Resumen Latinoamericano/3 de Marzo 2017 .- Qué
ha cambiado (y qué no) a un año del asesinato/EE.UU. continúa prestando ayuda a
Honduras por asesinato de Berta …
El brutal asesinato de Berta Cáceres da un giro
inesperado tras este descubrimiento
Una investigación descubre nuevos detalles de su
terrible muerte
El asesinato de la activista hondureña Berta
Cáceres hace un año fue una ejecución extrajudicial planeada por militares de
inteligencia conectados con las tropas especiales entrenadas por los Estados
Unidos.
Al menos eso es lo que señalan los documentos
judiciales publicados este martes por The Guardian tras una investigación.
En teoría, Berta estaba bajo protección del
estado cuando fue asesinada en marzo del año pasado, pero la identidad de
algunos de los ocho arrestados por la muerte de la ganadora del premio Goldman
de defensa de medio ambiente en 2015 apuntan en otra dirección.
Uno de ellos, Mariano Díaz, era un reconocido
veterano de las fuerzas especiales y jefe de inteligencia del ejército que, en
el momento del asesinato, esperaba un aumento a teniente-coronel.
Tanto Díaz como su compañero y también
sospechoso Douglas Giovanny Bustillo habían recibido entrenamiento militar en
los Estados Unidos.
El tercer sospechoso, Henry Javier Hernández, es
un ex francotirador de las fuerzas especiales que había trabajado junto a Díaz.
Ambos visitaron varias veces la localidad donde vivía Berta pocas semanas antes
de lo sucedido.
“El asesinato de Berta Cáceres tiene todas las
características de una operación bien planeada por la inteligencia militar,
donde es habitual contratar a civiles como asesinos”, dijo a The Guardian una
fuente anónima de la investigación, que además calificó como “inconcebible” la
posibilidad de que el asesinato de una figura pública como ella no se diera con
la autorización de algún alto cargo militar.
“Bertita, no te vayas”
Berta Cáceres recibió tres disparos en el
abdomen el 3 de marzo de 2016, tan sólo una semana después de recibir amenazas
por oponerse a una hidroeléctrica.
Estaba en su casa, en el municipio de La
Esperanza, y tenía como invitado al activista mexicano Gustavo Castro, al que
por milímetros no le alcanzó otro disparo. Fue él quien la encontró, aún con
vida, tendida en el suelo. “Yo le decía: ‘Bertita, no te vayas’. No duró más de
un minuto”, contó a PlayGround en octubre del pasado año.
Índigena y defensora del medio ambiente, Cáceres
fue la líder de la resistencia lenca contra los proyectos hidroeléctricos y
mineros de su país, que se multiplicaron después del golpe de Estado que sufrió
el presidente Zelaya en 2009.
Desde entonces, crecieron también las presiones
a Berta, que se oponía a las obras de licencia pública ilegales de obras en
ecosistemas sin ningún tipo de estudios de impacto previo. Con los gobiernos
sucesivos a Zelaya, 111 concesiones fueron aprobadas.
Entre ellas, una hidroeléctrica que debía de ser
construída en el río Gualcarq“No solo acusamos a los accionistas de la empresa
a nivel nacional, sino a la banca internacional que financia este proyecto
sabiendo todas las muertes que ha implicado. Mi mamá es el sexto asesinato
alrededor de Agua Zarca. Después de ella ha habido otra persona más y hace unos
días han intentado asesinar al presidente del COPINH y a otro dirigente de otro
departamento”, dijo el pasado año a PlayGround la hija de Berta, Olivia Zúñiga
Cáceres.
Qué ha cambiado (y qué no) a un año del
asesinato en Honduras de la ambientalista Berta Cáceres que conmocionó a
América Latina
Jaime Campoamor BBC Mundo
Derechos de autor de la imagen Steve Fisch Image
caption Cáceres encabezó la campaña contra la presa hidroeléctrica Agua Zarca.
“Ha sido un año bien difícil por la impunidad de
la justicia hondureña”, le dice a BBC Mundo Berta Zúñiga Cáceres.
Ella es hija de la activista ambiental Berta
Cáceres, asesinada hace exactamente un año en Honduras, en un caso que no sólo
conmocionó a Honduras, sino también al resto del mundo.
La noche del 3 de marzo de 2016, cuatro personas
entraron en la casa que tenía en La Esperanza, en el oeste del país, y
dispararon contra ella y contra Gustavo Castro, un activista mexicano amigo de
Cáceres que dormía en la habitación contigua aquella noche.
Cáceres murió y Castro, el único testigo del
asesinato, quedó malherido.
