Por Andrés Toledo | 4 de febrero de 2017
La familia materna del Presidente vendió por 800
mil dólares un lote de doce hectáreas cercano a Tandil a una empresa a la que
el Gobierno Nacional le adjudicó la construcción de una central eléctrica en
esa localidad. Se trata de MSU, una compañía agrícola de la familia
Uribelarrea, que ahora se instalará en la estancia de los Blanco Villegas, pese
a la protesta de los vecinos. La empresa agrícola, sin ningún antecedente en el
área, ganó en el mismo año la licitación para la construcción de otras dos
centrales termoeléctricas.
En julio de 2016, en medio del conflicto por el
aumento de tarifas y la baja de impuestos para los ricos, el Ministerio de Energía
y Minería licitó la construcción de centrales termoeléctricas en todo el país.
El plan supuestamente buscaba remediar el déficit energético y aumentar la
producción de energía eléctrica, pero venía con sorpresa.
La licitación, que fue canalizada por CammeSA
(Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista. S.A.), y contó con la
participación de inversores provenientes de empresas vinculados al rubro
(Genneia, Pampa, Albanesi o YPF). Una flamante empresa, cuya experiencia en el
área es nula, fue la sorpresa: la agrícola MSU –que creó la subsidiaria MSU
Energy– y tiene como dueño al titular de las iniciales: Manuel Santos
Uribelarrea (padre); su hijo Jr., de igual nombre, es el CEO de la empresa. MSU
fue la adjudicataria a lo largo del año pasado de tres centrales
termoeléctricas que funcionarán en General Rojo (San Rafael), Villa María
(Córdoba) y Tandil (Buenos Aires).
El 8 de noviembre de 2016 desde Casa Rosada se
anunció un encuentro entre el presidente Mauricio Macri, acompañado por el ministro
de Producción, Francisco Cabrera, y el director de la Agencia Nacional de
Inversiones, Juan Procaccini, y los Uribelarrea padre e hijo junto al directivo
de MSU Guillermo Marseillan.
En el encuentro se anunció la construcción de
las tres centrales termoeléctricas por una inversión total de 450 millones de
dólares y se informó que en total generarán 450 megavatios, que se unirán a la
red Interconectada Nacional. En un día de verano el país gasta unos 25.000
megavatios.
La central de General Rojo ya fue construida y
está pronta a iniciar sus actividades -pese a las enormes quejas de vecinos y
especialistas en salud y ambiente–. Las otras dos, que se erigen en Villa María
y en Tandil, fueron anunciadas para noviembre y diciembre.
De Tandil al campo de los Macri
Luego de la presión de concejales del FPV,
medios locales y los propios vecinos, que reclamaban estudios del impacto
ambiental que podría ocasionar la instalación de la planta, la termoeléctrica
que iba a funcionar en Tandil esquivó los controles comunales y se instaló a
una estancia ubicada entre Villa Cacique Barker y Benito Juárez, a 12
kilómetros de la localidad de María Ignacia Vela.
El lote donde se va a instalar la termoeléctrica
pertenecía a la familia Blanco Villegas, cuya matriarca es la madre del
Presidente Macri. Se trata de un predio de doce hectáreas ubicado en un campo
que lleva el nombre de “Santa Rita” y es un desprendimiento de una estancia que
cuenta con más de mil hectáreas. El lugar tiene un sistema de riego incorporado
y gran afluencia de agua (detalle no menor para el desarrollo de una central de
estas características), pero aún así los 800 mil dólares pagados superan por
mucho el valor de mercado (aún considerando las mejoras). El monto pagado fue
publicado por La Opinión de Tandil, que además informó que la empresa
Cabalgando S.A., dirigida por Luciana Blanco Villegas (prima de Mauricio Macri)
y propiedad de Graciela Quintans (tía de Mauricio), fue la que vendió el
predio.
El Presidente nació en Tandil, donde vivió en la
estancia La Carlota junto a su madre, Alicia Blanco Villegas. Su tío Jorge fue
incorporado por Franco Macri al esquema de negocios de SOCMA, generando una
alianza clásica de empresariado concentrado y terratenientes. Luego se
distanció y fue central en la educación y los negocios para Mauricio. Fue
gerente de Socma y llevó adelante con Mauricio las negociaciones con la Fiat
para ser sus representantes en la Argentina.
Blanco Villegas se peleó con Franco Macri por
estas operaciones, pero siguió siendo el tío dilecto de Mauricio. Cuando murió,
el año pasado, su fortuna se dividió entre su mujer y sus hijos.
Representantes zonales de la compra-venta rural,
aseguran que originalmente el predio le perteneció a la familia Elisondo, luego
fue vendido a otro particular, y finalmente fue adquirida hace años por la
familia presidencial.
La familia del presidente vendió sus tierras a
la empresa que pretende saquear al estado sin preservar ningún tipo de cuidado
ambiental. Esta decisión fue sorpresiva incluso para los propios funcionarios
locales que apoyaban la instalación de la central.
