por Mariana Escalada & Agustin Ronconi
El periodista Juán Alonso y Agencia Cadena del
Sur revelaron un video que obra en la causa de Santiago Maldonado en el que
claramente pueden verse huellas del vehículo Unimog y un grupo de 5 gendarmes
que regresa del río porando palos mientras que dos de ellos tienen trapos con
manchas rojas en sus manos, un bolso y lo que aparenta ser una gorra clara.
La información fue dada a conocer por Alonso
desde su cuenta de Twitter, y comprende: un video tomado por el gendarme Roldán
con su teléfono celular, que luego fuera incautado por la justicia, y una serie
de fotos del grupo de gendarmes.
Desde El Disenso aclaramos digitalmente el
material original y lo compartimos con nuestros lectores:
El video inédito grabado por el gendarme Roldán
Fuente: El disenso "SE RATIFICA LA IDEA DE QUE EL GOBIERNO CONSPIRÓ JUNTO A GENDARMERÍA PARA QUE NO SE SUPIERA QUE PASÓ CON SANTIAGO MALDONADO".
LA
TIERRA, LA IRA Y LA VIOLENCIA O LA NUEVA GUERRA DE CLASES
Por Mempo Giardinelli
Como se dijo aquí el lunes pasado, mientras el
país agrario sigue bajo agua y la Patagonia en manos de personas y
corporaciones extranjeras, el principal problema nacional sigue oculto y las
tierras de los pueblos originarios que reclaman más de 8 millones de hectáreas
sin títulos de propiedad pueden ser parte del infierno que viene.
La ley 26.160, que suspendió los desalojos a
comunidades indígenas, se vino prorrogando argentinamente hasta que ahora la
tragedia de Santiago Maldonado puso la cuestión sobre el tapete resbaladizo que
es hoy este país, donde se incuba la violencia feroz para la que se están
preparando los tipos que hoy gobiernan.
Y lo cual se explica con la sencilla ecuación de
la socióloga Monique Pinçon-Charlot, del Centro Nacional de Investigaciones
Científicas de Francia: “El que siembra ira, cosecha violencia”. Que es lo que
hacen el macri-radicalismo y la derecha neoliberalizada.
La 26.160 caducará en noviembre pero nada indica
que el Congreso resolverá la cuestión. Y mientras el imbecilario nacional crece
en boca de hijos y nietos de inmigrantes que pronuncian estupideces sobre la
“argentinidad” de los mapuches, hay que decir que tan cretina verborrea expresa
el verdadero pensamiento (es un decir, pensamiento) del gobierno actual.
Curiosamente, y coherentemente, el medio que más
se ocupa de esto es el diario La Nación. Que ayer domingo tituló: “Hay más de
200 conflictos con comunidades aborígenes en el país”.
Con Amnistía Internacional como fuente, ese
diario señaló como motivos “la expansión agrícola y minera, la venta de tierras
y la mayor conciencia indígena”. Y reconoció lo que esta columna viene
advirtiendo: que la desaparición de Santiago Maldonado y los reclamos
territoriales mapuches han recolocado la problemática indígena como cuestión
central de este país cuyas burguesías se ufanan de ser blancas y europeas.
Son 225 los conflictos territoriales, y en 20 de
ellos la “intervención violenta de las fuerzas de seguridad dejó un saldo de
muertos, heridos y hasta desaparecidos aborígenes, más allá del caso
Maldonado”. Impresionante periodisticidio, desde luego, que todavía añade que
los conflictos “aumentaron con los años producto de la expansión de la frontera
agrícola, el incremento de los emprendimientos de extracción de los recursos
naturales y la venta de tierras a extranjeros”. Y aunque culpa indirectamente
de todo ello al reconocimiento a los derechos de los pueblos indígenas
contemplado en el artículo 75 inciso 17 de la Constitución de 1994, reconoce
que “el mayor conocimiento de las propias comunidades de sus propios derechos”
generó “una mayor tendencia a iniciar acciones legales y visibilizar sus
conflictos con el apoyo de organizaciones”.
Las provincias con más conflictos son,
curiosamente, Buenos Aires (30 casos) y Misiones (24 casos), seguidas de Salta
(también 24), Neuquén (23), Formosa (22), Jujuy (19), Chubut y Río Negro con
15, y Chaco, con 10. De todas ellas, 25 situaciones son catalogadas como
“violentas”, es decir que hubo intervención de las fuerzas de seguridad.
La Nación cita a Mariela Belski, directora
ejecutiva de Amnesty International Argentina, para quien “lamentablemente, la
única manera que tienen las comunidades de que les reconozcan las tierras es
con cortes de rutas, y eso genera una situación de criminalización muy grande”.
Como fuere,
los grandes detonantes son siempre las ventas de tierras rurales a nacionales y
extranjeros que van corriendo –expulsando– a las comunidades de sus tierras.
Según datos de Amnesty, en 2003 había 12 millones de hectáreas de soja
transgénica, que hoy ya son casi 22 millones. En 2000 existían 40
emprendimientos mineros en la Argentina, y hoy hay más de 800.
Eso explica que los conflictos más violentos se
concentren en Salta y Jujuy (donde están las mayores reservas de litio del
mundo y cuya explotación está en marcha) así como sucede en la Patagonia con
Vaca Muerta y el potencial turístico cada vez más en manos de potentados
extranjeros amigos de Macri. Y de los que un informe del Registro Nacional de
Tierras Rurales ya en 2015 señalaba que tenían casi 16 millones de hectáreas,
es decir, casi el 6 por ciento de la superficie rural argentina. Y el doble de
lo que demandan hoy todas las comunidades originarias.
Dijo Pinçon-Charlot hace muy poco, justo antes
de las elecciones francesas: “Trump, Fillon, Le Pen y Macron son los
representantes del sistema capitalista en su fase neoliberal. Esta oligarquía
para durar tiene que construir falsas alternancias. Los multimillonarios están
en el poder. Para ellos, la única cosa que cuenta es que la oligarquía siga
concentrando todas las riquezas y todos los poderes. Es una guerra de clases de
los más ricos contra los pueblos”.
Cabe pensar entonces que si estos tipos siembran
ira para cosechar violencia, es porque, esencialmente, más allá del fraude que
preparan para octubre, saben que sólo mediante la violencia podrán sostenerse.
Bueno saberlo nosotros también, para
denunciarlos con dureza y salvaguardar la paz.
Fuente: La Barraca
Lo cubriste para que zafe de un quilombo grande
Tu jefe de gabinete, todos lo vimos
Pasó a saludar en Chubut, eso vos declaraste.
No, pretendas que yo crea esa parte
Porque es la represión que te gusta
No sos la de antes
Una trampa mortal que vos misma creaste
Y te van a soltar esa mano que tanto anhelaste
Montonera, ahora sos policía, que loca es la
vida
Ay ay ay ay amor, amor
Vos sí que cambiaste
ay ay ay ay amor, amor
De bando pasaste
Y cuando yo marché, vos te infiltraste
Te pusiste capucha y pasaste por manifestante
Ay che agente tarado, no disimulaste
Se te vieron los hilos, servicio, qué mal que
quedaste
No, pretendas que yo pueda respetarte
Si hasta a los jubilados cuando pudiste
ajustaste
De ese 13% no se olvida nadie
Y yo voy a esperar tu renuncia aunque llegue tarde
Ay ay ay ay amor, amor
Vos sí que cambiaste
ay ay ay ay amor
De bando pasaste