La activista encabezaba una campaña contra la
presa hidroeléctrica Agua Zarca, en el río Gualcarque, alertando sobre el
impacto ambiental del proyecto.
En abril de 2015, su lucha le valió a Cáceres el
Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas
de medio ambiente.
Cuando se cumple el primer aniversario de la
desaparición de la dirigente hondureña, BBC Mundo analiza en 4 preguntas lo que
cambiado y sigue igual a un año de la muerte de Cáceres, un caso que la
justicia aún no ha resuelto.
1. ¿Cuál es el estado de la investigación?
La muerte de Cáceres no pilló por sorpresa ni a
su familia ni a la sociedad hondureña.
Conocida por su activismo en contra de proyectos
hidroeléctricos y mineros en territorios indígenas, Cáceres había denunciado
previamente las amenazas que estaba sufriendo.
“Me siguen, amenazan con matarme, con
secuestrarme, amenazan a mi familia”, escribió Cáceres en el informe 2015 de la
organización Global Witness, que nombró a Honduras el país más peligroso para
el activismo ambiental.
La persecución que sufrió Cáceres fue
consecuencia de su campaña contra la presa hidroeléctrica Agua Zarca, en el río
Gualcarque, situado a unos 200 kilómetros al noroeste de la capital del país,
Tegucigalpa.
En septiembre de 2013, Cáceres fue acusada de
provocar daños a la empresa Desarrollos Energéticos (DESA), responsable del
proyecto.
Desde entonces su vida peligraba.
“Berta puso 30 denuncias en el Ministerio
Público antes de morir. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
tenía conocimiento de todas estas denuncias”, explicaba hace un año Tomás
Gómez, sustituto de Cáceres al frente del Consejo Cívico de Organizaciones
Populares e Indígenas de Honduras (Copinh).
A pesar de que en 2015 fue reconocida con el
prestigioso Premio Goldman, concedido a defensores de la naturaleza y el medio
ambiente, el gobierno hondureño falló a la hora de protegerla.
Y es que en el momento de su muerte, Cáceres
gozaba de la protección de las autoridades tras las medidas cautelares dictadas
por la CIDH.
“El trágico asesinato de Berta demuestra el
deplorable estado de los derechos humanos en Honduras. El mensaje es claro: si
tu labor de derechos humanos molesta a los que tienen el poder, te matarán”,
asegura en un comunicado publicado hace unos días Erika Guevara-Rosas,
directora para las Américas de Amnistía Internacional.
“La investigación del asesinato de Berta muestra
la falta de interés de las autoridades de Honduras en que se haga justicia”.
Aunque en su momento Ricardo Castro, director de
la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) de Honduras, confirmó que
el activismo de Cáceres fue el motivo de su ejecución, el caso sigue sin
resolverse.
“Ha sido un año bien difícil por la impunidad de
la justicia hondureña. Hasta el momento hay 8 personas que fueron detenidas en
procesos bien irregulares”, confirma Berta Zúñiga Cáceres.
Según la joven de 26 años, las detenciones se
realizaron para acallar la presión internacional.
El diario británico The Guardian publicó el
martes un artículo que apuntaba a altas esferas políticas y militares de
Honduras y Estados Unidos como instigadoras del asesinato de Cáceres.
“Fue un crimen de Estado”, denuncia la hija de
la activista.
El periódico cita una fuente legal anónima que
habría filtrado documentos de la investigación, y que asegura que el asesinato
de Cáceres presenta todas las características de una operación diseñada por la
inteligencia militar.
De hecho, de entre los 8 detenidos hasta el
momento en el marco de la investigación hay varios militares y exmilitares
hondureños.
Entre ellos figuran Mariano Díaz Chávez, mayor
del ejército y veterano de las fuerzas especiales, y Douglas Giovanny Bustillo,
lugarteniente retirado del ejército y exjefe de seguridad de DESA entre 2013 y
2015.
Además, el presidente de DESA, Roberto David
Castillo Mejía, es un antiguo oficial de inteligencia militar y su secretario,
Roberto Pacheco Reyes, fue ministro de Gobernación y Justicia de Honduras,
recuerda el diario.
Las revelaciones publicadas por el periódico
británico no sorprenden a la hija de Cáceres.
“Seguro que muchos de ellos saldrán en libertad
pronto. Además de que no se sabe nada de los autores intelectuales del
asesinato, seguro que habrá impunidad total para los autores materiales de la
muerte de mi madre”, lamenta Berta Zúñiga Cáceres.
2. ¿Qué pasó con la organización de Cáceres?