Del campo a la “Energy”
La empresa MSU no tiene ningún antecedente en el
rubro energético, ya que históricamente se caracterizó por ser una de las
empresas tradicionales en producción agropecuaria de la Argentina. Posee campos
propios dentro de el país; y tiene un fuerte peso en Brasil, Uruguay, Paraguay,
e incluso en Ucrania donde comenzó a instalarse desde hace algunos años.
En 2008 la empresa sembraba entre campos
arrendados y propios 121.500 hectáreas, y obtenía una producción de 480.000
toneladas de los principales granos (soja, maíz, trigo, girasol, cebada y
algodón). Además, tenía un anclaje ganadero de 10.000 cabezas con un rodeo
bovino a ciclo completo. Desde entonces y hasta la actualidad, la compañía
logró no sólo mantener sus números sino superarlos hasta en un 700 por ciento,
llegando a las 850.000 hectáreas sembradas y trabajando con una red de 261
empresas contratistas (entre ellas la empresa que administra las hectáreas de
la familia Blanco Villegas), pese al instalado malestar del sector.
Como si esto fuera poco, en Uruguay poseen dos
plantas de acopio dedicados al acondicionamiento de cereal y cuenta también en
nuestro país con una flota de treinta camiones para su logística interna.
La quita de retenciones al agro le dio a la
familia Ulibelarrea una ganancia mucho mayor a la que venía teniendo
anteriormente y mayores motivos para alinearse a la demanda de Nación que les
ofreció una nueva oportunidad para saquear al estado.
“Esta licitación es la primera de varias que van
a venir, tanto en renovables como térmicos. Dentro del parque actual hay una
parte que debe ser renovada y si la economía empieza a funcionar la demanda
estará en crecimiento. Hay necesidad de nueva generación año tras año”,
declaraba hace Ulibelarrea hace unas semanas.
Un negocio redondo
Junto con el anuncio oficial de la nueva
inversión, cercana a los 450 millones de dólares, el Estado oficializó detalles
sobre cuán caro va a salirle al país comprarle energía a la familia
Uribelarrea: el Ministro Juan José Aranguren anunció que les pagará entre
19.900 y 20.900 dólares por cada megavatio mensual, más un reconocimiento de
costos variables.
¿Energías renovables?
Tras el anunciado Año de las Energías
Renovables, el estado apuesta a lo obsoleto y lo peligroso. Pese a que la
información escasea y poco se sabe sobre los riesgos que una central de estas
características puede acarrear, sorprende que el informe espacio ambiental que
debe presentarse para convalidar la instalación de las plantas, no pueda
hacerse desde las respectivas ciudades, sino que dependan por ejemplo, del
Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible, como es el caso de Tandil;
sin que eso implique la participación de distintas Universidades o entes
especializados en el tema.
Las centrales Termoeléctricas comenzaron a
funcionar en 1870 (logrando algunas modificaciones estructurales cerca de
1920). Desde ese entonces y hasta tiempos contemporáneos, la forma de obtención
de energía mediante la utilización de combustibles fósiles como petróleo, gas
natural o carbón no varió en absoluto.
Este tipo de combustión genera como desecho
principal el Dióxido de Carbono, logrando un impacto sumamente nocivo para los
alrededores, y contribuyendo al renombrado “Efecto Invernadero”.
En otras palabras, el anunciado “Año de las
energías renovables” tiene como protagonista a centrales caras, obsoletas y
altamente dañinas que de ninguna manera contribuyen, como se intenta imponer, a
la creación de nuevas alternativas eléctricas.
Ciudades cómplices
Una de las características en común que tienen
General Rojo, Villa María y Tandil es la falta de resistencia que desde los
municipios se dio ante la llegada de estas inversiones. Si recorremos cualquiera
de las ciudades, nos encontramos con intendentes de distintas banderas
políticas –Ismael José Passaglia (FPV), Martín Gill (FPV) y Miguel Ángel Lunghi
(UCR)– que no parecen preocupados por los riesgos posibles que la instalación
de estas plantas pudiera ocasionar en sus municipios.
Colaboraron en esta nota Marcos Aguilera del
Diario online ¨La opinión de Tandil” y los concejales del FPV (Frente para la
Victoria) Corina Alexander y Rogelio Iparraguirre.
La Blanca Madre
Por Gabriela Cerruti | 22 de octubre de 2016
Mauricio es Macri, dijo alguna vez Néstor
Kichner. Pero lo cierto es que también es Blanco Villegas y ése parece ser el
signo de su gobierno: liberal, ultraconservador y ligado a los intereses de la
oligarquía y el campo. Oculta por Jaime Durán Barba para que no reivindique la
dictadura militar o emprenda con su discurso homofóbico y ultraconservador, la
madre del Presidente se coló ayer en las declaraciones públicas y su aparición
hizo temblar al equipo de comunicación de la Casa Rosada.
Mauricio es más Blanco Villegas que Macri.
