro”, según lo
bautizaron los vecinos del distrito porque todos visten de ese color, hostigan
y someten a apremios ilegales a jóvenes de los barrios vulnerables de esa
localidad.
A
través de Utophia tomé la denuncia del militante social Juan Grabois y
la difundí hace unos días. Hoy Página 12 la publicó a nivel nacional:
"El Escuadrón Negro es de Lanús". ¡Grindetti, hágase cargo!, ¡Kravetz,
está en el horno!.
La acusación de Grabois, que Atajo remitió a la
Fiscalía General de Lomas de Zamora, apunta a fuerzas policiales que actúan con
violencia sobre jóvenes y adolescentes, y detalla que “dichos agentes, durante
la mayoría de los episodios, llevan puesto pasamontañas”. No obstante, el
abogado aportó imágenes de dos uniformados que actuaron a cara descubierta la
semana pasada durante uno de los operativos denunciados. Y solicitó que “se
cotejen las fotografías aportadas con la de los legajos del personal de la
fuerza correspondiente a fin de identificar a dichos agentes”.
Grabois sostiene en el escrito que “la
existencia de una banda o asociación de personas y funcionarios con fines
delictivos”, está vinculada con una denuncia previa que realizó, que se
encuentra en trámite en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 12, “por otros
hechos del mismo tenor”.
En esa causa, la denuncia apuntó contra el
secretario de Seguridad del municipio, Diego Kravetz, su subsecretario, el ex
comisario Daniel Villoldo y funcionarios policiales. Según denunció el letrado,
un grupo parapolicial secuestró, amedrentó y extorsionó a un niño de 11 años
para que se presentara en el programa Periodismo para Todos (PPT) y se
incriminara de varios delitos, entre ellos un homicidio. El programa que luego
se emitió por Canal 13, el 16 de julio, cosechó denuncias contra los
funcionarios y policías, y pedidos de interpelación en la Legislatura local y
provincial que las bancadas mayoritarias del oficialismo trabaron.
El referente de la mesa promotora de la Cetep e
integrante del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) Nicolás Caropresi
contó a PáginaI12 que “las fotos aportadas a la causa fueron tomadas de un
video grabado la semana pasada durante un operativo cuando la policía golpeaba
al hijo de una compañera. En los barrios, donde hacen sentir su presencia, los
vecinos los llama el ‘Escuadrón negro’ porque andan todos vestidos de negro,
algunos con pasamontañas, otros con pañuelos que sólo dejan sus ojos al
descubierto. Es el escuadrón del miedo”, advirtió Caropresi.
“Circulan sin ninguna identificación –continuó
el dirigente del MTE– y siempre con el mismo modus operandi. Van de a dos en
las motos, el de atrás, parado en los pedalines apuntando con la escopeta.
Verduguean a los pibes, pegan culatazos y muelen a golpes sin discriminar niños
ni mujeres. Actúan con una violencia inusitada y muchos vecinos nos llaman con
preocupación por la situación. La gente no reniega de la presencia policial
sino de éste escuadrón que está haciendo terrorismo en los barrios con la
excusa de perseguir delincuentes”, remarcó.
Desde las oficinas de Atajo, el organismo
público encargado de acercar la justicia a los barrios marginales, confirmaron
la denuncia que trasladaron a la Fiscalía General de Lomas de Zamora para que
determine si se abre una causa nueva o se acumula con la denuncia previa
presentada por Grabois. También informaron que el abogado, en su momento,
aportará más pruebas y datos.
Las denuncias por las políticas de seguridad
aplicadas en el distrito gobernado por el intendente de Cambiemos, Néstor
Grindetti, no son nuevas, como no lo son, tampoco, las que apuntan a sus
funcionarios del área.
En mayo, la dirigente de Cambiemos Elisa Carrió
denunció que había un entramado judicial, político y policial que amparaba los
negocios alrededor de la feria de la Salada. En ese contexto, donde implicó a
las administraciones de Lanús y Lomas de Zamora, la diputada señaló que
Grindetti “posee entre sus allegados a la función pública y funcionarios
personas ampliamente conocidas en la zona, no precisamente por méritos, sino
por antecedentes cuestionables y aún delictivos”.
La dirigente oficialista también le apuntó a
Villoldo, y sostuvo que “se lo vincula insistentemente con la explotación de
prostíbulos. Tal vinculación no se encuentra acreditada en ninguna
investigación judicial; aunque tan cierto como eso es que el nombrado contaría
con cobertura judicial. Sus relaciones con piratas del asfalto y dueños de
boliches en Infracción (Bailable Kla-A) son secreto a voces en Lanús”.
Sin embargo, Villoldo, que en diciembre de 2015
fue nombrado por Grindetti a cargo de la Subsecretaría de Videovigilancia,
Sistemas y Comunicaciones, y 41 días después ascendido a Subsecretario de
Seguridad, sigue en su puesto sin dar explicaciones sobre las denuncias de la
diputada.
Entre las actuaciones policiales de este año más
recordadas, y no para bien, por los vecinos del distrito, está la represión a
un comedor comunitario. En marzo pasado, policías municipales realizaban un
operativo afuera del comedor Cartoneritos, del MTE, en Villa Caraza, donde
había madres y niños. Con la excusa de que perseguían a un hombre los policías
irrumpieron en el local con disparos de balas de goma y arrojando gas pimienta
a los chicos que aguardaban la vianda de comida que reciben a diario. Tras la
represión, Grabois denunció que los policías detuvieron a dos jóvenes, uno de
17 años y otro de 24, a los que “los sacaron en patrulleros distintos y para
torturarlos. Los metieron en los patrulleros y los hicieron girar durante dos
horas y media” y, durante ese tiempo, “los bajaban, los cagaban a palos, los
subían y volvían a bajar para golpearlos otra vez”.
Fuente: Página 12