“Berta nos enseñó a luchar, a tener sentido
común. Berta nunca se doblegó, ni se dejó vencer. Nosotros tampoco nos vamos a
doblegar”.
Con estas palabras recuerda a la activista Tomás
Gómez, coordinador general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e
Indígenas de Honduras (Copihn), organización a la que también pertenecía
Cáceres.
Con motivo del primer aniversario del asesinato
de la activista medioambiental hondureña, la entidad organizó las jornadas
“Berta Vive, Copinh Sigue” en La Esperanza, en el departamento hondureño de
Intibucá, en las que participaron dirigentes y delegados de 6 pueblos indígenas.
Además de recordar a la dirigente lenca Berta
Berta Cáceres, el objetivo de las jornadas era discutir sobre el Convenio 169
de la Organización Internacional del Trabajo, un mecanismo democrático que
obliga a los Estados a realizar consultas antes de tomar decisiones que afecten
los derechos de los pueblos indígenas.
“Queremos que se respete el tema de la consulta
previa, libre e informada -una exigencia del Convenio 169 de la OIT-, y vamos a
posicionarnos como pueblos indígenas. El Estado no puede aprobar leyes a
espaldas de los pueblos”, dijo Tomás Gómez, coordinador del Copinh.
Por eso luchaba Berta Cáceres antes de ser
asesinada.
“La propuesta que presentamos hace un año quedó
engavetada en el Congreso Nacional”, dijo Miriam Miranda, coordinadora de la
Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), durante su intervención en
las jornadas.
“Berta fue parte del proceso de construcción del
proyecto de ley sobre la Consulta. Es increíble ver cómo, a un año de su
asesinato, aún no se han capturado ni a los autores intelectuales del crimen,
ni se ha cerrado la empresa DESA ni su proyecto de muerte Agua Zarca y no se
está respondiendo a las demandas del Copinh y de la familia de Berta”, concluyó
Miranda.
3. ¿Qué fue del proyecto Agua Zarca?
Aunque, como apunta Miriam Miranda, el proyecto
de Agua Zarca no ha sido cancelado, las obras de construcción de la central
hidroeléctrica quedaron paralizadas tras la muerte de Berta Cáceres.
“La concesión, por el contrario, sigue intacta”,
aclara la hija de la activista.
Tras el golpe de estado de 2009 en Honduras, los
diferentes gobiernos que sucedieron al derrocado presidente Manuel Zelaya han
otorgado 111 para la construcción de hidroeléctricas, tal como señala el medio
digital salvadoreño El Faro.
Estas construcciones, según los ambientalistas,
amenazan la subsistencia de los pobladores de las tierras en las que se
asientan estos proyectos, en su mayoría de origen lenca, ya que necesitan los
ríos para pescar, regar los cultivos y para consumir.
Así, Copinh siempre ha sostenido que Agua Zarca
causa daño a las comunidades indígenas.
Sin embargo, miembros de varias comunidades
delos departamentos de Santa Bárbara e Intibucádemandan la reactivación del
proyecto.
Copinh ha “satanizado” el proyecto de Agua Zarca,
asegura el presidente del Consejo de Gestión y Desarrollo del Sur de Santa
Bárbara, José Héctor García.
Según el dirigente, una de las razones es que
generaba cerca de 4.000 empleos.
De las 11 comunidades beneficiadas, “sólo la
mitad de una está en contra de la hidroeléctrica”, añade.
Tras el asesinato de Cáceres, el Banco Holandés
de Desarrollo (FMO) -una de las instituciones que financia Agua Zarca- invitó a
cuatro expertos internacionales para que revisaran el proyecto.
El informe resultante ratifica la violencia
sufrida por las comunidades durante estos años, pero advierte que “sin el
proyecto, estas comunidades han experimentado una recesión significativa”.
Además, “si el Estado no toma la iniciativa para
invertir en proyectos de desarrollo en la zona, el resultado seguirá siendo la
marginación y el abandono de estas comunidades”, concluye el informe.
La hija de Cáceres, por su parte, exige “la
salida inmediata y definitiva de los financiadores de este proyecto de muerte”.
4. ¿Qué dice la familia de Berta Cáceres a un
año de su muerte?
Desde que murió Berta Cáceres su familia no ha
dejado de luchar porque se esclarezca el asesinato.
“La familia lo único que exigimos es justicia”,
le dice a BBC Mundo su hija Berta Zúñiga Cáceres.
Ella lamenta la falta de apoyo mostrada por el
gobierno hondureño y denuncia la“escasa información“ que dice han recibido por
parte de las autoridades.
