Delcy Rodríguez, canciller de Venezuela
Con saña y alevosía, los países que componen lo
que se ha dado en llamar la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Paraguay) con
la complicidad explícita (y vergonzosa del gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez)
llevaron adelante lo que se planificara en algún salón de la Casa Blanca,
expulsando a Venezuela Bolivariana del Mercosur. Y lo han hecho sencillamente
de la misma manera golpista que Horacio Cartes llegó a la presidencia en
Paraguay y Michel “Fora” Temer se hizo con el gobierno brasileño. Esa es la nueva
forma de actuar de la derecha regional, atropellando, conspirando día a día,
generando campañas desinformativas, y por último, con la luz verde
estadounidense ejecutando una decisión que desde todo punto de vista es ilegal.
Como toda iniciativa basada en la falsedad, los
cuatro jinetes del Apocalipsis convierten sus argumentos en chicanas jurídicas
y dicen basarse en la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados,
calificando como “violación grave de un tratado” la no internalización de
Venezuela de algunas normas del Mercosur. Los leguleyos de las respectivas
cancillerías sostienen que el Estado venezolano no había adecuado algunas
normas del Mercosur, particularmente el Acuerdo de Complementación Económica
Nº18), cosa que Caracas desmiente.
Por otra parte, la canciller venezolana Delcy
Rodríguez no ha cesado de denunciar desde hace meses (concretamente desde que
Mauricio Macri apuntó sus cañones contra el gobierno de Nicolás Maduro) que
todo esto se trata de otro vértice de
la guerra que el imperio ejecuta contra la nación venezolana, a la que se le
negó la posibilidad de ejercer la presidencia pro tempore del Mercosur que
asumió el 29 de julio pasado.
Pero la jugada golpista es más grave cuando los
países que hoy hacen esta embestida son los mismos que constantemente están
generan normas ilegales, atacan los derechos de los trabajadores, disuelven
instituciones, anulan leyes, gobiernan a fuerza de decretazos, entregan
diariamente la soberanía de sus respectivos países y violan los derechos
humanos. Porque en clave de certezas, desde toda lógica es inconcebible que el
Paraguay gobernado por el golpista Cartes le plantee al gobierno venezolano, en
el comunicado de su Cancillería, que la resolución tomada “es consecuencia de
que Venezuela no incorporara normas clave sobre comercio y derechos humanos en
su legislación nacional”. Justamente
Cartes, que mantiene las cárceles desbordadas de presos y presas del
campesinado y los movimientos sociales, o que ha militarizado de tal manera el
norte de su país, que obligó a que amplios sectores de la población repudiaran
sus medidas represivas.
De qué derechos humanos puede hablar Michel
Temer, cuando en Brasil se persigue y se balea a los Sin Tierra y a los Sin
Techo, o se atropellan los derechos más elementales de los pobladores más
humildes, provocando manifestaciones permanentes de protesta. El que lleva
adelante estas políticas, es un gobierno cuya mayoría de integrantes abreva en
la corrupción más descarada.
Qué decir de Macri y su política neoliberal de
más de 200 mil despedidos, tarifazos y entrega de la soberanía nacional a
nuevas trasnacionales a las que se les ha abierto la puerta del país para que
lo terminen devastando, como ocurriera con el gobierno de Carlos Menem en los
90.
En ese marco, lo de Tabaré Vazquez es propio de
una actitud sibilina, pero prevista ya que desde que llegara al gobierno ha
venido adoptando un grosero coqueteo con Estados Unidos dándole la espalda al
proceso revolucionario venezolano que tanta solidaridad económica impulsó hacia
ese país, tanto cuando gobernaba el actual presidente como cuando lo hacía José
Mujica. Uruguay suma su firma a la nota de la Triple Alianza dejando afuera a
Venezuela pero 24 horas después sostiene a través de su Vicecanciller que el
país caribeño “puede quedarse en el Mercosur con voz pero sin voto”. El
insólito paternalismo “progresista” es igual de repudiable que la medida tomada
por Macri, Temer y Cartes.
Frente a este nuevo ataque, Venezuela ha
reaccionado con dignidad señalando que no acepta esta decisión ilegal en su
contra, y su posición es acompañada por miles de personas del continente que se
vienen manifestando solidariamente frente a las embajadas venezolanas de todos
los países. Como ocurriera en Argentina días pasados, trabajadores, estudiantes,
movimientos sociales señalan que “Venezuela es Mercosur” y están dispuestos a
generar junto al gobierno revolucionario de Maduro, el Mercosur de los pueblos
y los gobiernos que no se vendan por cuatro monedas a los intereses del
imperio.