"Situarte en 8000 casos es suprimir la
dimensión clandestina e ilegal de la represión. Es la lógica perversa de la
dictadura: '¿Te enteraste de 8000?, ¿pudiste probar 8000?, entonces hay
8000'"
La represión fue clandestina y fue ilegal, no
pasó por ningún sistema judicial, fue tan clandestina como los centros
clandestinos de represión y de tortura. Y la cifra de 30.000 expresa que no
sabemos exactamente cuántos fueron porque el Estado ilegal, que reprimió
clandestinamente, no abre los archivos, no da la información de dónde están los
desaparecidos ni la información de dónde están los nietos secuestrados.”
La desarrolló el escritor Martín Kohan en un
programa de radio. Tan contundente fue que la conductora, Romina Manguel,
confesó: “Es la primera vez que lo entiendo”.
Estas fueron parte de las palabras de Kohan.
Debajo se puede escuchar también el audio:
AUDIO
http://radiocut.fm/audiocut/martin-kohan-sobre-la-cifra-de-30000-desaprecidos/
En fechas como la de ayer, pero también en otras
ocasiones, sectores políticos que buscan relativizar el horror de la última
dictadura eligen como vía el cuestionamiento a la cifra de 30.000
desaparecidos. Algunos como provocación, e incluso también ciudadanos honestos
con buena intención, se preguntan: ¿si hay 8000 casos comprobados, por qué se
sigue hablando de 30.000?
Más allá del reconocimiento de la propia
dictadura, que hasta 1978 ya admitía que llevaba desaparecidas 22.000 personas,
hay una razón más de fondo por la cual aquella estimación inicial de 30.000
continúa siendo la correcta.
En diálogo con Romina Manguel en el programa Va
de vuelta, que se emite por Radio Nacional, el escritor Martín Kohan explicó
las razones por las cuales permanece por el momento inamovible. Tan buena fue
su exposición, que la conductora confesó: “Es la primera vez que lo entiendo”.
“La discusión no es entre 8000 casos probados y
30.000 casos no probados. A mi criterio, lo que la cifra 30.000 expresa es que
no hay pruebas porque el Estado no da la información respecto de lo que pasó.
La represión fue clandestina y fue ilegal, no pasó por ningún sistema judicial,
fue tan clandestina como los centros clandestinos de represión y de tortura. Y
la cifra de 30.000 expresa que no sabemos exactamente cuántos fueron porque el
Estado ilegal, que reprimió clandestinamente, no abre los archivos, no da la
información de dónde están los desaparecidos ni la información de dónde están
los nietos secuestrados.”
“Situarte en 8000 casos es suprimir la dimensión
clandestina e ilegal de la represión. Es la lógica perversa de la dictadura:
‘¿Te enteraste de 8000?, ¿pudiste probar 8000?, entonces hay 8000′”
“Entonces la cifra total de desaparecidos hay
que postularla, no probarla en términos de una prueba de comprobación empírica.
No hay comprobacion empírica porque la represión fue clandestina. Situarte en
8000 casos es suprimir la dimensión clandestina e ilegal de la represión. Como
si contáramos con toda la información. Es entrar en la lógica perversa de la
dictadura que es ‘¿te enteraste de 8000?, ¿pudiste probar 8000?, entonces hay
8000’. No, pude probar 8000 y sabemos que hay miedo a denunciar, miedo a
represalias”.
“Se postula una cifra a partir de la estimación
de los casos no denunciados, porque mucha gente no se anima a hacer la denuncia
por miedo. Todavía hay razones para temer. Julio López fue desaparecido en
plena democracia, con una democracia relativamente consolidada”.
“Entonces existe la necesidad histórica y
política de estimar una cifra, de correrse de la lógica de la verificación,
porque al que le toca hacer esa verificación es el Estado. El Estado es el que
tiene que informar a cuántos asesinó y dónde están sus cuerpos, a cuántos bebés
robó y dónde están ahora. El Estado tiene que informar. La dictadura nunca
reveló sus archivos”.
“A esa clandestinidad de la represión, a ese
cinismo macabro de no revelar dónde estaban los cuerpos de los desaparecidos y
tener a los familiares buscando en muchos casos hasta hoy, al hecho macabro de
que los secuestros producidos en aquel momento siguen siendo secuestros porque
sigue habiendo hijos de desaparecidos que no sabemos dónde ni en manos de quién
están, al hecho macabro de no dar esa información se responde con la cifra
30.000, que es justamente la denuncia expresa de que la información fehaciente
no la tenemos, y no la tenemos por el carácter criminal y clandestino de la
dictadura. El que ajusta de 30.000 a 8000, o la sola apertura de esa discusión,
en estos términos, incurre a mi criterio en una canallada”.
Fuente: Nac&Pop