Convencida de la implicación del ejército en la
muerte de la activista, asegura que, aunque esto logre demostrarse, “el Estado
jamás admitirá su responsabilidad en el asesinato” de su madre.
Por último, recuerda que la principal motivación
de Cáceres era “la lucha contra el racismo y la exclusión”.
“Era una mujer exigente que siempre tenía
presentes sus orígenes y que siempre nos exigió que no fuéramos indiferentes a
la lucha indígena”.
LOS DETENIDOS
De los ocho detenidos acusados de haber
participado en el asesinato de la activista lenca, tres son militares o
exmilitares y cinco civiles:
Mariano Díaz Chávez, mayor del ejército y veterano de las fuerzas
especiales
Douglas Giovanny Bustillo, lugarteniente retirado del ejército y exjefe
de seguridad de la empresa Desarrollos Energéticos (DESA) entre 2013 y 2015
Henry
Javier Hernández Rodríguez(foto), sargento y francotirador de las fuerzas
especiales. Investigadores sospechan que siguió trabajando como informante para
los servicios de inteligencia hondureños después de dejar el ejército, en 2013
Sergio Rodríguez Orellana, gerente del área social, ambiental y
comunicaciones de DESA
Edilson Atilio Duarte, autor material del crimen
Emerson Eusebio Duarte, hermano gemelo de Edilson. Las autoridades
hondureñas le decomisaron el revólver del calibre 38 con el que habría sido
asesinada Berta Cáceres
Óscar
Aroldo Torres Velásquez, acusado de participar en el asesinato de Berta Cáceres
y en el intento de asesinato de Gustavo Castro
Elvin
Rápalo Orellana, el portavoz del Ministerio Público, Carlos Morazán, aseguró en
el momento de su detención (septiembre de 2016) que Rápalo Orellana fue
detenido como “coautor” del asesinato de Cáceres y que fue quien supuestamente
disparó contra el mexicano Gustavo Castro
EE.UU. continúa prestando ayuda a Honduras por
asesinato de Berta Cáceres
3 mar
2017/ Terra
Estados
Unidos continúa ayudando a Honduras en el caso de la ambientalista Berta
Cáceres, quien fue asesinada el 3 de marzo de 2016 en la ciudad de La
Esperanza, en el occidente del país, donde vivía, informó hoy una fuente
oficial.
“El personal de la Embajada de los Estados
Unidos continúa prestando asistencia técnica a los funcionarios del Ministerio
Público que dirigen la investigación, como lo han hecho desde el principio”,
indico la legación diplomática en un comunicado.
Señaló, además, que Estados Unidos se enfoca
ampliamente en apoyar los esfuerzos de Honduras para enfrentar la impunidad,
fortalecer la sociedad civil y crear condiciones que proporcionen seguridad y
una amplia prosperidad económica para los hondureños.
“Por ejemplo, en enero, la Embajada de los
Estados Unidos anunció un importante apoyo para fortalecer el mecanismo de
protección de defensores de derechos humanos, periodistas y otras personas en
riesgo”, subraya la información oficial.
El país del norte también “se mantiene
comprometido a ayudar a los hondureños a construir un futuro en el que se
resuelvan las causas subyacentes de la impunidad, y en la que los culpables
enfrenten la justicia por sus acciones”.
“Junto con su firme activismo, no podría haber
un legado más duradero e importante para Berta Cáceres que eso”, subraya la
declaración de la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, que además
calificó como “brutal asesinato” la muerte de Cáceres.
La vida de Berta Cáceres “como activista y su
trabajo en favor de las comunidades indígenas y el medioambiente tuvieron un
impacto a nivel global, y expresamos de nuevo nuestras más sinceras
condolencias a su familia, amigos y colegas en este triste aniversario”, indicó
la misión diplomática.
Por el asesinato de Berta Cáceres han sido
detenidas hasta ahora ocho personas y la investigación hondureña sobre su
muerte permanece abierta con dos sospechosos detenidos en los últimos dos
meses, recordó la Embajada.
Cáceres, quien además era coordinadora general
del Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), se
oponía a un proyecto hidroeléctrico en el occidente de su país porque
consideraba que atentaba contra el ambiente, lo que rechazan ejecutivos de la
empresa que lo desarrollaba.
El proyecto, concebido para generar 17
megavatios, pero que después se amplió a 21, al parecer sin haberle notificado
a las comunidades afectadas, está paralizado desde el asesinato de la
ambientalista hondureña, cuya muerte tuvo repercusión a nivel nacional e
internacional.EFE
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