Lo dice y lo repite el jefe del Clan, Franco,
cuando tiene que explicar lo que lo enamora y lo distancia de su hijo, como lo
enamoró y distancia de Alicia Blanco Villegas, su madre.
Mantener oculta a esa parte de la familia, fue
un arduo trabajo de Jaime Durán Barba desde que se hizo cargo de la imagen
presidencial. Con todo su entramado de corrupción y causas judiciales, Franco es,
al menos, un típico empresario argentino. Los Blanco Villegas son, en cambio,
la oligarquía terrateniente y liberal.
Alicia lo dejó claro en su aparición por el día
de la madre cuando se quejó por la “falta de cultura y estudio” de los
argentinos y retomó la versión de la meritocracia adjudicando los males a la
“falta de amor al trabajo”.
Esa mirada y ese modelo de país es el que formó
ideológicamente al actual presidente. Si Franco le enseñó a pasear por los
despachos oficiales para llevarse bien siempre con los gobiernos de turno, fue
su tío José Blanco Villegas el que marcó su impronta sobre el rol del campo y
su convicción del modelo agroexportador como único futuro para la Argentina.
Los esfuerzos del equipo de comunicación por
tapar este domingo esas declaraciones, recordaron a Marcos Peña lo sucedido en
la campaña electoral del 2007. Cuando Néstor Kirchner lanzó aquel recordado
“Mauricio es Macri” y los embates de la oposición se comenzaron a centrar en la
historia de Franco, Durán Barba sugirió poner en el centro de la escena a la
madre, para desviar las miradas. En la casa de Barrio Parque, organizaron un
almuerzo para definir con ella la estrategia: en menos de diez minutos, Alicia
elogió al dictador Jorge Rafael Videla, arremetió contra los “villeros”, los
pobres, los cartoneros y los homosexuales. “Franco es de izquierda al lado de
los Blanco Villegas”, suele reconocer el propio Peña.
El abrazo público de Alicia por el Día de la
Madre no fue sólo eso. Ocultos por el aparato de propaganda oficial que muestra
a Macri en una permanente foto de hombre con bella mujer y pequeña hija, sin
historia, ni padres, ni hermanos, ni siquiera otros hijos e hijas, los Blanco
Villegas tienen un rol central en la vida del Presidente.
Macri se casó con Juliana Awada en la estancia
La Carlota, en una fiesta donde el anfitrión fue su tío Jorge Blanco Villegas
en contra de la ya histórica pelea con Franco. En el último fin de semana
largo, el presidente volvió a recluirse en Tandil, en las estancias familiares.
Durante los ochenta y noventa, en Tandil, la familia era vecina de la estancia
de Licio Gelli (líder de la organización mafioso-fascista P2) y amigos de su
testaferro, Alberto Vignes (ex canciller de Isabel Perón).
El casamiento con Alicia Blanco Villegas llevó a
Franco al corazón de la oligarquía, pero llevó a Jorge al mundo de los negocios
de los Macri. Por el acuerdo matrimonial, Jorge pasó a ser gerente general en
las empresas del grupo SOCMA y desde allí se encargó de la formación de
Mauricio. Contrató economistas de la UCD para su formación, como el mismísmo
Alvaro Alsogaray, y disputó con la visión más desarrollista de Franco que
pretendía que fuera Gregorio Chodos quien enseñara a su hijo el mundo de los
negocios.
Blanco Villegas acrecentó su fortuna a finales
de los sesenta instalándose en Marbella para triangular operaciones de venta de
ganado en pie desde Buenos Aires y Australia a los países de Medio Oriente.
Cuando Franco se divorció de Alicia, Blanco Villegas pasó a administrar el
cincuenta por ciento de las empresas. También compartían las acciones en
Philco, la primera empresa de televisores argentina que se instaló en Ushuaia.
Presidente de la Unión Industrial durante los noventa, Blanco Villegas fue un
ferviente defensor de las políticas que hoy lleva adelante Mauricio, con todas
sus contradicciones. El ingreso irrestricto de marcas extranjeras para
electrodomésticos, fundió Philco que terminó siendo adquirida por la coreana
Daewoo.
El tío Jorge fue el encargado también de las
negociaciones con la Fiat para que Sevel fuera su licenciataria en la
Argentina. Tanto que quedó involucrado en la misma causa por contrabando que su
sobrino y fue eje de la mayor pelea familiar con Franco cuando el jefe de Clan
entendió que su hijo y su tío estaban intentando quitarle la empresa. Blanco
Villegas viajó a Italia a llevar adelante esa negociación y volvió con las
acciones de Impresit-Sideco y Fiat a su nombre.
Según recuerda Mauricio, Jorge solía enseñarle
que eran preferibles los negocios que no tenían que ver con el estado. “Para
los hombres de campo como yo, el honor y el estado no van juntos”, repetía.
El tío Jorge murió en el invierno del 2011, poco
después de haber organizado el casamiento de su sobrino preferido en La
Carlota. No alcanzó a ver a Mauricio presidente, llevando adelante las
políticas liberales que él mismo le había inculcado.